26/3/15

• Regreso a las islas Lofoten



Pep Prats fotografiando al amanecer en un lago helado de las islas Lofoten
Canon EOS 5D MkIII, 16-35 mm f:4L IS, trípode
© Oriol Alamany


Islas, islas, islas… Eulàlia y yo seguimos con nuestro personal interés por viajar y fotografiar las islas del mundo.

Aunque esta vez, el detonante del viaje era otro motivo distinto. Dado que nuestros dos primeros viajes invernales a Islandia en 2010 y 2012 para observar auroras boreales no fueron precisamente un éxito (en lo concerniente a las auroras, aunque sí en otros sentidos), este año decidimos que para el tercer intento cambiaríamos de destino. 


Así que este febrero 2015, acompañados de otros tres amigos/as, nos hemos desplazado hasta el archipiélago de Lofoten, un grupo de islas situado en el litoral de Noruega, por encima del Círculo Polar Ártico. A pesar de su latitud elevada, las islas reciben las templadas aguas de la corriente del Golfo lo que suaviza las bajas temperaturas que le correspondería tener dada su situación geográfica. El nombre Lofoten significa "Pie de Lince" e inicialmente se le daba tan sólo a la isla de Vestvågøya. Su vecina Flakstadøya se llamaba originalmente Vargfót, "pie de Lobo".


Nuestro reportaje sobre las islas Lofoten publicado en la revista Periplo núm. 71, en el año 1986.


La misma vista de Reine que aparece en la revista, fotografiada treinta años después.
En la revista con una Canon A1, un FD 28 mm f:2.8 y película Kodachrome 64 ISO. Aquí con una Canon EOS 5D MkIII a ISO 100 y un EF 16-35 mm f:4L IS a 28 mm.
© Oriol Alamany


Tanto Eulàlia como yo conocíamos las Lofoten porque allí estuvimos hace treinta años, en el lejano verano de 1985. Por aquel entonces partimos desde Barcelona en nuestro pequeño pero valiente Seat Panda y durante un mes y medio recorrimos Noruega y Suecia en el que fuera nuestro primer viaje como pareja. El reportaje fotográfico que allí hicimos también sería nuestra primera publicación en 1986 en la entonces afamada revista Periplo, publicación que fuera la cuna de muchos fotógrafos de la naturaleza españoles.



Pueblo de Reine, bajo las montañas, islas Lofoten
Canon EOS 5D MkIII a ISO 100, 70-200 mm f:2.8L IS II, trípode
© Oriol Alamany



Rorbuer al anochecer, islas Lofoten
Canon EOS 5D MkIII a ISO 100, 16-35 mm f:4L IS, trípode
© Oriol Alamany


Día de temporal, islas Lofoten
Canon EOS 5D MkIII a ISO 800, 500 mm f:4L IS
© Oriol Alamany

Pero esta vez nuestro viaje a Lofoten ha sido en invierno, ya que teníamos tanto la intención de observar alguna aurora boreal, como también de fotografiar sus espectaculares paisajes y pueblos costeros en pleno aspecto invernal.

Tanto el viaje de ida desde Barcelona a Lofoten, como el de regreso fueron sido complicados, ya que por culpa de los notorios retrasos de todos los vuelos de la compañía aérea SAS perdimos las conexiones y fuimos obligados a pernoctar a medio camino, desperdiciando una jornada en los aeropuertos. Además, el trato recibido por parte de la aerolinea fue deficiente durante los retrasos y ha sido nefasto en la reclamación posterior que tramitamos.


Pero cuando el avión aterrizó finalmente sobre la pista helada, los sinsabores se olvidaron. El archipiélago estaba blanco por completo debido a recientes nevadas, así que había que conducir con cuidado por encima de una fina crosta de hielo.

El problema habitual para ver las auroras boreales en febrero, que es uno de los meses en que se producen con mayor frecuencia, es la abundante nubosidad del ártico en invierno. Así que la única solución es estar el mayor número de días posibles en el destino y permanecer atento tanto a las predicciones meteorológicas, como al Indice KP, que es indicativo de la probabilidad e intensidad de las auroras.




Faro con otras islas en la distancia, islas Lofoten
Canon EOS 5D MkIII a ISO 400, 70-200 mm f:2.8L IS II + 1.4x-III
© Oriol Alamany


Mar revuelto al atardecer, islas Lofoten
Canon EOS 5D MkIII a ISO 100, 16-35 mm f:4L IS, trípode
© Oriol Alamany


Farolas de madrugada, islas Lofoten
Olympus OM-D E-M1 a ISO 400, 12-40 mm f:2.8 Pro
© Oriol Alamany



En treinta años Lofoten ha pasado de ser un sitio desconocido para los fotógrafos españoles, a ser la meca de los fotógrafos de naturaleza. Cosas de las redes sociales. Tras ser Islandia la localización invernal más deseada por los fotógrafos en los últimos tres años, luego la presión se desplazó en parte hacia la localidad de Tromso, en la costa noruega, y ahora hacia las islas Lofoten. Atractivos no les faltan. Aquí no hay glaciares ni volcanes, ni grandes cascadas. Pero si fiordos, lagos y montañas altivas de gran belleza, encantadores pueblos de pescadores, y las auroras boreales que todo aficionado a la naturaleza desea ver.

Para variar algo las localizaciones escogimos alojarnos en tres lugares distintos de las islas. En las islas centrales no encontramos a mucha gente, pero al llegar a Reine en el sur ya había más trípodes que pescadores. Por suerte las islas son extensas y hay lugares para explorar y encontrar tus propias fotografías sin necesidad de repetir las de los otros.



Recorriendo las congeladas carreteras secundarias de las Lofoten
Canon EOS 5D MkIII a ISO 400, 70-200 mm f:2.8L IS II
© Oriol Alamany



Antigua barco de madera abandonada, islas Lofoten
Canon EOS 5D MkIII a ISO 100, 16-35 mm f:4L IS, trípode
© Oriol Alamany



Barranco con abedules y carámbanos, islas Lofoten
Canon EOS 5D MkIII a ISO 200, 70-200 mm f:2.8L IS II
© Oriol Alamany


Tras los fracasos aurorales de nuestros dos intentos previos en Islandia, y a pesar de las recalcitrantes nubes y lluvias, las Lofoten nos mostraron un par de auroras. La más bonita de ellas la contemplamos una noche en que la fuerza del viento levantaba el trípode con la cámara si no estabas aguantándola firmemente con la mano. Y debido a ello muchas de las fotografías obtenidas están movidas. No fue una buena oportunidad para fotografiar, pero si al menos para disfrutar de su visión.

La segunda de las auroras se hizo esperar hasta la última de nuestras noches allí, tras unos días de lluvias, y quedó desvanecida entre las nubes y acabó con el retorno de la lluvia. Pero al menos disfrutamos con el espectáculo, más vivencial que fotográfico.

Así que habrá que seguir intentándolo.



Aurora boreal, islas Lofoten
Canon EOS 5D MkIII a ISO 1600, Samyang 14 mm f:2.8, trípode
© Oriol Alamany


Fotografiando una Aurora boreal en una playa de las islas Lofoten
Canon EOS 5D MkIII a ISO 3200, Samyang 14 mm f:2.8, trípode
© Oriol Alamany


Como en otros de mis viajes en esta entrada del blog os dejo una pequeña muestra de algunas de las fotografías realizadas. A cada regreso uno se queda con el sinsabor de que la aventura finalizó, y con la ardua tarea de editar el material fotográfico obtenido. Pero también con los buenos recuerdos de los momentos vividos con los amigos y con aquellas pocas fotografías que merecen realmente la pena y que, de momento, se quedan reservadas en un rincón del ordenador.



 Aquí estoy haciendo amigos, islas Lofoten
Canon EOS-1D MkIV a ISO 1000, 70-200 mm f:4L IS
© Pep Prats


Caballo con la crin al frío viento, islas Lofoten
Canon EOS 5D MkIII a ISO 400, 70-200 mm f:2.8L IS II
© Oriol Alamany


Fiordo helado, islas Lofoten
Canon EOS 5D MkIII a ISO 400, 16-35 mm f:4L IS, trípode
© Oriol Alamany








17/3/15

• Cómo fotografiar un eclipse solar


Eclipse parcial de sol del 3 de noviembre 2013 que tuvo lugar al atardecer, fotografiado en pleno desierto de Rub al-Khali, Omán
Canon EOS 5D MkIII a SO 400, 500 mm f:4L IS + Extender 2x-II, 1/125 f:22
© Oriol Alamany


Este próximo viernes 20 de marzo 2015, además de empezar la ya ansiada primavera, va a producirse un eclipse solar total que va a ser visible en los archipiélagos de Svalbard y de Feroe. Como la mayoría de nosotros no podremos viajar allí para apreciarlo en toda su grandeza, nos conformaremos con verlo desde España donde, si las nubes lo permiten, podremos disfrutar de un eclise parcial de entre el 60 y el 80% de cobertura.

Según el Observatorio Astronómico Nacional, en el centro de la península ibérica la luna empezará a sobreponerse al sol a la 9h04 de la mañana y dejará de hacerlo a las 11h18. El máximo de cobertura se dará a las 10h08.

En Barcelona empezará a las 9h11 y terminará a las 11h27. El máximo de cobertura se dará a las 10h16.

Cada vez que se produce un fenómeno astronómico de estos, a los amantes de la fotografía nos vienen unas ganas locas de plasmarlo en imágenes. Pero fotografiar un eclipse no resulta fácil y, además, puede resultar muy peligroso para la integridad de nuestros ojos e incluso de nuestra cámara.


Video del eclipse parcial de sol del 63% que tuvo lugar el 4 de enero 2011 en Barcelona
Canon EOS 1D MkIV a ISO 800, 500 mm f:4L IS + Extender 12x-II, filtro solar Baader
© Oriol Alamany

CÓMO FOTOGRAFIAR UN ECLIPSE

Lo primero y más importante que hay que tener en cuenta al intentar fotografiar un eclipse solar, es que los rayos del sol dañarán de modo permanente nuestra retina en un instante si no nos protegemos debidamente. Ninguna fotografía que pueda hacerse merece perder la vista por ella.

Aquí de poco nos van a servir los clásicos filtros ND8 o similares de densidad neutra que utilizamos para reducir la luz en la fotografía de larga exposición. Ni tan siquiera los afamados BigStopper ND1000 de 10 pasos nos protegeran de las invisibles y  perjudiciales radiaciones solares. Aún con ellos, al mirar por el visor óptico de una cámara réflex quemaremos nuestro ojo irremediablemente en un instante. Estos filtros fotográficos simplemente restan luz, pero no filtran otras radiaciones tremendamente dañinas.

Por ello, tanto para fotografiar como para simplemente mirar un eclipse hay que usar filtros astrosolares especiales, tanto si lo vemos a simple vista, como si ampliamos la imagen mediante el uso de teleobjetivos, o mirando el fenómeno con unos binoculares. Incluso con eclipses de cobertura del 99% es indispensable el uso del filtro solar. Por lo tanto, o bien usamos un filtro solar específico, o bien está prohibido mirar por el visor óptico, ni tan siquiera para encuadrar ni para enfocar.

Por otra parte, el filtro solar también protegerá el costoso sensor de imagen de nuestra cámara, que igualmente puede verse afectado por el calor fuerte y la intensidad de los rayos. 

Los filtros solares astrosolares se venden en comercios de astronomía (o por internet en lugares como Amazon) en forma de laminas flexibles cuyo aspecto recuerda al papel de aluminio que se usa en la cocina (¡Pero atención ese no sirve para nada!). Tienen un factor de exposición de 100.000x: en el año 1999 yo compré en Barcelona un filtro de la marca Baader, lo monté en un anillo de fabricación casera, y es el que he usado a lo largo del tiempo en los distintos eclipses que se han sucedido desde entonces. Incluido el espectacular eclipse total que tuve el privilegio de fotografiar en 2012 en Australia. Una experiencia difícil de transmitir con palabras o imágenes.





Aspecto de la sabana arbolada de Queensland durante el eclipse total de sol de 14 de noviembre 2012 en Australia
Canon EOS 5D MkIII a SO 100, 17-40 mm f:4L, 1/10 f:4
© Oriol Alamany

Fotografiando el eclipse total de sol de 2012 en Australia
Canon Powershot G10
© Eulàlia Vicens


Para que el sol no nos aparezca como una redondita minúscula en la imagen es conveniente utilizar el teleobjetivo más potente que tengamos a mano. Yo uso un 500 mm, combinado con un teleconvertidor, ya sea un 1,4x o bien un 2x. No hay que preocuparse mucho por la calidad, ya que la imagen del sol no suele ser muy nítida debido al calor emitido. Las focales ideales serían de 600 a 1000 mm en formato FF, y algo menos con formatos menores como el APS-C o el Micro 4/3. 

Debido al considerable aumento, hay que montar la cámara con el teleobjetivo en un trípode y utilizar preferentemente un cable disparador y usar el bloqueo de espejo en las cámaras réflex a la hora de disparar.

Insisto en que jamás hay que mirar por el visor a menos que usemos un filtro astrosolar. La alternativa si no disponemos de él es usar algun ND o disparar a diafragmas muy cerrados y entonces fotografiar a través de la función LiveView. (O por el visor electrónico en una cámara CSC o sin espejo). Mirando al LCD de la cámara no hay peligro alguno para nuestra vista, aunque sí para la cámara. No conviene exponer el sensor durante largo rato al calor y radiación concentrados por el teleobjetivo. Mejor usarlo tan sólo para el disparo y cerrarlo de inmediato o bien poner la tapa al teleobjetivo en los intervalos.

Para afinar la exposición lo mejor será comprobar el histograma: debido al elevado contraste entre el sol y el cielo, este mostrará dos picos: uno de tonos oscuros a la izquierda correspondiente al cielo y uno del tono blanco del sol que deberá estar lo más a la derecha posible, pero sin llegar a quemarse. A menos de que haya nubes o el eclipse coincida con la puesta o la salida del sol, normalmente resulta imposible captar el tono del cielo correctamente sin sobrexponer el sol. A pleno día el cielo aparece como una mancha negra. Tan sólo si el eclipse coincide con la salida o puesta de sol podremos captar algo de tonalidad en el cielo.

Histograma de una correcta exposición de un eclipse solar parcial.
© Oriol Alamany


Eclipse parcial de sol del 63% con algo de nubes el 4 de enero 2011 en Barcelona
Canon EOS 1D MkIV a ISO 800, 500 mm f:4L IS + Extender 12x-II, 1/50 f:10 + filtro solar Baader
© Oriol Alamany


Eclipse parcial de sol del 83% el 3 de octubre 2005 en Barcelona
Canon EOS 1Ds MkII a ISO 320, 500 mm f:4.5L + Extender 2x, 1/50 f:11 + filtro solar Baader
© Oriol Alamany



Proyectando sobre una superficie la imagen proyectada por unos binoculares, un buen método para apreciar la forma del sol durante el eclipse sin arriesgar la vista.
© Oriol Alamany



Momento culminante del eclipse total de sol de 14 de noviembre 2012 en Australia
Canon EOS 1D MkIV a ISO 800, 500 mm f:4L IS + Extender 1.4x-III, 1/125 f:5.6
© Oriol Alamany



Observadores de eclipses provenientes de diversos países del mundo durante el eclipse total de sol de 2012 en Australia
© Oriol Alamany




Observadores de eclipses ocupando todos los sitios libres antes del eclipse total de sol de 2012 en Australia. La autocaravana que usábamos Eulàlia y yo es la pequeñita Toyota, la segunda por la izquierda.
© Oriol Alamany


Observadores de eclipses preparándo sus aparatos la tarde anterior del eclipse total de sol de 2012 en Australia
© Oriol Alamany



Inicio del eclipse total de sol al amanecer del 14 de noviembre 2012 en Australia
Canon EOS 5D MkIII a SO 200, 500 mm f:4L IS + Extender 2x-II, 1/8000 f:45
© Oriol Alamany




Secuencia del eclipse parcial(78%) de sol de 11 de agosto 1999 en la Cerdanya, Pirineos
Bronica ETRsi, Zenzanon PE 100 mm f:4 + filtro solar Baader, 12 multiexposiciones sobre una única diapositiva Fujichrome Velvia 50.
© Oriol Alamany


Esta imagen final que os muestro la realicé en 1999. Consta de 12 multiexposiciones previamente calculadas, realizadas con una cámara de formato medio 4,5x6 sobre una única diapositiva Fujichrome Velvia de 50 ISO. 

Partiendo de la hora de máxima cobertura anunciada por los astrónomos, calculé los instantes en que debía realizar una toma a intervalos de 16 minutos, tanto antes del punto culminante (el sol central, el núm. 6), como después. Así logré captar las distintas fases del eclipse de sol, así como su punto álgido que cubrió un 78% del astro rey. Debido a la intensidad de la luz solar incluso durante el eclipse, la imagen la fotografié a través de un filtro Baader de astronomía, casi absolutamente opaco.

Tras finalizar el eclipse, en ese punto del proceso lo que tenía captado sobre la película era una fotografía con las distintas fases solares, sobre un cielo absolutamente negro (cuando en realidad el eclipse se produjo a pleno día). Por lo tanto, para recuperar el cielo azul real realicé una última exposición del cielo y las copas de unos pinos sin el filtro, procurando que no se sobrepusieran con los soles previamente captados, y que tenía marcados con un rotulador en un acetato que había puesto sobre la pantalla de enfoque. La imagen no está reencuadrada, ni se trata de ningún montaje posterior o digital. ¡Esto hoy en día se solucionaría en pocos minutos de Photoshop!

8/3/15

• Expedición fotográfica a Svalbard 2015



Morsas (Odobenus rosmarus) haciéndose carantoñas en las aguas del archipiélago de Svalbard
Canon EOS 5D MkIII a ISO 400, 70-200 mm f:2.8L IS II a 168 mm
© Oriol Alamany

A fecha de hoy (8 marzo 2015), con 10 participantes ya inscritos, nuestra nuestra Expedición fotográfica a Svalbard del próximo 9 al 19 de agosto 2015 ya tiene la salida garantizada. Eulàlia y yo estamos ansiosos por compartir las maravillas del Ártico con este grupo de aficionados y profesionales de la fotografía de la naturaleza.

En este momento tenemos reservado hasta este próximo jueves 19 de marzo el último camarote disponible en todo el rompehielosA partir de esa fecha mantendremos las inscripciones abiertas, pero las nuevas incorporaciones dependerán de que se produzca alguna cancelación en el barco.

¡Aprovecha esta ocasión para venir a fotografiar la tundra ártica, los glaciares, las colonias de aves marinas, las morsas y los osos polares!

> WEB CON TODA LA INFORMACIÓN DEL VIAJE 2015 <



.....

Otras veces ya he escrito en este blog sobre anteriores expediciones:


Svalbard 2013: Regreso a la banquisa (relato del viaje 2013).


Expedicion fotográfica Svalbard 2013 (descripción del viaje 2013).


Els viatgers de la Gran Anaconda (entrevista sobre este destino).


Expedicion fotográfica a Svalbard 2012: el vídeo (vídeo del viaje 2012).


Expedicion fotográfica a Svalbard 2012


Test Canon 5D mark III: en el Ártico
















4/3/15

• Test del teleobjetivo zoom Olympus M.Zuiko ED 40-150 mm f:2.8 Pro y 1.4x teleconverter


 Olympus OM-D E-M1 con teleobjetivo zoom M.Zuiko ED 40-150 mm f:2.8 Pro 
© Oriol Alamany


En estos últimos meses os he hablando ya varias veces de los sistemas fotográficos sin espejo, de sus características, virtudes y problemas. 

Ya comenté que de cara a los profesionales o aficionados avanzados de la fotografía de la naturaleza y viajes uno de los inconvenientes de estos sistemas fotográficos es que en el momento actual aún no ofrecen una buena gama de teleobjetivos luminosos y de calidad óptica a toda prueba. Olympus parece decidida a aportar su grano de arena en este campo con el anunciado pero aún no comercializado 300 mm f:4 Pro y también con el recientemente llegado zoom M-Zuiko 40-150 mm f:2.8 Pro cuyo éxito ha sido tal que el fabricante no da abasto a cubrir las solicitudes.


Análisis del M.Zuiko ED 40-150 mm f:2.8 Pro

Cuando Olympus España me prestó este teleobjetivo el pasado mes de noviembre, su enorme caja me hizo temer que sería una óptica de tamaño respetable. Por suerte, una vez abierta y tras las protecciones de cartón, el folleto, una funda para la óptica y el parasol, al fin apareció un objetivo que, cierto que no es pequeño ni excesivamente ligero. Pero en ambos parámetros es mucho menor que el clásico 70-200 mm f:2.8 para cámaras réflex. 

Junto al objetivo, Olympus me había prestado el también nuevo teleconvertidor M.Zuiko 1.4x, una primicia en el mundo de las Mirrorless.



Quienes escojan el sistema del formato Micro 4/3 para usar sólo cámaras y objetivos diminutos y ligeros de peso pueden detenerse aquí y no seguir leyendo más: Estamos ante un teleobjetivo que tiene una cierta consistencia y peso, nada que ver con los 190 gramos de su compañero M.Zuiko ED 40-150 mm f:4-5.6 R. 

Sin embargo, para los que estamos acostumbrados a trabajar con cámaras DSLR de formato Full Frame, disponer de un objetivo de una focal equivalente a un 80-300 mm de luminosidad constante f:2.8 y que pesa menos de un kilo y mide 16 cm de largo es como una bendición.

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Peso oficial proporcionado por la marca: 870 gr. Este dato es sin el parasol.
Peso del objetivo con el parasol: 997 gr.
Peso sin parasol ni montura de trípode (Fácilmente extraible): 750 gr.
Peso del teleconvertidor 1,4x: 101 gr.
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Dos equipos fotográficos de clase profesional que abarcan las distancias focales (equivalentes) de 24 a a 300 mm con luminosidad constante f:2.8 y de 420 mm f:4 gracias al uso de un teleconvertidor 1.4x.
© Oriol Alamany

A título comparativo, en esta fotografía podemos comparar dos equipos fotográficos completos de nivel profesional que cubren el rango de focales (equivalentes) de 24 a 300 mm con una luminosidad constante de f:2.8. Y que alcancen los 420 mm f:4 mediante la adición de un teleconvertidor 1.4x. Entre los 24 y los 420 mm pocos temas se le escaparan a cualquier fotógrafo.

A la izquierda tenemos un equipo CSC de formato Micro 4/3 integrado por una cámara de gama alta Olympus OM-D E-M1, un zoom standard 12-40 mm f:2.8 Pro, el zoom teleobjetivo 40-150 mm f:2.8 Pro y un teleconvertidor de focal 1.4x. El peso total del conjunto es de 1,93 kg.

Para cubrir la misma gama con similares características en un equipo DSLR de formato Full Frame tenemos una Canon EOS 5D MkIII, y necesitaremos un zoom standard 24-70 mm f:2.8L, un zoom 70-200 mm f:2.8L IS, un 300mm f:2.8L IS y un teleconvertidor de focal 1.4x. En total 5,87 kg. Más del triple de peso y bastante más volumen e inversión económica.

En esta comparativa he tenido que sumar un 70-200 mm más un tele fijo de 300 mm f:2.8 para llegar a cubrir las mismas focales ya que ningún fabricante ofrece un 80-300 f:2.8. El único zoom para Full Frame de características relativamente similares al nuevo Olympus de 0,87 kg de peso es el Sigma 120-300 mm f:2.8 DG OS HSM Sports, de 3,39 kg. Casi cuatro veces más pesado y cercano al doble de longitud.

Construcción metálica impecable, buen aro de trípode, rápido sistema de cambio de AF a manual e ingenioso parasol.

Prueba del M.Zuiko ED 40-150 mm f:2.8 Pro sobre el terreno

Mi primer contacto con la óptica fue una escapada al atardecer a la playa de mi barrio, Poblenou, en Barcelona. Allí pude comprobar sus primeras bondades: excelente resolución a la máxima abertura f:2.8, un buen bokeh (o desenfoques del fondo) que no ofrecen otros teles de 150 mm ya existentes para el formato Micro 4/3 de abertura f:5.6, y la capacidad para tomar fotografías con muy poca luz debido a la combinación de gran abertura y estabilizador de imagen en el cuerpo de la cámara. En mi caso lo usé en una Olympus OM-D E-M1, pero como todas las ópticas para M 4/3, también puede usarse con cámaras Panasonic.

Playa de Poblenou, Barcelona, Catalunya
Olympus OM-D E-M1 a ISO 400, M.Zuiko 40-150 mm f:2.8 Pro a 65 mm, 1/320 seg a f:4
© Oriol Alamany


Platano y edificio en Poblenou, Barcelona, Catalunya
Olympus OM-D E-M1 a ISO 200, M.Zuiko 40-150 mm f:2.8 Pro a 85 mm, 1/100 seg a f:4
© Oriol Alamany


Cementerio de Poblenou, Barcelona, Catalunya
Olympus OM-D E-M1 a ISO 400, M.Zuiko 40-150 mm f:2.8 Pro a 60 mm, 1/1250 seg a f:5.6
© Oriol Alamany

Gato callejero en el rompeolas, Barcelona, Catalunya
Olympus OM-D E-M1 a ISO 400, M.Zuiko 40-150 mm f:2.8 Pro a 120 mm, 1/125 seg a f:2.8
© Oriol Alamany

Central Térmica del Besòs desde Barcelona, Catalunya
Olympus OM-D E-M1 a ISO 400, M.Zuiko 40-150 mm f:2.8 Pro + 1.4 x a 190 mm, 1/25 seg a f:4 a mano alzada.
© Oriol Alamany


En los días siguientes, hasta que tuve que devolverlo, utilicé el teleobjetivo en algunos trabajos profesionales que estaba realizando. Las imágenes obtenidas tienen una calidad excelente: nitidez, color, bokeh... y varias de ellas ya han sido publicadas en una revista. 

Hay que tener presente que en el formato Micro 4/3 no tan sólo los archivos Jpeg, si no también los Raw están algo "cocinados". Es decir, la cámara realiza correcciones de ciertas aberraciones de las ópticas utilizadas, por lo que resulta muy difícil decir si este objetivo tiene realmente o no aberraciones cromáticas, distorsión o viñeteo. Los Raw obtenidos, revelados en Adobe Lightroom, Adobe Photoshop o Olympus Viewer son excelentes y no requieren de ninguna corrección de objetivo. Existen muy pocas aplicaciones que puedan ver los archivos Raw realmente originales sin ningún tipo de corrección incorporada.


Barranco del río Bitlles y cañaveral al atardecer en la Heretat Segura Viudas, Catalunya
Olympus OM-D E-M1 a ISO 400, M.Zuiko 40-150 mm f:2.8 Pro a 95 mm, 1/250 seg a f:4
© Oriol Alamany




Luna con álamo en la Heretat Segura Viudas, Catalunya
Olympus OM-D E-M1 a ISO 200, M.Zuiko 40-150 mm f:2.8 Pro a 142 mm, 1/160 seg a f:8
© Oriol Alamany


Últimas luces sobre los viñedos de la Heretat Segura Viudas, Catalunya
Olympus OM-D E-M1 a ISO 400, M.Zuiko 40-150 mm f:2.8 Pro a 150 mm, 1/200 seg a f:2.8
© Oriol Alamany

La construcción del objetivo es excelente,  metálica y totalmente sellada contra la intemperie. El sistema de cambio de AF a enfoque manual es muy rápido y no necesita recurrir a ningún botón en el cuerpo de la cámara. Y además el objetivo incorpora un botón de Función programable con diversas opciones.

Curioso realmente el parasol, diseñado de tal manera que puede extenderse o replegarse con gran rapidez sin necesidad de desmontarlo. Eso permite llevar colgando una óptica menos llamativa por su tamaño paseando por la ciudad, y extenderlo al instante quedando bloqueado. Un acierto en el diseño.

Otra de las agradables sorpresas de este zoom es su mínima distancia de enfoque, de tan sólo 70 cm. A esta distancia, con la focal de 150 mm (equivalente a 300 mm) pueden fotografiarse gran variedad de sujetos, como mariposas, lagartijas, flores u otros detalles, aumentando así su polivalencia. Y añadiéndole el 1.4x aún se obtiene un aumento mayor. 

No lo probé, pero me hubiera gustado ver los resultados añadiéndole un tubo de extensión o una lente de aproximación apocromática, para comprobar sus prestaciones en el mundo de la macrofotografía real.

Hojas de álamo, olmo y roble en la Heretat Segura Viudas, Catalunya
Olympus OM-D E-M1 a ISO 200, M.Zuiko 40-150 mm f:2.8 Pro a 100 mm, filtro polarizador, 1 seg a f:8, trípode
© Oriol Alamany


Seta Clatro rojo (Clathrus ruber) en el Parc Natural de Collserola, Catalunya
Olympus OM-D E-M1 a ISO 200, M.Zuiko 40-150 mm f:2.8 Pro a 150 mm, 1/40 a f:4
© Oriol Alamany


Aprovechando una sesión en el hide de la empresa Photo Logistics en el Estany d'Ivars para testear una cámara y teleobjetivo de otra marca, aproveché para realizar algunas fotografías de aves con el 40-150 mm, que tan sólo me sirvieron para corroborar mi primera impresión: se trata de una óptica 100% profesional de excelentes resultados.


Trabajando con el objetivo 40-150 mm f/4 Pro y la OM-D E-M1 en un hide de Photo Logistics en el Estany d'Ivars, Catalunya
© Oriol Alamany


Polla de agua, Estany d'Ivars, Catalunya
Olympus OM-D E-M1 a ISO 400, M.Zuiko 40-150 mm f:2.8 Pro + 1.4x MC-14, 1/500 seg a f:5.6, trípode desde Hide de Photo Logistics
© Oriol Alamany


Recorte al 100% de la fotografía anterior (Clicar para ver a tamaño real)
Olympus OM-D E-M1 a ISO 400, M.Zuiko 40-150 mm f:2.8 Pro + 1.4x MC-14, 1/500 seg a f:5.6, trípode
© Oriol Alamany

Nido de Cigüeña blanca en un silo en Ivars, Catalunya
Olympus OM-D E-M1 a ISO 400, M.Zuiko 40-150 mm f:2.8 Pro + 1.4x MC-14, 1/1000 seg a f:5.6, trípode
© Oriol Alamany


Pareja de Ánade real, Delta del Llobregat, Catalunya
Olympus OM-D E-M1 a ISO 200, M.Zuiko 40-150 mm f:2.8 Pro + 1.4x MC-14, 1/500 seg a f:4
© Oriol Alamany


Recorte al 100% de la fotografía anterior (Clicar para ver a tamaño real)
Olympus OM-D E-M1 a ISO 200, M.Zuiko 40-150 mm f:2.8 Pro + 1.4x MC-14, 1/500 seg a f:4
© Oriol Alamany


El AF del objetivo me ha parecido rápido, aunque en AF Continuo supongo que está limitado por la cámara (E-M1). La posibilidad de pasar de enfoque automático a manual con un sólo clic del aro de enfoque también me parece muy interesante. 

Algo que me disgustó de este zoom es la ausencia del limitador de enfoque que tanto usamos los fotógrafos de teleobjetivos. He podido usar el 40-150 y, cuando el AF se pierde con algún sujeto conflictivo, algunas veces realiza todo el largo recorrido desde un extremo al otro del aro de enfoque, desde infinito hasta los 70 centímetros, para luego regresar hacia el infinito para relocalizar el sujeto. Con el limitador de enfoque que presentan la mayor parte de teleobjetivos, el AF podría pasar de infinito a 3 metros por ejemplo, y volver a pillar el sujeto en un instante, lo que ayudaría muchísimo a la rapidez de enfoque. Ojalá el 300 mm lo incluya, aunque por las imágenes mostradas no lo parece. Otra opción sería incorporarlo por firmware via el botón personalizable L-Fn de estas ópticas.


El bokeh del M.Zuiko ED 40-150 mm f:2.8 Pro

Hojas de olmo en la Heretat Segura Viudas, Catalunya
Olympus OM-D E-M1 a ISO 200, M.Zuiko 40-150 mm f:2.8 Pro a 150 mm, 1/5000 seg a f:2.8
© Oriol Alamany


Además de para poder fotografiar con poca luz, los fotógrafos solemos preferir los teleobjetivos luminosos por su capacidad para desenfocar el fondo y que así nuestro sujeto destaque o bien crear placenteros desenfoques de color. Esta es una de las razones por las que algunos fotógrafos preferimos trabajar con cámaras de formato completo FF, ya que a igual distancia focal equivalente y abertura de diafragma el desenfoque es mucho más notable. Este es uno de los pocos inconvenientes que le encuentro al más pequeño formato de sensor Micro 4/3.

Este 40-150 mm f:2.8 aporta una notable mejora en este sentido ya que hasta ahora los teleobjetivos similares disponibles tan sólo alcanzaban luminosidades f:5.6. En la nueva óptica se logran desenfoques mucho más armoniosos siempre que nos vayamos a su máxima abertura f:2.8.


Chica en la playa al anochecer, Poblenou, Catalunya
Olympus OM-D E-M1 a ISO 400, M.Zuiko 40-150 mm f:2.8 Pro a 150 mm, 1/200 seg a f:2.8
© Oriol Alamany


Amentos de Avellano en el Parc Natural de Collserola, Catalunya
Olympus OM-D E-M1 a ISO 200, M.Zuiko 40-150 mm f:2.8 Pro + 1.4x a 210 mm, 1/200 seg a f:4
© Oriol Alamany


Había leído que, fotografiando a iguales distancias focales equivalentes y misma abertura de diafragma, lograr un desenfoque igual requiere dos pasos de abertura mayores en una una cámara Micro 4/3 que en una FF

Así que me dispuse a comprobarlo sobre el terreno. Para ello realicé una serie de fotografías a diversas aberturas con la Olympus OM-D M-E1 y el 40-150 mm f:2.8 Pro a 100 mm montado en un trípode, y luego las repetí desde la misma posición con mi Canon EOS 5D MkIII y un 70-200 mm f:2.8L IS II buscando el mismo encuadre. 

Y analizando los resultados eso parece ser cierto. Y podéis comprobarlo en la serie de fotografías comparativas que pongo, clicando sobre ellas para verlas a mayor tamaño. 


Comparativa de bokeh entre el objetivo M.Zuiko 40-150 mm de formato M4/3 y la distancia focal equivalente en formato Full Frame.
© Oriol Alamany


Por lo tanto tenemos que considerar que si bien en lo concerniente a captación de la luz este 40-150 mm f:2.8 equivale a un 80-300 mm f:2.8 en FF, en lo concerniente a los desenfoques logrados equivale a si utilizáramos un 80-300 mm f:5.6. Es decir, para lograr una profundidad de campo aparentemente similar, en Micro 4/3 hay que trabajar con una abertura dos puntos mayor. Con el otro modelo existente M.Zuiko ED 40-150 mm f:4-5.6 R, la profundidad de campo sería equivalente a la de un 80-300 mm f:8-11 en FF.

Eso es un arma de doble filo: el pequeño formato nos dificulta lograr grandes desenfoques, pero en cambio nos favorece cuando necesitamos lograr una más amplia profundidad de campo.

Uno de los únicos puntos negativos de este objetivo es su comportamiento en caso de fuertes contraluces en que los rayos del sol incidan directamente sobre la lente. En estos casos los reflejos o flare producidos no resultan nada agradables, como puede verse en los dos ejemplos siguientes.


Viñas a contraluz, Heretat Segura Viudas, Catalunya
Olympus OM-D E-M1 a ISO 200, M.Zuiko 40-150 mm f:2.8 Pro a 57 mm, 1/4000 seg a f:2.8
© Oriol Alamany

Viñas a contraluz, Heretat Segura Viudas, Catalunya
Olympus OM-D E-M1 a ISO 200, M.Zuiko 40-150 mm f:2.8 Pro a 40mm, 1/200 seg a f:16
© Oriol Alamany


Conclusiones

Continuando con la serie Pro, iniciada con el magnífico M.Zuiko ED 12-40 mm f:2.8 Pro, Olympus ha logrado de nuevo una óptica de muy alto nivel, utilizable tanto por sus usuarios como por los de Panasonic. Se trata de un zoom muy adecuado para la fotografía de moda, bodas, deportes, el reportaje de viajes y la fotografía de la naturaleza. Soy un gran fan de mi Canon EF 70-200 mm f:2.8 pero, durante la realización de esta prueba, disfrutar de un poco más de focal se me hizo muy práctico.

El precio puede parecer elevado (unos 1.400 €, unos 1.660 € con el 1.4x cuya compra me parece muy recomendable), pero en realidad no lo es, dadas sus elevadas prestaciones. La única óptica comparable para formato FF es el zoom Sigma 120-300 mm f:2.8 Sport, que cuesta ya 3.320 €. Y los 300 mm f:2.8 fijos de Canon y Nikon superan los 5.000 €.


Para fotografía de naturaleza es un teleobjetivo muy polivalente para uso general: ideal para paisaje, fotografía de detalles, pequeños animales como reptiles, mariposas..., o para fotografía de aves desde hides donde el animal esté cercano. También resulta perfecto para el clásico safari fotográfico en paises donde la fauna salvaje sea más confiada. 

Para caza fotográfica en Europa  su máxima distancia focal se queda algo corta y si no disponemos de ningún otro tele más largo habrá que recurrir con frecuencia al también nuevo teleconvertidor 1.4x. Y seguir esperando al prometido M.Zuiko 300 mm f:4 Pro al que ya tenemos muchas ganas de ver.

  



AVISO: Olympus España me ha prestado material fotográfico pero sin pedirme nada a cambio. Este texto y conclusiones no están en absoluto impuestos por ninguna marca. Son mis observaciones personales y las publico porque pienso que pueden ser de utilidad a los aficionados a la fotografía.