22/1/13

• Terra Infinita 5: Etapa final del viaje

IMPRESIONES DE UN VIAJE POR AUSTRALIA

(Continuación de Terra Infinita 1-2--3- y -4-)


Uno de los endemismos australianos más insólitos: el encantador Ornitorrinco (Ornithorrynchus anatinus) nadando en una poza en la selva de Queensland.
Canon EOS 5D MkIII a ISO 1250, 500 mm f:4L, trípode
© Oriol Alamany

HUYENDO DEL MUNDANAL RUIDO

Desgraciadamente, y a pesar de sus innegables atractivos, en algunos lugares de la isla Fraser coincidimos con montones de turistas que desmerecieron algo su encanto. Debido a esta circunstancia a Eulàlia y a mí nos dió un ataque antisocial y a partir de este momento del viaje por Australia decidimos evitar en lo posible los sitios más famosos de la costa de Queensland. Habituados durante semanas a la soledad y el silencio del Outback, las poblaciones costeras, los coches y la gente se nos hacían agobiantes. El sereno espíritu del interior había calado hondo en nosotros y nos sentíamos fuera de lugar en estos lugares frecuentados por el turismo. 

Eli Creek, una de los puntos más bonitos de la isla Fraser, inundado de turistas. Imposible hacer fotografías de paisaje aquí (Queensland)
Canon PowerShot G10 ISO 80
© Oriol Alamany

          A ambos nos gusta llevar el itinerario más o menos preparado, pero dejarse llevar por el instinto también forma parte del juego del viajero. Así que al regresar de Fraser decidimos improvisar: había leído sobre la garganta de un río tierra adentro, y pensamos que quizás conservara la magia del interior de Australia. Al planear el viaje en Barcelona la había descartado porque quedaba alejada de nuestra ruta, pero ahora ya no me importaba conducir 400 kilómetros hacia el interior para recuperar un poco de soledad. Así que nos fuimos hasta el Carnarvon Gorge National Park a andar, disfrutar de nuevo con las galerías de arte rupestre aborigen (siempre me han encantado las pinturas rupestres) y a fotografiar canguros, wallabíes, ornitorrincos y equidnas, estos últimos animales desconfiados y difíciles de fotografiar.

Antiguas pinturas rupestres aborígenes utilizando manos y boomerangs como plantillas en la garganta Carnarvon (Queensland)
Canon EOS 5D MkIII a ISO 100, 17-40 mm f:4L, trípode
© Oriol Alamany

RUMBO AL NORTE

Canguro gris oriental (Macropus giganteus) en una playa (Queensland)
Canon EOS 5D MkIII a ISO 400, 70-200 mm f:2.8L IS II, flash
© Oriol Alamany

Tras Carnarvon fuimos ascendiendo hacia el norte alternando entre el interior y el litoral: Mission Beach, Eungella, Atherton Tableland, Daintree, Cooktown... Queensland alberga uno de los conjuntos de selva tropical más importante del mundo, amparados bajo la figura Wet Tropics of Queensland, declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. 
          En los días que siguieron dedicamos un montón de horas a la espera fotografiando a los discretos Ornitorrincos en las pozas calmadas de tres ríos diferentes. Luego regresamos a la selva costera en un intento de observar el escaso y amenazado Casuario y aunque lo conseguímos por tres veces (¡algo que no me parecía posible ni en mis sueños más optimistas!) no logré obtener ni una sola buena imagen. Y eso que una de las veces me topé con uno de ellos a unos cinco metros  de distancia... ¡sin cámara!
          Con frecuencia los fotógrafos no conseguimos plasmar en fotografías todo lo que vemos, por más paciencia, esfuerzo y horas de trabajo que le echemos. El nuestro no es un trabajo fácil. Esta vez así fue y las imágenes de las tres observaciones de esta altiva ave de la selva, de hasta dos metros de altura, tan sólo están en mi cabeza. Algo que como naturalista guardaré como un recuerdo preciado.


La selva tropical es extremadamente difícil de fotografiar, así como sus habitantes, Djiru National Park, Queensland
Canon EOS 5D MkIII a ISO 800, 17-40 mm f:4L
© Oriol Alamany

La única imagen de Casuario (Casuarius casuarius) que logré en la tupida selva litoral de Queensland
Canon EOS 5D MkIII a ISO 1600, 70-200 mm f:2.8L IS II
© Oriol Alamany

ÚLTIMOS DÍAS EN AUSTRALIA

Y así fueron pasando los días, viajando y fotografiando,. Hasta que llegó el 14 de noviembre, fecha en que tenía lugar el eclipse solar total, el que fuera el detonante de este viaje a Australia pero que en este momento ya nos parecía tan sólo un atractivo más de nuestra larguísima ruta. De esta experiencia ya os hablaré otro día con más calma porque se lo merece. No me basta con unas pocas líneas y una fotografía.
          Tras el eclipse nos acercamos a la civilización para intentar pillar una red Wi-Fi para poder mandar algunas de las imágenes obtenidas a las agencias fotográficas que nos representan en diversos países del mundo. Y cumplida la tarea volvimos a desaparecer un par de días en un alejado lugar del interior, el Parque Nacional Chillagoe-Mungana, a la espera de la fecha de nuestra partida. Bajo una lluvia torrencial atravesamos las montañas y selvas litorales. Pero en el momento en que la tupida selva se transformó en un seco bosque de eucaliptos, el asfalto de la carretera se convirtió en tierra de ese color rojo que tan sólo existe en Australia, y por fin volvimos a circular solos. La paz volvió a nuestros espíritus.

Formaciones kársticas en Chillagoe-Mungana
Canon EOS 5D MkIII a ISO 100, 17-40 mm f:4L, trípode
© Oriol Alamany


Pareja de Galah (Eulophus roseicapillus), nuestras cacatúas preferidas, en Chillagoe, Australia
Canon EOS 5D MkIII a ISO 800, 70-200 mm f:2.8L IS + 2X-II
© Oriol Alamany

          A pesar del calor tremendo en Chillagoe-Mungana hicimos nuestras últimas caminatas, fotografiamos cacatúas y wallabíes, y aún añadimos algunas aves nuevas a nuestra lista de especies observadas. 
          El último día allí nos detuvimos ante un rótulo y una carretera que nos invitaban a reemprender la aventura llevándonos de nuevo hacia el Outback más profundo. ¡Qué pena que ya no nos quedaban días!... ni un vehículo adecuado para recorrerla... ni gasolina para alcanzar la siguiente estación de servicio (tan sólo a 560 km)... Lo único que sí teníamos eran ganas de continuar, de no detenernos, de no regresar a casa. 


Aquí terminaba nuestro viaje (Queensland)
Canon EOS 5D MkIII a ISO 100, 17-40 mm f:4L
© Oriol Alamany

          Allí estábamos, parados, mirando el cartel con la furgoneta al ralentí. Y sin razón alguna proseguimos hacia adelante: el asfalto acabó y el firme se convirtió en tierra roja. Conduje casi cincuenta kilómetros, primero entre extrañas formaciones rocosas, luego por la seca sabana, intentando retrasar lo que ya era inevitable. Al fin nos detuvimos.

          La recta proseguía hacia el infinito.

          Lentamente di la vuelta a la furgoneta y emprendimos el regreso hacia Cairns y su aeropuerto, de donde partía nuestro avión. 
          Miré un instante por el retrovisor y ví cómo el polvo rojo se levantaba a nuestras espaldas.


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(PRÓXIMO CAPÍTULO: SYDNEY IN BLACK and WHITE)

7 comentarios:

  1. Espectacular Oriol, has logrado trasladarme física y espiritualmente a Australia y qué se siente realizar un viaje de esas características!

    Abrazo!

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  2. Excepcional colofón para la narración de este singular viaje. la foto del casuario una pasada.
    Saludos desde Asturias

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  3. Jorge, pues escasos segundos antes tuve este Casuario a 5 metros de mi al descubierto en medio de una pista forestal. Corrí (cautelosamente) a coger la cámara a la furgoneta y a avisar a Eulàlia y cuando regresé (en menos de un minuto) ya no estaba . Al final lo encontramos escondido entre la maleza. Tan sólo pude hacerle dos disparos con el 70-200mm entre la maraña de vegetación antes de que desapareciera defintivamente.

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  4. Unknown, celebro que te haya gustado el relato. He separado la parte técnica-fotográfica para comentarla en el próximo capítulo, para así no embrutecer de técnica el texto de la experiencia.

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  5. Entrañable como siempre. He leido tus entregas con avidez. Muchas gracias. Un abrazo
    Paco

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  6. Muchas gracias por compartir vuestras experiencias en este maravilloso viaje. Espero leer pronto los comentarios fotográficos para ver, entre otras cosas, que tal se portó la 5D MkIII.
    Un abrazo.

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  7. Així que hi haurà un capitol per comentar aspectes técnics en les fotografies? Ja l'estic esperant amb candeletes...
    A cada capitol m'has enganxat en el teu relat i era com veures traslladat allà enmig de deserts, amb calors sofocants i brut de pols roja.

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