IMPRESIONES DE UN VIAJE POR AUSTRALIA
Amanecer en el desierto central: La luna llena y estrellas brillan sobre la inmensa llanura salina del lago Eyre a las primeras luces del alba, South Australia
Canon EOS 5D MkIII a ISO 2500, 17-40 mm f:4L, trípode
© Oriol Alamany
(Las fotografías pueden clicarse para verlas a mayor tamaño)
EQUIPO FOTOGRÁFICO
Un viaje tan prolongado como el que Eulàlia y yo hicimos por Australia durante septiembre, octubre y noviembre de 2012, que además se desarrolló en su mayor parte por zonas remotas y sometiendo al equipo fotográfico a toda clase de maltratos (baches y continuas vibraciones en el interior de los vehículos, polvo a mansalva, temperaturas de entre 40 y 3ºC, humedad, frío...), no es algo que un fotógrafo pueda tomarse a la ligera. Este fue el motivo de que para este trabajo cargara con prácticamente todo mi equipo fotográfico, por si en algún momento surgía cualquier problema o necesidad.
Fotografiando en uno de mis lugares favoritos de Australia, el maravilloso aunque también bochornoso macizo de Purnululu, Western Australia.
Canon Powershot G10
© Eulàlia Vicens
En esta ocasión llevé dos cámaras réflex: la Canon EOS 5D Mk III y la 1D MkIV. Y todas las ópticas de que disponemos: Canon EF 17-40 mm f:4L, EF 28 mm f:1,8, EF 28-105 mm f:3.5-4.5, TS-E 90 mm f:2.8, EF 70-200 mm f:2.8L IS II, EF 500mm f:4L y los teleconvertidores EF 1,4x y EF 2x-II.
Como complemento llevaba la compacta Canon Powershot G10 (con su caja estanca para fotografía submarina) y la mini-cámara de video GoPro Hero2, además de una buena gama de variopintos accesorios, incluidos filtros especiales para fotografiar el eclipse total de sol y una gama de la nueva marca de filtros fotográficos 84.5 para testear, sobre la que os hablaré en un próximo artículo.
De mochilas fotográficas llevaba la ya descatalogada Lowepro Phototrekker AW Plus que tras muchos años de uso aún resiste los embates de mis viajes, y la más pequeña ThinkTank GlassTaxi.
El trípode es el mismo Gitzo Mountaineer G1227 de fibra de carbono rematado por una rótula de bola ArcaSwiss B1 que ya usé en el segundo viaje a Australia en 1999. Por aquel entonces tenía un año de uso, ¡ahora ya 14! En su momento fue una compra costosa, pero jamás me he arrepentido de ella.
Como complemento llevaba la compacta Canon Powershot G10 (con su caja estanca para fotografía submarina) y la mini-cámara de video GoPro Hero2, además de una buena gama de variopintos accesorios, incluidos filtros especiales para fotografiar el eclipse total de sol y una gama de la nueva marca de filtros fotográficos 84.5 para testear, sobre la que os hablaré en un próximo artículo.
De mochilas fotográficas llevaba la ya descatalogada Lowepro Phototrekker AW Plus que tras muchos años de uso aún resiste los embates de mis viajes, y la más pequeña ThinkTank GlassTaxi.
El trípode es el mismo Gitzo Mountaineer G1227 de fibra de carbono rematado por una rótula de bola ArcaSwiss B1 que ya usé en el segundo viaje a Australia en 1999. Por aquel entonces tenía un año de uso, ¡ahora ya 14! En su momento fue una compra costosa, pero jamás me he arrepentido de ella.
El momento de las dudas, Barcelona
El equipo fotográfico en una mesa del estudio días antes de la partida ¿Qué me llevo para casi tres meses en Australia? Y una pregunta aún peor ¿Cómo me lo llevo?
El equipo fotográfico en una mesa del estudio días antes de la partida ¿Qué me llevo para casi tres meses en Australia? Y una pregunta aún peor ¿Cómo me lo llevo?
Canon Powershot G10
© Oriol Alamany
Cascada en The Grampians National Park, Victoria
Canon EOS 5D MkIII a ISO 200, 70-200 mm f:2.8L IS II, trípode
© Oriol Alamany
Cámara Canon EOS 5D MkIII
Mi idea inicial era utilizar mi prácticamente nueva 5D MkIII de sensor Full Frame (1x) mayoritariamente para fotografiar los paisajes, la 1D MkIV de formato APS-H (1,3x) para la fotografía de fauna salvaje, y la G10 para fotografía callejera y subacuática.
Pero al final resultó que de las aproximadamente 11.000 y pico fotografías del viaje, unas 10.000 las tomé con la 5D debido a su bien equilibrada combinación de tamaño y peso, alta sensibilidad ISO, buen sistema AF y elevada velocidad de 6 img/seg de la ráfaga a motor. La pobre se hizo un hartón de hacer fotos mientras las otras cámaras descansaban en el interior de la bolsa de viaje.
Tras los tres artículos que en su día publiqué en este blog analizando la 5D MkIII (Ver 1, 2 y 3) poco puedo añadir ahora sobre esta cámara y os remito a su lectura.
Tan sólo os añado cuatro detalles más: Me sigue impresionando gratamente el sistema de limpieza del sensor: en tantas semanas tragando polvo tan sólo limpié su sensor tres o cuatro veces con una pera de goma. Nada más. Y eso que no tengo reparo alguno en cambiar las ópticas cuantas veces y donde haga falta. Faltaría más que renunciara a alguna fotografía "por si acaso entrara polvo en la cámara" como he leído alguna vez recomendar en internet. ¡A ver si al final resulta que no haremos fotografías por miedo a que se ensucie el sensor!
También pude comprobar la tremenda utilidad para fotografía de fauna de su modo de disparo silencioso. Mis 1Ds MkII y 1D MkIV ya disponían de un sistema de disparo silencioso que utilizaba de modo regular para captar animales salvajes a escasa distancia. Pero la amortiguación del ruido en la 5D es aún mejor y, además, permite incluso disparar ráfagas a motor de 3 im/seg.
Os pongo tan sólo un ejemplo: un atardecer me encontré a un desconfiado Equidna (uno de los dos únicos ejemplares que vimos en los casi tres meses de viaje) y me apresuré a fotografiarlo a cierta distancia con el tele de 500 mm. El primer ejemplar que habíamos visto unas semanas antes se mostró tremendamente desconfiado, por lo que esta vez me mantuve a una buena distancia y preferí trabajar con una focal larga. A pesar de ello, a cada disparo de la cámara el animal daba un brinco, se encogía sobre sí mismo y se quedaba absolutamente inmóvil durante unos minutos.
Cambié entonces al modo de disparo silencioso y comprobé como cuando empezó a andar de nuevo pude seguir tomando una fotografía tras otra sin que el Equidna mostrara el más mínimo recelo a cada disparo. De hecho empezó a andar casi directo hacia mí (que me encontraba echado en el suelo) hasta que el teleobjetivo no podía enfocar más cerca, paso cerca de mis piernas y siguió tranquilamente hacia el bosque. ¡Genial!
También me resultó útil en ciertos momentos la posibilidad de sobreponer unos marcos en la imagen de LiveView para facilitar el encuadre imitando formatos clásicos como el 6x6, 4.5x6, etc, y que los archivos Raw obtenidos ya aparezcan con ese recorte al abrirlos en el programa de revelado Canon Digital Photo Professional. Lamentablemente otras aplicaciones como Adobe Lightroom no reconocen esta función, como tampoco reconocen ninguna de los parámetros personalizables de contraste, saturación, estilo de imagen, reducción de ruido, etc, aplicados a la cámara. Una pena.
Otra opción no citada en mis artículos anteriores sobre la 5D son la posibilidad de activar un único punto de enfoque en modo AF puntual. En la 1D-IV esta función tan sólo puede activarse con los grandes teleobjetivos que disponen de botones de funciones adicionales cerca de su parasol. Sin embargo la 5D-III, al igual que la 7D, permiten activarlos a través de la misma cámara y con cualquier óptica. Este mini-punto AF me fue muy útil al fotografiar animales semiescondidos entre un barullo de vegetación al permitir fijar el foco en el ojo esquivando todas las ramas situadas en medio. ¡Genial!
Aunque los primeros días usé la 1D MkIV como segundo cuerpo, específicamente para la fotografía de fauna debido a su útil factor de recorte 1,3x, poco a poco la fui dejando al margen. Del total del viaje, tan sólo unas 1.100 imágenes fueron tomadas con esta cámara. Al final pasó gran parte del viaje protegida dentro de su funda de neopreno Op/Tech Soft Pouch guardada dentro de la bolsa del equipaje. No es que sea una mala cámara ni muchísimo menos, todo lo contrario. La calidad de sus archivos Raw en especial es fenomenal.
Pero viajando continuamente y realizando caminatas prácticamente cada mañana y cada tarde, el menor peso y volumen de la 5D así como algunas de sus nuevas funciones como el nivel electrónico incorporado, por ejemplo se me hicieron muy útiles.
Ciertos tipos de viaje se prestan más a utilizar dos cuerpos de cámara a la vez (un safari en Kenia, por ejemplo). Pero en un lugar como Australia donde continuamente te alejas del vehículo andando y con la mochila a la espalda, me apaño mejor con un sólo cuerpo.
Tenía claro que la 1D sería la cámara que utilizaría para fotografiar el eclipse solar total debido al factor de recorte 1,3x. Pero al sacarla de su funda un par de días antes del evento, descubrí con horror que su pantalla LCD mostraba unos colores absolutamente irreales: imágenes verdes y magentas temblorosos que hacían imposible visualizar las imágenes. Algo que no sucedía cuando la guardé unos días antes. Tras darme un susto morrocotudo al pensar que lo que se había averiado era el sensor de imagen, comprobé que las fotografías salían perfectas y que el falso color era tan sólo un defecto de la plasmación de la imagen en el monitor LCD. Para lo único que me servía ahora la pantallita era para visualizar el histograma. Tras fotografiar el eclipse con ella, la volví a guardar y ya no la use más hasta que la llevé a reparar en Barcelona.
Hoy en día algunos programas de gestión de imágenes (como Adobe Lightroom, por ejemplo) permiten contabilizar las fotografías realizadas con cada óptica. Así que al final del viaje, a pesar de llevar seis objetivos distintos, he podido comprobar que la práctica totalidad las tomé con tan sólo tres de ellos. Y además en proporciones muy similares: el zoom gran angular 17-40 mm (unas 3.200 fotos), el zoom teleobjetivo 70-200mm (unas 3.700) y el super teleobjetivo 500mmm (unas 3.500). La óptica que les sigue, muy de lejos, es el luminoso gran angular 28mm f:1.8 con tan sólo 180 disparos.
Como podéis ver el mayor número de instantáneas las realicé con el 70-200mm f:2.8L IS II. Sigo admirando la enorme calidad de esta óptica grande, pesada y cara, pero de la que no puedo prescindir. Incluso con la adición de un teleconvertidor 2X y siempre que se trabaje con cuidado, el resultado suele ser bueno. Ya he comentado en otras ocasiones anteriores que usarlo con el teleconvertidor es mi alternativa para fotografiar fauna durante largos trekkings o en las excursiones a pie en las que no deseo cargar con los más de cuatro kilos del 500 mm. El 140-400 mm f:5.6 resultante me permite obtener unos resultados dignos con mucho menos peso y volumen.
Pero al final resultó que de las aproximadamente 11.000 y pico fotografías del viaje, unas 10.000 las tomé con la 5D debido a su bien equilibrada combinación de tamaño y peso, alta sensibilidad ISO, buen sistema AF y elevada velocidad de 6 img/seg de la ráfaga a motor. La pobre se hizo un hartón de hacer fotos mientras las otras cámaras descansaban en el interior de la bolsa de viaje.
Tras los tres artículos que en su día publiqué en este blog analizando la 5D MkIII (Ver 1, 2 y 3) poco puedo añadir ahora sobre esta cámara y os remito a su lectura.
Tan sólo os añado cuatro detalles más: Me sigue impresionando gratamente el sistema de limpieza del sensor: en tantas semanas tragando polvo tan sólo limpié su sensor tres o cuatro veces con una pera de goma. Nada más. Y eso que no tengo reparo alguno en cambiar las ópticas cuantas veces y donde haga falta. Faltaría más que renunciara a alguna fotografía "por si acaso entrara polvo en la cámara" como he leído alguna vez recomendar en internet. ¡A ver si al final resulta que no haremos fotografías por miedo a que se ensucie el sensor!
Un asustadizo Equidna se dirige tranquilamente hacia mí tras activar el modo de disparo silencioso en la cámara EOS-5D, Queensland
Canon EOS 5D MkIII a ISO 800, 500 mm f:4L IS
© Oriol Alamany
También pude comprobar la tremenda utilidad para fotografía de fauna de su modo de disparo silencioso. Mis 1Ds MkII y 1D MkIV ya disponían de un sistema de disparo silencioso que utilizaba de modo regular para captar animales salvajes a escasa distancia. Pero la amortiguación del ruido en la 5D es aún mejor y, además, permite incluso disparar ráfagas a motor de 3 im/seg.
Os pongo tan sólo un ejemplo: un atardecer me encontré a un desconfiado Equidna (uno de los dos únicos ejemplares que vimos en los casi tres meses de viaje) y me apresuré a fotografiarlo a cierta distancia con el tele de 500 mm. El primer ejemplar que habíamos visto unas semanas antes se mostró tremendamente desconfiado, por lo que esta vez me mantuve a una buena distancia y preferí trabajar con una focal larga. A pesar de ello, a cada disparo de la cámara el animal daba un brinco, se encogía sobre sí mismo y se quedaba absolutamente inmóvil durante unos minutos.
Cambié entonces al modo de disparo silencioso y comprobé como cuando empezó a andar de nuevo pude seguir tomando una fotografía tras otra sin que el Equidna mostrara el más mínimo recelo a cada disparo. De hecho empezó a andar casi directo hacia mí (que me encontraba echado en el suelo) hasta que el teleobjetivo no podía enfocar más cerca, paso cerca de mis piernas y siguió tranquilamente hacia el bosque. ¡Genial!
Estuario de un río en Wilsons Promontory, Victoria
Un encuadre cuadrado facilitado por las líneas de diversos formatos que pueden visualizarse al fotografiar en LiveView con la 5D-MkIII
Un encuadre cuadrado facilitado por las líneas de diversos formatos que pueden visualizarse al fotografiar en LiveView con la 5D-MkIII
Canon EOS 5D MkIII a ISO 100, 70-200 mm f:2.8L IS II, trípode
© Oriol Alamany
También me resultó útil en ciertos momentos la posibilidad de sobreponer unos marcos en la imagen de LiveView para facilitar el encuadre imitando formatos clásicos como el 6x6, 4.5x6, etc, y que los archivos Raw obtenidos ya aparezcan con ese recorte al abrirlos en el programa de revelado Canon Digital Photo Professional. Lamentablemente otras aplicaciones como Adobe Lightroom no reconocen esta función, como tampoco reconocen ninguna de los parámetros personalizables de contraste, saturación, estilo de imagen, reducción de ruido, etc, aplicados a la cámara. Una pena.
Canguro rojo (Macropus rufus), Deserto Tánami, Northern Territory
Enfocando su cara entre ramas gracias al enfoque puntual disponible en la 5D MkIII.
Canon EOS 5D MkIII a ISO 320, 500 mm f:4L IS
© Oriol Alamany
Otra opción no citada en mis artículos anteriores sobre la 5D son la posibilidad de activar un único punto de enfoque en modo AF puntual. En la 1D-IV esta función tan sólo puede activarse con los grandes teleobjetivos que disponen de botones de funciones adicionales cerca de su parasol. Sin embargo la 5D-III, al igual que la 7D, permiten activarlos a través de la misma cámara y con cualquier óptica. Este mini-punto AF me fue muy útil al fotografiar animales semiescondidos entre un barullo de vegetación al permitir fijar el foco en el ojo esquivando todas las ramas situadas en medio. ¡Genial!
Martín pescador azur (Alcedo azurea) fotografiado desde una barca en movimiento con la cámara EOS-1D MkIV, Kakadu National Park, Northern Territory
Canon EOS-1D MkIV a ISO 800, 500 mm f:4L IS
© Oriol Alamany
Cámara EOS-1D MkIV
Aunque los primeros días usé la 1D MkIV como segundo cuerpo, específicamente para la fotografía de fauna debido a su útil factor de recorte 1,3x, poco a poco la fui dejando al margen. Del total del viaje, tan sólo unas 1.100 imágenes fueron tomadas con esta cámara. Al final pasó gran parte del viaje protegida dentro de su funda de neopreno Op/Tech Soft Pouch guardada dentro de la bolsa del equipaje. No es que sea una mala cámara ni muchísimo menos, todo lo contrario. La calidad de sus archivos Raw en especial es fenomenal.
Pero viajando continuamente y realizando caminatas prácticamente cada mañana y cada tarde, el menor peso y volumen de la 5D así como algunas de sus nuevas funciones como el nivel electrónico incorporado, por ejemplo se me hicieron muy útiles.
Ciertos tipos de viaje se prestan más a utilizar dos cuerpos de cámara a la vez (un safari en Kenia, por ejemplo). Pero en un lugar como Australia donde continuamente te alejas del vehículo andando y con la mochila a la espalda, me apaño mejor con un sólo cuerpo.
La muerte del LCD
¡Qué mal rollo da arrancar una EOS-1D y ver esto durante un viaje en el otro extremo del mundo! Jamás viajéis sin una cámara de reserva.
¡Qué mal rollo da arrancar una EOS-1D y ver esto durante un viaje en el otro extremo del mundo! Jamás viajéis sin una cámara de reserva.
© Oriol Alamany
Tenía claro que la 1D sería la cámara que utilizaría para fotografiar el eclipse solar total debido al factor de recorte 1,3x. Pero al sacarla de su funda un par de días antes del evento, descubrí con horror que su pantalla LCD mostraba unos colores absolutamente irreales: imágenes verdes y magentas temblorosos que hacían imposible visualizar las imágenes. Algo que no sucedía cuando la guardé unos días antes. Tras darme un susto morrocotudo al pensar que lo que se había averiado era el sensor de imagen, comprobé que las fotografías salían perfectas y que el falso color era tan sólo un defecto de la plasmación de la imagen en el monitor LCD. Para lo único que me servía ahora la pantallita era para visualizar el histograma. Tras fotografiar el eclipse con ella, la volví a guardar y ya no la use más hasta que la llevé a reparar en Barcelona.
OBJETIVOS
Hoy en día algunos programas de gestión de imágenes (como Adobe Lightroom, por ejemplo) permiten contabilizar las fotografías realizadas con cada óptica. Así que al final del viaje, a pesar de llevar seis objetivos distintos, he podido comprobar que la práctica totalidad las tomé con tan sólo tres de ellos. Y además en proporciones muy similares: el zoom gran angular 17-40 mm (unas 3.200 fotos), el zoom teleobjetivo 70-200mm (unas 3.700) y el super teleobjetivo 500mmm (unas 3.500). La óptica que les sigue, muy de lejos, es el luminoso gran angular 28mm f:1.8 con tan sólo 180 disparos.
Como podéis ver el mayor número de instantáneas las realicé con el 70-200mm f:2.8L IS II. Sigo admirando la enorme calidad de esta óptica grande, pesada y cara, pero de la que no puedo prescindir. Incluso con la adición de un teleconvertidor 2X y siempre que se trabaje con cuidado, el resultado suele ser bueno. Ya he comentado en otras ocasiones anteriores que usarlo con el teleconvertidor es mi alternativa para fotografiar fauna durante largos trekkings o en las excursiones a pie en las que no deseo cargar con los más de cuatro kilos del 500 mm. El 140-400 mm f:5.6 resultante me permite obtener unos resultados dignos con mucho menos peso y volumen.
Abejaruco australiano (Merops ornatus), Uluru National Park, Northern Territory
Para una caminata de 11 kilómetros por el desierto alrededor de la gran peña de Uluru no me apetecía cargar con el 500 mm además del resto de equipo. Fue una de esas ocasiones en que me apañé con el 70-200 mm y el teleconvertidor 2X. Como puede verse, con buena luz esta combinación es sorprendentemente nítida.
Para una caminata de 11 kilómetros por el desierto alrededor de la gran peña de Uluru no me apetecía cargar con el 500 mm además del resto de equipo. Fue una de esas ocasiones en que me apañé con el 70-200 mm y el teleconvertidor 2X. Como puede verse, con buena luz esta combinación es sorprendentemente nítida.
Canon EOS 5D MkIII a ISO 400, 70-200 mm f:2.8L IS II + 2x-II
© Oriol Alamany
Con la colaboración de filtros 84.5 y sistemas de energía solar Xunzel.
(PRÓXIMO CAPÍTULO: TERRA INFINITA 8: INFORMÁTICA Y ENERGÍA)
Otras entradas del blog sobre Terra Infinita:
Otras entradas anteriores del blog sobre Australia:
Gracias por toda la serie de este magnífico viaje Oriol, qué pena que ya se acabe :(
ResponderEliminarUna pregunta, cuando dices: "Lamentablemente otras aplicaciones como Adobe Lightroom no reconocen esta función, como tampoco reconocen ninguna de los parámetros personalizables de contraste, saturación, estilo de imagen, reducción de ruido, etc, aplicados a la cámara", yo pensaba que esos ajustes de contraste, saturación... no se graban con el raw, que sólo eran válidos para jpg. ¿es así?
Saludos
Paco
Tranquilo que aún no se acaba. Tengo dos entradas más sobre aspectos fotográficos en el cajón. Es que esta entrada sobre fotografía me salió muy larga y la estoy compartimentando ;-)
EliminarTodos los parámetros programables en la cámara SI se graban también en los Raw. Lo que sucede es que tan sólo los programas específicos de revelado de cada marca son capaces de interpretarlos, como el Canon Digital Professional o el Nikon NX. Cuando abres las fotografías en estos programas los Raws ya aparecen con estos parámetros personalizados de contraste, saturación, máscara de enfoque, etc, aplicados y así hay que ajustar menos.
Otra cosa es que en Lightroom o Photoshop también puedes programar que al importar los archivos se les apliquen unos parámetros similares (contraste, saturación, etc). En este caso no es que interprete los de la cámara si no que todas las fotografías Raw importadas pasaran por este filtro al entrar en el ordenador, por lo que el resultado final puede ser similar.
Muy interesante todo el post, con unas imágenes fantásticas
ResponderEliminarGracias Oriol. Por ahora uso exclusivamente LR, me siento más cómodo que con el CDP. Veo que al final esos valores casi siempre voy a acabar modificándolos en el procesado, así que creo que no me pierdo mucho.
ResponderEliminarAhora a esperar por esas otras 2 entradas.
Saludos
Paco
Excelente Oriol!
ResponderEliminarUnas entradas muy completas y que se complementan a la perfección. Realmente se te nota muy contento con la 5D mark III lo que me hace pensar en qué o como nos podrá sorprender las futuras evoluciones., eso si no "capan" este modelo para que no acabe anulando las ventas de sus hermanas mayores.
Una de las cosas que te has preguntado en un pie de foto (la de la foto de todo el equipo encima de la mesa) es el tema del transporte y sobretodo de contarnos si todo va en cabina (yo intento que si), o si algo va en bodega (y en ese caso como va protegido) y tal vez incluso alguna experiencia tuya que te haya pasado con respecto a las aerolíneas y tu equipo, no solo para ir a Australia sino a alguna otra parte.
Un abrazo, recuerdos ;)
Perdón, se me ha borrado alguna línea del segundo párrafo. Quería decirte si nos podrías contarnos como intentar afrontar estos viajes con el equipo. Si intentas que todo vaya en cabina, si te han puesto pegas, como las has solucionado, si alguna vez has tenido que poner algo en bodega... Imagino que el equipo lo divides entre tu y Eulàlia però además es inevitable llear algo de comida, agua, revistas, y un portatil en el ordenador.
EliminarAún estamos muy lejos para pensar en la 5D MkIV, si es que jamás llega a existir (Aunque seguro que los ingenieros de Canon ya están trabajando en ella.
EliminarYo la dejaría igual poniéndole un sensor con una tecnología más evolucionada que dé algo menos de ruido (como parecen tener los sensores Sony que usan las Nikon), un AF más sensible con poca luz (qué parece que ya tiene la 6D) y una batería de mayor voltaje que le diera una chispa más de caña al AF (cómo sucede en la 1DX con su batería).
Y lo más necesario para mí: el AF con ópticas de luminosidad f:8 (como el 500 mm f:4 + 2X) que dicen que nos llega por firmware este abril.
Bueno... el tema de cómo llevar el equipaje en los viajes en avión y las anécdotas relacionas se merecería toda una serie de artículos. De hecho ya hablé de ello en mi libro "Viajar con tu cámara" de Ed. Península. A ver si algún día escribo algo para el Blog.
EliminarPues no te creas, no estaria mal actualizar el libro a los tiempos que corren que creo que de primera edición de 2001 (no sé si hay más ediciones), seguro que tendría mercado.
EliminarPor mí sí, pero las editoriales no están por la labor en los tiempos que corren. Hay una segunda edición del mismo 2001, pero está agotada. La primera está también agotada pero yo aún tengo los últimos a la venta en mi web (creo que me quedan una decena tan sólo). De todos modos las estrategias de facturación del equipo fotográfico no han cambiado mucho desde 2001.
ResponderEliminarA ver si un día me animo a escribir algo sobre el tema para el blog. Ahora estoy ocupado acabando otro libro de fotos de viajes.
Hola Oriol
ResponderEliminarCada vez me convence más esta 5DMark III, aunque para los que hacemos fotografía del país a nuestra hostigada fauna de pelo el factor de recorte muchas veces marca la diferencia entre obtener una instantánea testimonial o una toma del bicho visible e integrado en su hábitat.
Me sorprende la notoria diferencia entre la prístina toma del equidna a 800 iso y la del Martín azul con la 1D a la misma sensibilidad, por lo menos vista en mi monitor así me lo parece. Igualmente el recorte al 100% de la del Abejaruco australiano con el 2X acoplado a el 70-200 F2.8 II a pesar de saber que está hecha por unas muy buenas manos.
Una lente que hace casí dos años que tengo y aunque mucho menos luminosa(aunque ayudan sus 4 pasos de estabilizador)es la EF 70-300 F4-5.6 L IS USM, la cual es una autentica revelación para mi como todo terreno con una calidad excelente en todo su rango de zoom y con la que he podido captar imágenes durante largas caminatas por terrenos difíciles que no hubiera tenido ocasión si tuviera que haber llevado algo más pesado.
Lo dicho visto lo visto sólo queda esperar a la 7D Mark II para ver como responde a altos isos y si la economía mejora decidirse por una u otra.
Enhorabuena por tu trabajo.
Lo del factor de recorte puede compensarse utilizando teleobjetivos más largos o teleconvertidores. Pero claro, eso conlleva sus pegas, más dinero, mayor volumen y peso.... Tienes razón de que en España cualquier ayuda para aumentar más la imagen es bien recibida, dado lo escopeteados que están los animales.
ResponderEliminarVamos a ver qué sucede con las EOS 70D y 7D MkII. Se rumorea una 70D de mayor calidad que la 60D. Quizás se anuncie a finales de marzo. Y que correlativamente la 7D MkII se acercaría mucho a la gama Pro. Algunos incluso hablan de una mini-EOS-1D de factor 1,6X. Personalmente me extrañaría, pero nunca sabes en qué están pensando los ingenieros de Canon. Eso significaría una clara apuesta por el mantener el formato 1,6X, incluso en el mundo profesional.
Lo que se dá por seguro es que el nuevo sensor sería de unos 24 MP. Eso significaría que parte del progreso en reducción de ruido ocurrido desde la aparición de la 7D se perdería al aumentar su resolución. Aunque no soy usuario de estas cámaras, todos los usuarios de la 7D que conozco coinciden en que su principal problema es el ruido a 400 ISO y más arriba. Si yo fuera el diseñador mantendría los 18 MP y trabajaría a tope en rebajar su ruido. Eso si sería un bombazo de cámara.
Una entrada muy interesante Oriol, alucino con todo el equipo que te llevaste. Por el momento ni lo tengo ni me plantearia como y que llevar dadas las restrictivas condiciones que estan aplicando las compañias aereas.
ResponderEliminarDespués de estar unos días con la temperatura mas altra de -5º, todavia estoy mas contento con la Mark III, el único pero es que si se ensucia un poquito el sensor...pero cambiando objetivos en medio de una fuerte nevada, con viento y las manos heladas (se lo puedo perdonar...), lo que tu dices, como priorizar tener limpio el sensor ante una buena foto??? De locos!!!
Un abrazo
Al ser dos personas, Eulàlia y yo podemos facturar una bolsa de 23 kg cada uno. Allí van, además de los enseres personales, ropa, calzado, libros y guías de naturaleza, mi mini kit de acuarela, etc, algunos elementos del equipo como trípode, rótula, flash, placa solar, adaptadores eleéctricos, Car-Inverter, filtros, teleconvertidores, y alguna óptica de poco uso, como el 28-105 o el 28/1.8.
EliminarDe ahí nuestro desespero al llegar a Darwin y conocer que nuestras maletas se habían perdido por el trayecto (Ver "Terra Infinita 1".
En el equipaje facturado yo llevo la LowePro con la 5D y el resto de ópticas (incluido el monstruoso 500mm), además del ordenador portátil. Voy siempre pasado de peso. Eulàlia lleva una pequeña mochila con sus cosas además de la 1D, la batería PowerGorilla y los cargadores de cámaras y del Mac.
de momento (y cruzo los dedos), salvo alguna excepción que siempre hemos sabido capear, no hemos debido facturar jamás estas bolsas de mano con el equipo, a pesar de pasarnos mucho del peso requerido.