29/11/23

BENRO CYANBIRD Y LA NUEVA GENERACIÓN DE TRÍPODES



Trípode Benro Cyanbird TCBC15
@ Oriol Alamany

El mundo de las herramientas fotográficas ha evolucionado mucho desde el cambio de siglo: la llegada de la tecnología digital, los sistemas de estabilización de imagen, las cámaras sin espejo, los métodos de autoenfoque inteligentes, los sensores de cada vez mayor resolución y sensibilidad, las cámaras de acción, los drones, la omnipresencia de los móviles con cámara, y el tsunami que representa en nuestras vidas las redes sociales. Todos estos cambios, y algunos más, hacen que vaya cayendo en el olvido cómo trabajábamos en este oficio/afición hasta hace no demasiado años.

Hay un cambio notable, pero que pasa bastante desapercibido, que es el progresivo abandono del uso de los trípodes. Hasta la expansión de la fotografía digital, cualquier fotógrafo de naturaleza que se preciara efectuábamos casi el 100% de nuestras imágenes con la cámara firmemente atornillada en un trípode. Eso nos garantizaba resultados nítidos, de la máxima calidad, a pesar de que usábamos películas de sensibilidades bajas (25, 50, 64 y 100 ISO) y un tipo de cámaras como las réflex, sujetas a la vibración del mecanismo de sus espejos.

En los años 80 y 90 del siglo XX, la mayoría de fotógrafos salíamos al campo y subíamos a las montañas cargando pesados trípodes metálicos, como los italianos Manfrotto 055 o su versión “ligera”, el modelo 190. A finales de los noventa, la marca francesa Gitzo presentó sus primeros modelos fabricados con fibra de carbono, una revolución que aportaba mayor rigidez y menor peso, aunque, eso sí, a precios astronómicos. Más adelante llegarían al mercado las marcas chinas, como Benro, Giottos, Sirui, Vanguard, Leofoto, etc, que ofrecían unos soportes más económicos que los de los fabricantes europeos.



Hasta hace pocos años, una buena fotografía de paisaje era sinónimo del uso de un voluminoso y pesado trípode. Pero la mejora en el rendimiento de las sensibilidades ISO de los sensores y la generalización de los sistemas de estabilización de imagen han hecho que su uso sea cada vez menos frecuente.
@ Oriol Alamany


EL FIN DE LA EDAD DE ORO DEL TRÍPODE

Pero hoy en día ya no es indispensable disparar siempre al ISO más bajo de nuestra cámara para obtener una fotografía de buena calidad. Bastantes sensores actuales son del tipo ISO Dual, que ofrecen excelentes resultados tanto a ISO 100, como a ISO 400 o 800. Y la mayoría de cámaras también usan sensores y objetivos dotados de estabilizadores de imagen, que nos permiten disparar a mano alzada a velocidades de obturador muy bajas, incluso de un segundo, dependiendo de la focal del objetivo. 

Por todo ello, el uso de aquellos pesados y engorrosos soportes resulta cada vez menos necesario. De hecho, bastantes aficionados a la fotografía ya ni siquiera poseen uno. Incluso los recalcitrantes usuarios de trípode, como es mi caso, cada vez recurrimos menos a él si hay que viajar, andar mucho o subir montañas. ¡Cualquier excusa es buena para dejarlo en casa!

Pero sigue habiendo ocasiones en las que un soporte estable es imprescindible para obtener la imagen deseada: la fotografía con poca luz, de madrugada o al atardecer, en el interior de un bosque tupido, la fotografía nocturna, para crear timelapses, videos, dejar la cámara con un control remoto, o cuando se usan grandes teleobjetivos. En este último caso la función del trípode, aparte de aportar estabilidad, es también la de ayudarnos a soportar el peso de la lente, que puede ser de varios kilos.



Las ruinas de la antigua ciudad nabatea de Petra, de noche. Fotografía realizada con una larga exposición de 5 segundos, gracias al uso del trípode Benro Cyanbird, con una Canon EOS R5 a ISO 100 y objetivo gran angular EF 28 mm F1.8 a F5.6.
@ Oriol Alamany


NUEVAS GENERACIONES

Con estos cambios en las necesidades de los fotógrafos, algunas marcas han replanteado el diseño de sus trípodes. Últimamente han aparecido diversos modelos que intentan hacerse un hueco entre los usuarios, ofreciendo un tamaño compacto y un peso ligero, a la vez que un montón de pequeñas funcionalidades.

Con un lanzamiento financiado mediante un exitoso crowfunding, el Peak Design Carbon Travel Tripod TT-CB-5-150-CF-1 es uno de estos nuevos modelos de viaje más destacados. Sólo pesa 1,29 kilos y goza de buena fama. Pero su elevado precio (550 €) y el peculiar diseño de su rótula produce rechazo a algunos fotógrafos. La marca china Ulanzi & Coman ofrece desde 2022 un clon más económico, bajo el nombre Zero Y, por "sólo" unos 330 €.

Este año Benro ha presentado su propia versión de trípode de viaje compacto, ligero y de moderno diseño: el Cyanbird. En realidad, son tres versiones distintas en base a un mismo diseño, donde lo que cambia son los materiales: Tenemos un modelo con patas de aluminio (289 €), un modelo alto de gama con patas de fibra de carbono (359 €), y un modelo híbrido (269 €), donde la sección más gruesa de las patas es de carbono y las otras de aluminio. Además, ese último modelo viene equipado con una rótula distinta de la híbrida foto/video de los modelos anteriores: la suya es una simple rótula de bola.

Hace ya varios años que colaboro con la marca Benro como probador de campo de sus equipos. La marca me cede algunos de sus modelos y yo los testeo en las condiciones más duras alrededor del planeta. Pero no me considero un “Embajador” condescendiente, de esos que siempre hablan bien de sus marcas. Yo uso los equipos en mi trabajo profesional, en el mundo real, en situaciones a veces bastante duras. Y procuro que mis opiniones sean sinceras. Así que allá vamos...



Fotografiando el desierto de Wadi Rum al alba, con el trípode Benro Cyanbird y una Canon EOS R5.
@ Oriol Alamany



PRIMERAS IMPRESIONES

El pasado mes de septiembre, un par de días antes de partir a un viaje a Jordania para la agencia Aware Viajes, un mensajero llamó a mi puerta. Era un paquete con el trípode Benro TCBC15 FS20PROC que me mandaban desde Foto Técnica Import, el representante en España de Benro, para que lo probara durante este viaje. 

Abrí la caja y me encontré con una presentación muy cuidada: en una funda de lona que permite guardar el trípode y unos cuantos accesorios. Sorprende el cuidado diseño del trípode, con detalles en colores metálicos y el azul de la marca, y sus acabados. Hay multitud de pequeños detalles que hacen ver que alguien se ha roto la cabeza en una mesa de diseño, pensando en ellos. Por ejemplo, tiene múltiples roscas para colocar un monitor, un panel LED, un micrófono o cualquier otro accesorio.

Lo primero que hice fue pesarlo en una báscula: 1.025 gramos patas y rótula. Realmente ligero comparado con los trípodes que uso habitualmente, que rondan los 2-3 kg.

La altura máxima de este modelo (con la columna central estirada) es de 152,5 cm, sin la columna 129 cm y la mínima 18 cm. Plegado mide 43,5 cm (La versión de aluminio sube hasta un máximo de 156,5 cm y la híbrida 132 cm).

Las patas no son de sección redonda, sino ovalada, lo que aumenta su rigidez y reduce el diámetro del trípode en posición plegada. Eso lo hace especialmente compacto para llevar de viaje. En mi modelo, el material de las patas es de fibra de carbono, más ligero y rígido que el aluminio (¡Pero más caro, lo sé!). La columna central tampoco es el habitual tubo redondo, si no triangular, lo que ayuda a cerrar aún más sus patas, favoreciendo su tamaño compacto. En su parte baja incluye un gancho para colgar algo de peso para aumentar su estabilidad. La capacidad de carga teórica es de 4,5 kg, pero este es un baremo no establecido que varía de marca a marca.

Además de los tres ángulos de apertura de las patas (20°/55°/80°) que permiten bajar su altura, la columna central se parte en dos tramos, lo que permite disparar desde a ras del suelo. Las puntas de las patas son de goma, no intercambiables por púas metálicas como en los trípodes de gamas superiores.



Cierres de pestaña de metal de las secciones de las patas. Fijaros en el sutil detalle de diseño que indica a qué sección corresponde cada una.
@ Oriol Alamany


Las patas se dividen en cinco secciones. No suelen gustarme los trípodes con tantas secciones porque tardo más en abrirlos. Pero al usarlo en Jordania comprobé que el sistema de cierres por pestaña me permite abrirlas o cerrarlas las cuatro a la vez con la palma de una sola mano, de manera muy rápida.

Estos cierres de pestaña de las patas son muy prácticos, y de aluminio (no plástico como el Peak Design). En estos primeros usos he comprobado que cierran con firmeza. A pesar de ello este es el único aspecto del diseño que me produce cierta inquietud: Todos los trípodes (o incluso los palos de trekking extensibles) que usan cierres de pestaña, poseen un pequeño tornillo para regular la firmeza del cierre ya que, con el tiempo, estos suelen aflojarse. De inmediato me sorprendió constatar que el Cyanbird no ofrece ningún sistema para tensar sus cierres. ¿Quizás Benro ha creado un diseño que no cede con el uso? No puedo criticar algo que de momento funciona perfectamente. Sólo tengo la duda de que quizás, en algún momento, dejará de hacerlo. El tiempo lo dirá y, si los cierres empezaran a fallar, ya añadiría una actualización a esta publicación.




UNA SINGULAR (Y ORIGINAL) RÓTULA HÍBRIDA

El cabezal FS20PROC que acompaña a este modelo es una curiosa mezcla de rótula de bola de fotografía y de rótula de video. Algo atractivo en este mundo híbrido en que nos encontramos sumergidos hoy en día los creadores de imágenes. Sorprende la suavidad de su panorámica no siendo una verdadera rótula de video fluida, aunque en aras de su compacidad la barra para manejarla que incorpora resulta algo corta. Sin embargo, la presencia de roscas permite añadirle algún tipo de extensión, para hacerla más larga. La barra incorpora una llave Allen para ajustar las placas a cámaras y objetivos.

La rótula ofrece múltiples posibilidades de ajuste e incluye diversos niveles de burbuja. El tipo de enganche rápido es el clásico Arca-Swiss. Y al comprarlo incluye una placa. Mi único problema con este cabezal es que, debido a su pequeño tamaño, los mandos y palancas de ajuste y bloqueo son pequeñas por lo que, a veces, cuesta algo manipularlas, en especial con guantes. Si sólo vas a hacer fotos, resulta más práctico ponerle cualquier rótula de bola que ya tengas. Yo lo he utilizado a veces con la Benro V2, por ejemplo, que resulta más práctica si únicamente vas a hacer fotografías.



Fotografiando Wadi Rum al atardecer con el trípode Benro Cyanbird.
@ Eulàlia Vicens



Salida de luna en Wadi Rum, fotografía realizada con el trípode Benro Cyanbird, con una Canon EOS R5 a ISO 400 y un teleobjetivo EF 100-400 mm F4.5-5.6L IS II.
@ Oriol Alamany



Probando el trípode Benro Cyanbird con un teleobjetivo de 100-400 mm.
@ Oriol Alamany



Cadáver de dromedario al atardecer en el desierto de Wadi Rum. Fotografía realizada con una exposición de 1/5 seg., con el trípode Benro Cyanbird, con una Canon EOS R5 a ISO 100 y objetivo RF 24-105 mm F4 a F16. El uso de la sensibilidad mínima para obtener la mejor resolución y mayor rango dinámico, y un diafragma cerrado para que el enfoque abarque desde el primer plano hasta el fondo, obligan al uso de una velocidad de obturación lenta. El uso del trípode hace posible esta combinación de factores.
@ Oriol Alamany


CONCLUSIONES

Usándolo en ese viaje a Jordania, con mi cámara Canon R5 Full Frame y objetivos zoom de hasta 100-400 mm, este trípode y rótula me han proporcionado fotografías nítidas, incluso a velocidades de obturación lentas y exposiciones nocturnas. No será mi trípode habitual (para ello tengo mis más pesados Benro Mach 3 y Tortoise), ni lo utilizaré cuando necesite mi voluminoso 500 mm F4 (aunque lo he montado en casa y aguanta su peso). Para la mayoría de mis trabajos prefiero el uso de trípodes más robustos. Y los grandes teleobjetivos requieren también de trípodes y rótulas de mayor tamaño. 

Pero sin duda voy a utilizarlo en muchas salidas por los Pirineos, en los viajes que no estén centrados en la fotografía de fauna, o en los trekkings a pie en el Himalaya u otros grandes macizos montañosos. donde hay que llevar el equipo a la espalda durante largas jornadas. En estos trekkings, hasta ahora utilizaba un pequeño Gitzo G1057 que tan sólo alcanzaba unos muy modestos 92 cm (116 con la columna central elevada), en lugar de los mucho más cómodos 129 cm (152,5) del Cyanbird.



Fotografiando El Tesoro al atardecer, en Petra, con el trípode Benro Cyanbird.
@ Lurdes Marsol


En conclusión, me he encontrado con un trípode compacto, ligero, de sólida construcción metálica y carbono, relativamente alto y muy versátil, que cabe en cualquier mochila. Y a un precio bastante contenido. Ahora lo único que me falta comprobar es su durabilidad a largo plazo. 

El Cyanbird y su singular rótula me parece un producto ideal para quienes desean tomar imágenes fijas y videos, tanto en viajes como para trekkings o subir montañas. También es muy adecuado para los creadores de contenido para redes, que normalmente graban con cámaras pequeñas o teléfonos móviles. Es un trípode que no da pereza llevar en la mochila y que puede solucionar la obtención de fotografías de mejor calidad en momentos de poca luz. 


 (P. D. 11 diciembre 2023: He usado de nuevo el  Cyanbird en un segundo viaje a los desiertos de Jordania y, contra más lo utilizo, más se gana  mi confianza. Y varios de los participantes en este viaje quedaron impresionados por él. Esta vez lo he usado casi exclusivamente con mi habitual rótula de fotografía Benro V2.  Creo que le voy a dar más uso que el que inicialmente preveía).
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(AVISO: Soy embajador de la marca Benro y por ello la marca me proporciona material para probar y para utilizar en mi trabajo. Pero en mis pruebas intento ser lo más realista posible y dar mi opinión sincera sobre los productos testeados.)

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Escribir estos artículos y realizar pruebas de material fotográfico, es un proceso laborioso, que me lleva muchas horas de documentación y trabajo. Si este artículo te ha gustado, te ha entretenido un rato, o te ha sido de utilidad, puedes invitarme a un café.


2/11/23

NUEVO CANON RF 200-800mm F6.3-9 IS USM



El nuevo potente y estilizado Canon RF 200-800 mm F6.3-9 IS USM


El fabricante de productos fotográficos Canon acaba de presentar varios objetivos para sus cámaras mirrorless de la serie R: Un RF-S 10-18 mm F4.5-6.3 IS stm destinado a los usuarios de cámaras de formato APS-C, un RF 24-105 mm F2.8 L IS usm Z para profesionales que combinan fotografía con video, y uno especialmente destinado a nosotros, los fotógrafos de fauna salvaje: el RF 200-800 mm F6.3-9 IS USM.

A lo largo de los años, el teleobjetivo preferido por los fotógrafos de fauna salvaje ha ido evolucionando: En la última década los clásicos, voluminosos, pesados y costosos 500 y 600mm F4 fueron dejando paso a los más ligeros, versátiles y relativamente más económicos 100-400mm. Debo decir que, aunque soy un fan de mi actual zoom Canon EF 100-400 mm F4.5-5.6, no por ello he dejado de utilizar mi EF 500 mm F4, una verdadera joya que a esa gran abertura imprime un carácter especial a las fotografías, y que combina de maravilla con los teleconvertidores 1.4x y 2x.

El progresivo cambio a los 100-400 se produjo en parte porque el precio de los grandes teleobjetivos se ha duplicado (o más) en pocos años, llegando a cotas difícilmente asumibles, ya sea por aficionados como por profesionales. Por ejemplo, hoy en día el RF 600 mm F4L IS de Canon supera los 14.000 €. O el RF 800 mm F5.6L IS los 20.000 €. Y, por otra parte, porque viajar en aviones por el mundo con los grandes y pesados teleobjetivos se ha convertido en una pesadilla.


Los teleobjetivos zoom de 100-400 mm se hicieron omnipresentes entre los fotógrafos de naturaleza gracias a su ligereza y versatilidad. En la imagen, un compañero y yo estamos usándolos en una expedición a la Antártida.
Foto © Eulalia Vicens

Tras unos años donde han reinado los Canon, Nikon o Sony 100-400 mm (acompañados de los Sigma y Tamron algo más ambiciosos de focal,  que llegan a los 500 o 600 mm), en 2019 Sony presentó un 200-600 mm F5.6-6.3 cuyo éxito fue inmediato. Hoy en día muchos fotógrafos de naturaleza de Sony lo están utilizando, relegando al 100-400. 

En 2020 Canon presentó el RF 100-500 mm F4.5-7.1 L IS, algo más corto de focal y menor luminosidad, pero mucho más ligero y pequeño. Una atractiva opción intermedia entre los 100-400 y los 200-600 mm. 

En 2022 Fujifilm anunció el XF 150-600 mm F5.6-8 R LM OIS WR para sus cámaras de sensor más pequeño, APS-C. A título comparativo, este objetivo equivale a un 230-914 en el formato Full Frame.

Y este 2023 Nikon presentó su Nikkor Z 180-600 mm F5.6-6.3 VR, que está gozando de gran aceptación entre los usuarios de la marca.

Hace tiempo que se especulaba con una respuesta de Canon a estos, cada vez más usados, 200-600. Y hoy ha presentado su alternativa, aunque con características propias y un tanto inusuales.



CANON RF 200-800 mm F6.3-9 IS USM: MIS PRIMERAS IMPRESIONES

En primer lugar, Canon sube la apuesta por la focal hasta los 800 mm, superando en este aspecto a sus competidores. Otro debate sería si eso era realmente necesario o no, pero opino que lo han hecho para distanciarse tanto de aquellos, como de su propio RF 100-500.  También iguala así el aumento que marcas que usan sensores más pequeños, como Fujifilm o OM System, consiguen mediante teleobjetivos de focales menores.

A pesar de estos inusuales 800 mm, nos encontramos con un teleobjetivo de aproximadamente el mismo tamaño e incluso menor peso que otras marcas. ¿Cómo han logrado eso? Pues decidiéndose por una luminosidad algo más limitada. A su focal más corta (200 mm) este zoom tiene una abertura máxima de F6.3, 1/3 de diafragma más oscuro que los Nikon y Sony F5.6. A la focal de 600 mm es F8, 2/3 de diafragma menos luminoso que los F6.3 de la competencia. Y a 800mm es F9, igual que si a los Nikon y Sony les añadimos un teleconvertidor 1,4x. Podría decirse que el Canon es como si llevara un teleconvertidor ya incorporado, lo cual lo hace algo más versátil.

Hablando del tema de la escasa luminosidad, leeréis por internet bastantes opiniones respecto a que, con los sensores de imagen actuales y sus elevadas sensibilidades ISO, eso ya no tiene importancia alguna. Vamos a ver, una escasa abertura no afecta tan sólo la entrada de luz en el sensor, también a la profundidad de campo y al bokeh. En este sentido ninguno de estos teleobjetivos zoom F6.3, 7.1 o 9 pueden competir con la belleza de los desenfoques de un 400 mm F2.8 o un 600 mm F4. Pero está claro que en algo hay que ceder si no dispones de 14.000 €. Cada objetivo tiene su público.

Por cierto, que este zoom acepta los teleconvertidores RF 1.4x y 2x sin problemas, y sin las limitaciones que tiene su hermano menor, el RF 100-500. ¡Las focales máximas resultantes son nada menos que 1120 mm F13 y y 1600 mm F18!

Otra diferencia importante con Nikon y Sony es que este Canon tiene un sistema de enfoque interno, pero no el movimiento del zoom. Al aumentar la focal, se alarga el tamaño del barrilete del mismo modo que también sucede en las versiones Sigma, Tamron y OM System. Eso permite replegarlo y que quede más compacto al llevarlo colgando al hombro o al guardarlo en la mochila, pero con el tiempo podría hacerlo más sensible a la entrada de polvo. De todos modos, Canon afirma que el objetivo es sellado contra el polvo y la humedad, o sea que el tiempo ya dirá si eso resulta un problema o no.

Sí que es una pena que Canon siga empeñada en diseñar sus monturas de trípode sin incluir el estándar de montaje Arca-Swiss, el más utilizado en el mundo. Algo que la mayoría de marcas ya han ido introduciendo en estos últimos años. Habrá que comprar y añadirle una placa accesoria que lo único que hará es aumentar el peso y coste de la lente.

Aunque sea de color blanco, este 200-800 no pertenece a la serie L, la gama de objetivos más elevada de Canon. El precio recomendado en USA es de 1900 USD, unos 1800 €. En España se dice que costará en torno a los 2.500 € (21% de IVA incluido), esperemos que sea algo menos. Para mantener el precio en un rango razonable, el fabricante ha recortado algunas prestaciones: el aro de enfoque es muy estrecho (viendo las fotos yo diría que demasiado para tener una utilidad real) y comparte función como Anillo de control. Y se ha reducido la variedad de interruptores para las funciones de estabilizador y de enfoque automático. No hay limitador de enfoque (algo que pienso que es importante para ayudar a la rapidez del AF en los grandes teleobjetivos). Y sólo ofrece una posición para el funcionamiento del estabilizador. Según Canon, el propio objetivo detecta el uso que se le está dando, y ajusta las posiciones del estabilizador de manera automática. 

Que no sea de serie L no significa que sea un mal objetivo, ni mucho menos. De hecho, aunque yo aún no lo he probado (ni visto siquiera), las primeras pruebas que leo delatan una calidad óptica muy elevada, digna de haber incluido el anillo rojo de los L. Pero hay muchas lentes en la gama Canon que no lo llevan y con ellas se obtienen excelentes resultados. Simplemente se pretende ampliar el público al que va orientado, ajustando prestaciones y precio. 

Con su peso y precio razonables, y su focal de 800mm, este teleobjetivo zoom es ideal para los aficionados a la fotografía de animales salvajes y para los observadores de aves, no específicamente orientados a la fotografía. Y, pendiente de constatar su calidad de imagen real, estoy seguro que unos cuantos profesionales también lo utilizarán para captar en imágenes la vida de los seres con los que compartimos este planeta.


(ATENCIÓN, LA FECHA DE COMERCIALIZACIÓN PREVISTA EN ESPAÑA ES ABRIL DE 2024).


COMPARATIVA DE CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS 



CANON RF 200-800 mm F6.3-9 IS USM

Peso: 2050 gr

Distancia mínima de enfoque: 0,8 m (200mm) / 1,8 m (400mm) / 2,8 m (600mm) / 3,3 m (800mm).

Longitud: 31,4 cm (Zoom extensible)

2.579 € (Precio oficial de la web de Canon España)





NIKON Z 180-600 mm F5.6-6.3 VR

2140 gr

Distancia mínima de enfoque: 1,3 - 2,4 m.

Longitud: 31,6 mm (Zoom interno)

2.100 €




SONY FE 200-600 mm F5.6-6.3 G OSS

Peso: 2115 gr

Distancia mínima de enfoque: 2,4 m.

Longitud: 31,8 cm (Zoom interno)

1.700 €





SIGMA 150-600 mm F5-6.3 DG DN OS Sports

Peso: 2100 gr

Distancia mínima de enfoque: 0,58 m.

Longitud: 26,6 cm (Zoom extensible)

1.400 €





SIGMA 150-600 mm F5-6.3 DG OS HSM Contemporary

Peso: 1930 gr

Distancia mínima de enfoque: 2,8 m.

Longitud: 26,1 cm (Zoom extensible)

990 €




TAMRON 150-500 mm F5-6.7 Di III VC VXD

Peso: 1880 gr

Distancia mínima de enfoque: 0,60 m.

Longitud: 20,9 cm (Zoom extensible)

1.150 €



FUJIFILM XF 150-600 mm F5.6-8 RLM OIS WR

(Exclusivo para cámaras de formato APS-C, distancia focal equivalente 230-914 mm)

Peso: 1605 gr

Distancia mínima de enfoque: 2,40 m.

Longitud: 31,5 cm (Zoom interno)

2.100 €




OM SYSTEM M. ZUIKO ED 100-400 mm F5-6.3 IS

(Exclusivo para cámaras de formato Micro 4/3, distancia focal equivalente 200-800 mm)

Peso: 1120 gr

Distancia mínima de enfoque: 1,3 m.

Longitud: 20,6 cm (Zoom extensible)

1.100 €

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Escribir estos artículos y realizar pruebas de material fotográfico, es un proceso laborioso, que me lleva muchas horas de documentación y trabajo. Si este artículo te ha gustado, te ha entretenido un rato, o te ha sido de utilidad, puedes invitarme a un café.


25/10/23

REMEMBERING LEOPARDS

Remembering Leopards es una obra magna, de gran formato

Remembering Wildlife es una organización que cada año lleva a cabo un gran proyecto para la recogida de fondos para la conservación de especies amenazadas. Consiste en un conjunto de actos que giran alrededor de la edición a través de la plataforma de crowdfunding Kickstarter de un lujoso libro sobre la especie escogida. Además se hace una exposición, se subastan obras de artistas diversos, hay venta de merchandising, etc. Todo ello con el fin de recolectar dinero para el objetivo final.

En estos años los libros se han dedicado a los elefantes, rinocerontes, grandes simios, leones, guepardos, licaones, osos y, este 2023, a los leopardos. Hasta ahora se han vendido más de 35.000 ejemplares y recaudado más de 1,3 millones de dólares para proyectos de conservación en Africa y Asia.

Cada libro recoge fotografías cedidas de manera altruista por algunos de los fotógrafos de naturaleza más renombrados del mundo, como Frans Lanting, Art Wolfe, Marsel Van Oosten, Steve Winter, Sascha Fontseca, Jonathan and Angela Scott, Michael Poliza, Michel Denis-Huot, Pete Oxford, Sergey Gorshkov, Tim Laman, Will Burrad-Lucas, Thomas Vijayan, etc.

Pero cada año el editor reserva 20 fotografías del libro abiertas a la participación de otros fotógrafos, a través de un peculiar concurso. Este año se presentaron a competición más de 3.500 fotografías de las distintas especies de leopardos del mundo. Como los leopardos son mis animales favoritos, en esta ocasión decidí probar y presenté algunas fotografías de leopardo africano y de mi trabajo sobre el leopardo de las nieves. Dos fotografías de esta especie resultaron finalistas y, una de ellas, fue seleccionada entre las veinte ganadoras para aparecer en el libro.


Macho de leopardo de las nieves escondido en una llanura nevada, a unos 4.100 de altitud, Himalaya, India, invierno 2019.
Esta es una de las veinte fotografía seleccionadas para ser publicadas en el libro, de las 3.500 que se presentaron al concurso de Remembering Wildlife.


Participar en un concurso en el que no ganas nada y encima pagas derechos de inscripción, puede parecer una tontería. Pero aquí el premio que recibes es la satisfacción de colaborar en un proyecto de conservación para ayudar a esas especies que tanto amamos y nos gusta fotografiar, en compañía de los mejores fotógrafos del momento.

Entre las especies que aparecen en el libro están el leopardo común (africano, árabe, persa, indochino, de Java, Ceylan, indio y de Amur), el leopardo de las nieves, y la pantera nebulosa.


PRESENTACIÓN EN LONDRES

El miércoles, 11 de octubre, Eulàlia y yo asistimos invitados a la presentación del libro, que tuvo lugar en la Royal Geographical Society en Londres. Fue un acto en el que nos reunimos muchos de los fotógrafos colaboradores, firmamos libros y asistimos a sendas conferencias del fotógrafo de National Geographic especialista en félidos Steve Winter y de la conservacionista de leopardos doctora Vidya Athreya,


La promotora del proyecto Remembering Wildlife Margot Raggett, presentado el nuevo libro en la Royal Geographical Society en Londres.


Steve Winter presentado sus trabajos sobre leopardos, realizados para la revista National Geographic.

Al día siguiente Eulàlia y yo pudimos visitar la exposición de Remembering Leopards en la galería Gallery@Oxo, situada a orillas del Támesis. Allí pudimos debatir con diversos colegas fotógrafos. Algunas de las ampliaciones serán subastadas para aumentar la recaudación de fondos destinada a los proyectos de conservación de las distintas especies de leopardos.




Con el fotógrafo indio Ismail Shariff, a quien conocí en mis viajes a la India, cada uno con nuestra fotografía seleccionada.



Por si os interesa el libro o colaborar en la campaña, Remembering Leopards puede comprarse en Reino Unido en la web de Remembering Leopards, o bien en España en AMAZON.ES




9/6/23

¿Con qué ojo miras por el visor?






Siempre he mirado por el visor de mis cámaras con el ojo izquierdo. N
o sé porqué ni desde cuándo.
Pero siempre lo he hecho así de manera natural, sin pararme a pensar si eso era lo correcto o no. De hecho, me sorprendió el día que me di cuenta de que, aunque buen número de colegas hacían lo mismo que yo, la gran mayoría, no.

Los fabricantes de cámaras diseñan la ergonomía de sus modelos siempre pensando en personas diestras y para quienes usan el ojo derecho. Aunque yo sea diestro, con diversas pruebas he constatado que mi ojo dominante es el izquierdo. También en otro tipo de pruebas descubrí que tengo dominante mi lado izquierdo en general, por ejemplo en los test de renovación del carnet de conducir, donde obtengo mejores resultados con mi mano izquierda. Quizás yo debería ser zurdo. Pero supongo que de pequeño, en la escuela, me forzarían a usar la mano derecha (en los años 60 eso era lo habitual, ya que ser zurdo no estaba bien visto y era algo que había que corregir). Otra posibilidad es que algunas personas presentan lo que se llama lateralidad cruzada, cuando la dominancia entre su vista y sus manos y/o pies no coinciden.


Al mirar por el visor de una cámara con el ojo izquierdo, mi nariz y el ojo derecho ocupan la zona de la pantalla LCD, el joystick y numerosos botones que debo utilizar, complicando bastante su manejo.


ZURDOS POR EL MUNDO
Los zurdos de nacimiento están presentes en todas las poblaciones humanas del globo. Entre un 8 y un 13 % de la población mundial es zurda.​ Los estudios indican que el fenómeno es más común en los varones que en las mujeres (13 % versus 9 %), sin que se sepa el porqué. Según un estudio realizado hace unos años, el porcentaje de zurdos en España oscila entre un 10% y un 11.5% de la población. En Europa alcanza un 12-13% y en Estados Unidos puede llegar a duplicarse o triplicarse. Sólo se sabe de una tribu de zurdos: los Taymir, del ártico ruso, donde un 75% de la población es zurda.

A lo largo de la historia los zurdos han sido considerado seres problemáticos. Durante generaciones, la iglesia Católica les declaró  sirvientes del Demonio y, los que iban a las escuelas católicas, eran obligados a convertirse en diestros. 


Buscando fotografías para ilustrar este artículo, he encontrado en mi archivo bastantes de ellas en que amigos o participantes en mis cursos y viajes utilizaban su ojo izquierdo.


Otros ejemplos de marginación a los zurdos o de problemas con la izquierda en diversas culturas: Hace unas pocas décadas, en Japón, que una esposa fuera zurda era suficiente motivo para un divorcio. El anillo de casado se lleva en la mano izquierda para espantar a los malos espíritus que puedan deshacer el matrimonio. Los nativos de Nueva Guinea nunca tocan con su dedo pulgar izquierdo los vasos, por la creencia de que podrían envenenar los brebajes que contiene. Las mujeres Maoríes, ondean sus ropas matrimoniales con la mano derecha, ya que la mano izquierda podría profanar sus ropas, la consecuencia de usar su mano izquierda sería la muerte. Y las tribus africanas de las orillas del río Niger, no dejan que sus mujeres preparen la comida con su mano izquierda, por miedo a la magia negra.


Si manipular los botones y el joystick es complejo con las manos desnudas, usando guantes la cosa se complica aún más.


¿EXISTEN CÁMARAS PARA ZURDOS?
O sea que ya veis de qué va eso de usar las partes izquierdas. ¡Y encima los fabricantes de cámaras no lo tienen en cuenta! La mayoría de zurdos manuales lo son también oculares, pero también un importante número de diestros, empleamos preferentemente el ojo izquierdo al mirar por el ocular de nuestra cámara. 

Tan sólo recuerdo una noticia, hace ya muchos años, de una cámara réflex diseñada al revés, para zurdos. Creo recordar que era una Mamiya, pero no he encontrado ninguna información sobre ella en internet. Sí que hay muchos bulos fabricados con imágenes de cámaras Nikon o Canon, como el que encabeza esta artículo. Pero no son reales.

Lo único que he encontrado es este clon ruso de una Leica, donde la disposición de los mandos está adaptada para zurdos. Esta cámara sí que parece ser que existió.


MIRANDO POR EL OCULAR
Fotografiar con el ojo derecho permite dejar libre la parte trasera de la cámara y poder manejar con mayor facilidad los botones y el joystick, que muchas de ellas tienen para mover los puntos de enfoque. Algunos fotógrafos, mientras miran con el ojo derecho por el ocular, mantienen el ojo izquierdo abierto, con cierta práctica, ven tanto el encuadre, como el conjunto de la acción que se desarrolla ante ellos. Eso era muy habitual con las Leica telemétricas, cuyo visor se encuentra en el extremo izquierdo de la cámara.


Con una cámara de telemetro y mirando por el ojo derecho, el izquierdo queda totalmente al aire libre para ver lo que sucede a nuestro alrededor.


Si tienes el ojo izquierdo puesto en el ocular, tu cara invade el espacio de los botones y joystick. Y tu nariz se pasea por la pantalla LCD que, como sea táctil, puede ser que vaya cambiando los parámetros o los puntos AF sin desearlo. 

Recuerdo cuando en la presentación de la primera Canon EOS R en 2018, los comerciales de Canon me comentaron con entusiasmo que habían eliminado el joystick de selección de los puntos AF en el visor y como eso se hacía de forma táctil moviendo el pulgar por la pantalla LCD sin quitar el ojo del visor. ¡El ojo derecho, evidentemente, porque con el izquierdo como la usaba yo era un suplicio! Mi nariz iba moviendo los puntos AF de manera caótica y no intencionada por toda la pantalla. Por fortuna, en las siguentes Canon EOS volvieron al mucho más práctico y fiable joystick




ENCUESTA EN INSTAGRAM
Escribiendo esta artículo, por pura curiosidad publiqué una Story con una encuesta sobre el tema en mi cuenta de Instagram https://www.instagram.com/oriolalamany/

La pregunta era: ¿Con qué ojo miras por el visor de tu cámara?

Y tras 24 horas y 310 respuestas los resultados han sido estos:

- Personas diestras, que miran con el ojo derecho: 53%

- Personas diestras, que miran con el ojo izquierdo: 34%

- Personas zurdas, que miran con ojo izquierdo: 7%

- Personas zurdas, que miran con ojo derecho: 6%

Eso significa que el 59% de personas encuestadas fotografían mirando por el visor con el ojo derecho, y el 41% (¡que no somos pocos!), lo hacemos con el izquierdo. Desde luego no tiene nada que ver con la proporción de zurdos en la sociedad, que ronda sólo el 10%, es cuatro veces más.

Otra cosa aparte son quienes fotografían con la cámara (o el teléfono móvil), alejándolos de su cara para encuadrar por las pantallas LCD. ¡En ese caso se usan ambos ojos!


NO INTENTES CAMBIAR
En el año 2011 sufrí un desprendimiento vítreo en mi ojo izquierdo. Debido a ello, me costaba mucho ver bien con él. Así que estuve forzándome a encuadrar por la cámara con mi ojo derecho. ¡Pero me resultó imposible acostumbrarme a ello! Acabé fotografiando a duras penas con el izquierdo, hasta que el vítreo se asentó y desaparecieron los hilos flotantes, los desenfoques y las "moscas" de mi visión. Hoy en día mi cerebro se ha acostumbrado a ello y sigo encuadrando con el izquierdo.


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¿Quieres saber cual es tu ojo dominante? Te dejo un ejercicio supersencillo, no es muy científico, pero puede servir:

  1. Extiende totalmente tu brazo y, manteniendo los dos ojos bien abiertos, señala un objeto distante.

  2. Cierra de manera alternada un ojo y el otro.

  3. El ojo que mantiene el extremo del dedo índice señalando el objeto al cerrar el otro ojo, es tu ojo dominante.


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Escribir estos artículos y realizar pruebas de material fotográfico, es un proceso laborioso, que me lleva muchas horas de documentación y trabajo. Si este artículo te ha gustado, te ha entretenido un rato, o te ha sido de utilidad, puedes invitarme a un café.


9/3/23

CONSEJOS PARA LA FOTOGRAFÍA CON TELÉFONO MÓVIL



Eulàlia Vicens fotografiando un paisaje de la puna argentina con su móvil Oppo, octubre 2022.


La coincidencia en la aparición de los teléfonos con cámara fotográfica incorporada, con el boom de las redes sociales basadas en la imagen, ha "democratizado" la fotografía hasta niveles insospechados. Ahora casi todas las personas hacen fotografías, pero la mayoría de ellas ya no usan cámaras convencionales. Desde hace unos años, las cámaras de los teléfonos móviles o smartphones han ocupado el lugar de las cámaras fotográficas compactas tradicionales. 

A medida que aumentaban las ventas de teléfonos, se hundieron las ventas de las cámaras de gama baja, mas sencillas. Entonces los fabricantes decidieron contraatacar diseñando cámaras compactas de gama alta, con sensores mas grandes (de 1"), buenas ópticas, y prestaciones muy superiores a las de los teléfonos. 

Pero a pesar de ofrecer modelos muy atractivos, como la Sony RX100 VII o la Canon G5 X Mark II, esta política empresarial no funcionó. El público prefirió los teléfonos y, desde el año 2019, marcas como Canon, Nikon, Fujifilm o Panasonic ya no han sacado al mercado ningún nuevo modelo de cámara compacta. Y Sony sacó la última en 2020. 

Hoy en día la gente que hace fotografías se puede dividir en dos grupos muy diferenciados: los usuarios de un teléfono móvil, y los de cámaras fotográficas réflex o mirrorless con ópticas intercambiables (que, evidentemente, también usamos nuestros móviles de manera regular). 



Pedro Martín fotografiando una Oreja de oso con su móvil duarnte la Salida fotográfica Senderos de agua en el Cadí-Moixeró, Pirineos, abril 2022.


E
L TELÉFONO COMO CÁMARA FOTOGRÁFICA

Los teléfonos móviles con cámara presentan algunas ventajas (su pequeño tamaño, la conveniencia de que los llevamos siempre encima, el uso masivo de IA (Inteligencia artificial) que procesa las imágenes de manera automática para que (casi) siempre luzcan bien, y la posibilidad de compartirlas de manera inmediata con amigos o seguidores mediante la conexión a internet...

Pero para un amante de la fotografía también tienen bastantes inconvenientes: en primer lugar, el sensor responsable de captar la imagen tiene un tamaño minúsculo en comparación con las cámaras convencionales. Sus píxeles son extremadamente pequeños, proporcionando imágenes de menor calidad que las de los habituales sensores Full Frame o APS-C que equipan las cámaras fotográficas. 




Resulta curioso que algunos fabricantes de teléfonos se vanaglorien estos últimos tiempos de incorporar sensores de tamaño "grande", como los de 1" de las últimas cámaras compactas. Lo que no explican es que el objetivo que instalan delante de ese sensor no cubre su tamaño, por lo que la imagen resultante sólo aprovecha una parte central de su extensión, desperdiciando todos los píxeles restantes: una política publicitaria perversa. Un módulo de cámara que cubriera realmente el área de ese sensor de 1" debería ser mucho más grande, protuberante y engorroso.



Teléfono Xiaomi 13 Pro con una de sus tres cámaras dotada de sensor de 1" (que no aprovecha en su totalidad), desarrollado en colaboración con Leica y cuyo precio asciende a unos 1.300 €.


Por otra parte, uno de los grandes atractivos de la fotografía es la posibilidad de obtener encuadres distintos mediante el uso de diferentes objetivos de variadas distancias focales: gran angulares, objetivos zoom, teleobjetivos... Cualquier cámara de objetivos intercambiables nos ofrece multitud de opciones. En cambio, un teléfono suele tener un objetivo fijo, minúsculo y muy simple: lo mas habitual es que sea un gran angular equivalente a aproximadamente unos 24 mm en una cámara convencional. Eso hace imposible captar a sujetos que se encuentren a cierta distancia. 

Por ello cada vez más teléfonos incorporan una segunda cámara con un gran angular aún mas amplio, de aproximadamente de unos 16 mm. Y quizás una tercera cámara, con una óptica similar a un objetivo estándar de 50 mm a la que, muy erróneamente, suelen llamar “lente teleobjetivo”. Muy pocos modelos ofrecen algo que se parezca mínimamente a un teleobjetivo real: algunos disponen de algo equivalente a un 75 o 125 mm (como mi actual Huawei P30 Pro NE), pero son minoría. Para acercar el sujeto o simular un zoom, los teléfonos recurren al burdo artificio de recortar la fotografía. Cuando ampliamos la imagen en la pantalla mediante las yemas de los dedos, no estamos realmente haciendo zoom como con un objetivo, sino simplemente recortando mas y mas la imagen que, a mayor aumento, cada vez es de menor calidad.



La playa de Poblenou, en Barcelona, captada con el teleobjetivo de 125 mm de mi teléfono móvil Huawei P30 Pro NE.


Todo esto hace que, si miramos ciertas fotografías capturadas con un móvil en una gran pantalla de ordenador (en especial si es un Raw DNG), nos podemos llevar una decepción: imágenes con poco detalle, mucha granularidad (el llamado “ruido” digital) y un fuerte viñeteo (periferia de la imagen mucho más oscura que el centro), etc. Lo que ocurre es que la IA hace maravillas y nos proporciona unos archivos finales de formato Jpeg muy retocados que suelen lucir bastante bien.

Otro problema de fotografiar con teléfono móvil es su absoluta falta de ergonomía. Aquí no hay ni una empuñadura que facilite su agarre, ni un visor, ni tan siquiera botón disparador. El teléfono se agarra mal y todo se hace a través de la pantalla táctil, lo que enlentece el proceso fotográfico. Y si hace frío, la fotografía con guantes lo complica aún más. El disparo tampoco es muy preciso que digamos, ya que suele tener un pequeño retraso, lo que dificulta captar una acción concreta. Y si quieres montarlo en un trípode, hay que añadirle algún tipo de pinza adicional.

La estrategia de algunos fabricantes de teléfonos móviles para proporcionar una aureola de calidad a las cámaras telefónicas, es que luzcan un nombre propio de la industria fotográfica: por ejemplo, Huawei se alió con Leica (marca que ahora se ha pasado a Xiaomi, para lucir su logo en sus teléfonos de gama alta. OnePlus lo hizo con Hasselblad y Sony con Zeiss. Al final esos teléfonos con cámara de prestigio acaban yéndose a precios de 900-1.300 €, más que algunas cámaras convencionales.



Liliana Rau fotografiando con su móvil en nuestro Viaje fotográfico a Patagonia, 2015.



LA AUSENCIA DE ARCHIVO RAW

Las cámaras digitales tradicionales permiten fotografiar en dos formatos diferentes: el Jpeg (formato comprimido que procesa la cámara de forma automática), y el Raw o archivo original obtenido por la cámara, que después se puede procesar en un ordenador para obtener una imagen final de elevada calidad. El archivo original Raw no se puede manipular, por lo que los jurados de muchos concursos fotográficos los utilizan como garantía para comprobar la autenticidad de las imágenes presentadas.

Pocos modelos de teléfonos móviles permiten guardar ese archivo original Raw. Los que sí lo hacen, normalmente es en el formato DNG, propiedad de la empresa de software Adobe. El resto de modelos, la enorme mayoría, sólo ofrecen la posibilidad de guardar un Jpeg ya procesado. También es cierto que, cuando abres en la gran pantalla de un ordenador uno de esos Raws de teléfono móvil, es para echarse a llorar dado el grano y viñeteo que suelen presentar. Mientras que al procesar el Raw de una cámara fotográfica resulta relativamente fácil mejorar su Jpeg equivalente, en un teléfono móvil cuesta bastante lograr algo parecido, tal es la cantidad de defectos que su IA logra disimular. La verdad es que los Jpeg de los móviles son muy resultones y, a veces, más vale ajustar un poco su tonalidad o exposición, que liarse a trabajar a fondo con el Raw.



Macro de una Nomeolvides, el Vall d'Aran, captada con un Huawei P30 Pro NE.


ALGUNOS CONSEJOS PARA FOTOGRAFIAR CON TELÉFONO MÓVIL

Aunque las cámaras incluidas en los teléfonos móviles suelen enfocar y exponer de forma totalmente automática, y la intervención del fotógrafo se reduce a escoger sujeto y encuadre, algunas apps ofrecen un Modo Pro, donde al menos nosotros podemos decidir algunos de los parámetros (Balance de blancos, compensación de exposición, etcétera) y sentirnos algo más fotógrafos.

Si tu teléfono lo permite, y quieres obtener mejores fotografías, comienza aprendiendo a compensar la exposición: Suele haber alguna función +- donde puedes hacer la imagen más oscura o más clara que lo que te propone su Exposición Automática. Exponer correctamente una fotografía es potestad del fotógrafo, no de la máquina.

Si puedes, tampoco debes utilizar por sistema el Balance de blanco automático. Con este parámetro la cámara compensa las tonalidades de colores de manera automática, pero eso no es siempre lo más conveniente. Según lo que quieras transmitir, puedes usar el Balance de blanco Luz de día (el icono de un sol) o el mas cálido Nublado (el icono de una nube). ¡Ah!, y piensa que muchos teléfonos pueden fotografiar en blanco y negro, ofreciendo unas fotografías especialmente atractivas.



Corteza de abedul, captada con el modo monocromático del Huawei P10 Pro.




Serranía de Guara al anochecer, captada con un Huawei P10 Pro.


En lo posible, no re encuadres mediante el zoom digital, o limita su uso, ya que al aumentar el sujeto la calidad de la foto se degrada rápidamente, perdiendo definición. Aprovecha al máximo el área de tu pequeño sensor. Si te encuentras con que constantemente quieres tomar fotos con teleobjetivo, compra alguno de los suplementos ópticos que se encuentran en el mercado o, aún mejor, búscate una cámara convencional con un buen zoom.

A la hora de encuadrar, como norma general no pongas al sujeto ni el horizonte en el centro de la foto, salvo que busques un efecto intencionado de simetría. Algunas aplicaciones de cámara permiten sobreponer una cuadrícula de líneas en el visor, lo que puede ayudar a la composición, o también a nivelar los horizontes torcidos.

Un atractivo de las cámaras de los teléfonos es que suelen ofrecer la posibilidad de obtener unas fantásticas panorámicas de forma muy simple. Busca el Modo Panorámico y, simplemente desplazando el teléfono de lado a lado, obtienes una impactante fotografía panorámica en muy pocos segundos. Algo que con una cámara convencional te llevaría un buen rato de trabajo en el ordenador.



Panorámica del glaciar Eqi en Groenlandia, captada con un Huawei P30 Pro NE.


Según el grado de sofisticación del teléfono también encontraremos funciones especiales como Modo Noche, Retrato, Apertura, Larga exposición, HDR, Monocromático, Macro, etc. Cada modelo es un mundo y vale la pena experimentar un poco con cada sistema, para conocer sus posibilidades. Fotografiando cascadas de agua con el modo larga exposición, por ejemplo, se obtienen resultados espectaculares.



Cascada en Vall d'Aran, captada con un Huawei P10 Pro, con trípode y una exposición de 21 segundos, octubre 2017.


Y un consejo muy simple que te permitirá obtener de inmediato fotografías de mejor calidad: limpia las lentes de las cámaras de tu teléfono. No llevan ninguna tapa que las proteja y, al llevarlo en los bolsillos, siempre están sucias o con huellas. Esto hace que la imagen se difumine y las zonas iluminadas brillen de forma desagradable, especialmente en las tomas a contraluz. Un objetivo limpio, proporciona mejor nitidez y tonalidades.

Por cierto, ¿sabes que existen fundas impermeables para teléfonos que permiten incluso utilizarlos para la fotografía subacuática?



Eulàlia fotografiando con su móvil un invierno en Islandia, 2022.


PROCESADO DE LAS IMÁGENES

Aunque el formato ideal para procesar a posteriori una imagen es el Raw, los archivos Jpeg de un teléfono permiten un cierto tratamiento. Mejor no manosearlos mucho porque se van degradando con rapidez. Pero sí pueden ajustarse en el mismo teléfono mediante alguna de las múltiples aplicaciones existentes, como Snapseed, Google Fotos, Adobe Lightroom mobile, PicsArt, etc. Evidentemente, también puedes descargártelas al ordenador de casa y procesarlas allí de manera más pausada.

Y un último consejo: Descarga o sincroniza regularmente tus fotografías en un ordenador. Cada año se pierden millones de fotografías por teléfonos robados, perdidos o estropeados que no tenían copia de seguridad. 



Estación de tren en Nápoles, captada con un Huawei P30 Pro NE y procesada en el mismo móvil con la aplicación Snapseed.


Cuando se habla de equipos fotográficos, una frase que corre mucho entre los fotógrafos es la del fotógrafo Chase Jarvis que afirmaba: "La mejor cámara, es la que llevas contigo". Y ésta es precisamente la principal grandeza de la fotografía con teléfono móvil. No será perfecta, no tendrá el glamour de hacerla con una bonita cámara clásica en las manos, pero resulta que con él todos llevamos siempre un cámara encima, lo que nos ofrece la posibilidad de captar situaciones o luces inesperadas que quizás nunca quedarían registradas. ¡Aprovechémoslo!

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(Este artículo es una versión ampliada de otro que publiqué en 2022 en el blog del concurso fotográfico MedFoto, que tiene una categoría específica para fotografías realizadas con teléfonos móviles).

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