El 19 de septiembre de 2021, tras días de advertencias previas mediante lo que se ha dado en denominar un “enjambre de seísmos”, se abrió una fisura en la ladera oeste del Parque Natural Cumbre Vieja. Esta área protegida se encuentra en la isla de La Palma del archipiélago de las Canarias, y precisamente por ella discurre la llamada “Ruta de los volcanes”, un recorrido a pie por los volcanes de la zona, inertes desde hace 50 años.
Tras la brutal explosión inicial de aquel domingo, por la brecha surgió un ardiente río de lava que, al día siguiente, alcanzó las primeras casas de la parte alta del Valle de Aridane. Hubo que evacuar a miles de habitantes y la noticia apareció en las televisiones y medios de todo el mundo.
VIAJE A LA ISLA
Tras unos apresurados preparativos, comprar billetes de avión y alquilar un vehículo, la madrugada del martes 21 de septiembre Eulàlia y yo volamos de Barcelona hasta La Palma, con un par de encargos de medios de comunicación para fotografiar la erupción del volcán y, en lo posible, sus consecuencias. Ya conocíamos bien la isla por haber viajado allí otras veces, realizando reportajes para revistas, y también rutas a pie para nuestro libro “Parques Nacionales de España”. Es uno de nuestros lugares preferidos de las islas Canarias.
Durante la semana siguiente estuvimos trabajando sin descanso en los términos de El Paso, Los Llanos de Aridane y Tazacorte, en la vertiente suroeste de la isla, la zona afectada por la erupción. Observar la progresiva pérdida de viviendas y cultivos era triste, pero por otra parte la visión del volcán activo era, como muchos han definido, hipnótica.
El amplio perímetro de aislamiento impuesto alrededor de las coladas de lava limitó bastante nuestro trabajo, pero localizamos algunos buenos puntos de vista a unos 2,8-3,5 km de distancia desde los que, mediante el uso de teleobjetivos 70-200 mm, 100-400 mm y 500 mm, podíamos fotografiar las coladas y la erupción del volcán. Sin embargo, a medida que avanzaron los días, las autoridades fueron cerrándolos progresivamente, dejando cada vez menos opciones a los periodistas y a la población en general, que utilizaba esos miradores para comprobar el estado de afectación de sus propiedades.
MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y FOTÓGRAFOS
Los primeros 4-5 días la zona bullía de periodistas y equipos de televisión, venidos de todas partes para informar en directo de un suceso tan destacado. Resultaba curioso verlos equipados con tan sólo una mascarilla FPP2 (tal y cómo íbamos nosotros y así lo recomendaban los vulcanólogos), pero al emitir en directo se ponían todo tipo de aditivos (gafas, máscaras antigas, cascos, etc) para dar mayor dramatismo a sus retransmisiones.
En este sentido fue loable el tratamiento informativo de Radio Televisión Canaria, que se convirtió en nuestra fuente de información de cabecera. Día y noche seguíamos sus fiables retransmisiones para conocer el desarrollo de todo lo que sucedía, mientras algunas cadenas se dejaban llevar por el sensacionalismo, dando la impresión de que toda la isla estaba sumida en un cataclismo apocalíptico, o bien hurgando en los dramas de personas que lo habían perdido todo.
Esas eran las imágenes que llegaban a la península, lo que hacía que nuestros conocidos nos contactaran continuamente por mensajes telefónicos, alertándonos del gran peligro que corríamos al permanecer en la isla. En realidad la mayor parte de La Palma era (y sigue siendo a día de hoy) un remanso de paz, exceptuando los municipios directamente afectados, el aeropuerto y el puerto, donde la gente intentaba o bien salir o bien llegar. La caída de ceniza mineral según soplara el viento era el máximo problema en las zonas no directamente afectadas por las coladas de lava. En ciertos momentos sí que sufrimos caída de cenizas y entonces era conveniente utilizar unas gafas protectoras para los ojos. Por fortuna, el equipo fotográfico que llevábamos soportó perfectamente las duras condiciones.
También aquellos primeros días surgieron algunos críticos por la presencia de turistas y aficionados a la fotografía que acudieron con el fin de contemplar y sacar fotos de este fenómeno natural. Algunos argumentaron que molestaban en las tareas de los servicios de emergencias, pero la verdad es que nosotros jamás vimos que nadie foráneo interfiriera en ellas. A nosotros dos ninguna persona local nos reprochó eso (aunque sí que recibimos críticas muy puntuales de gente peninsular en nuestras redes sociales). Durante la semana que permanecimos en el valle de Aridane conocimos y hablamos con diversos afectados, les apoyamos y ayudamos en lo que pudimos, y constatamos que la gente comprendía el trabajo que, como profesionales, estábamos realizando allí.
De hecho, ya de regreso a Barcelona, en TV Canaria estuvieron comentando que un evento histórico de esta magnitud no se merecía que tan sólo quedara documentado por las fotografías y videos de telefonos móviles de la gente en general. Era imprescindible que quedara documentado para el futuro mediante imágenes de calidad, obtenidas por fotógrafos expertos.
UNA ISLA HIJA DE VOLCANES
Esta es la tercera erupción volcánica en esta zona de la isla en el último siglo, tras las de los volcanes Teneguía en 1971 y San Juan en 1949. Algunos palmeros incluso han vivido las tres. En los últimos 600 años La Palma ha sufrido nada menos que ocho erupciones, lo que la convierte en la más activa de todas las islas Canarias.
Lamentablemente, esta vez las pérdidas materiales han sido cuantiosas debido a la creciente urbanización en las recientes décadas. No hay más que pasearse por El Paso o Los Llanos de Aridane, para constatar que sus edificios y cultivos se levantaron encima mismo de antiguas coladas volcánicas. En los días posteriores al actual cataclismo, algunos geólogos han apuntado que la construcción indiscriminada en estas zonas de riesgo debería estar más regulada, que sería necesario un cambio en la política urbanizadora de estos parajes volcánicos.
REGRESO A CASA
La madrugada del 28 de septiembre Eulàlia y yo teníamos vuelo para salir de la isla, por lo que la última noche ya dormimos en su vertiente oriental, cerca del aeropuerto. Fue la noche que la lava acabó llegando al mar, un evento que no pudimos captar. Los vuelos se cancelaron por la presencia de ceniza en el aire y acabamos partiendo en ferry hacia la vecina Tenerife. La gente se agolpaba en el puerto y las dos compañías de transporte naval reforzaron sus líneas con recorridos adicionales. Cada ferry traía de Tenerife maquinaria para limpiar las carreteras y personal de emergencia, y se llevaba a turistas y habitantes que lo habían perdido todo y abandonaban de la isla.
Tras una noche en Tenerife, volamos a Barcelona. Llegamos a casa el 29, el mismo día que el Gobierno de España declaró a toda la isla como zona catastrófica y anunció importantes ayudas a la reconstrucción.
A día de hoy (domingo 3 de octubre), el balance provisional de esta erupción son 1.074 edificaciones afectadas (946 de ellas destruidas por la lava, que cubre un territorio de 390 ha), 31 km de carreteras locales desaparecidas pero, por suerte, ninguna persona fallecida ni tan siquiera herida.
La fajana, la superficie de mar que de manera progresiva va ocupando la lava, ya es de 28 ha y sigue creciendo. El volcán destructor también es creador, tal y como ya sucedió en el pasado en este archipiélago volcánico. En Canarias los volcanes han dado vida, sustrato y suelos fértiles para obtener buenas cosechas. Vivir sobre ellos tiene sus ventajas y sus contrariedades.
Un problema adicional es que ahora, tras la marcha de la gran cantidad de profesionales de los medios de comunicación que acudieron la primera semana, las reservas turísticas se han desplomado y un aluvión de cancelaciones por temor al volcán, de turistas que debían acudir en octubre y noviembre ha dejado a los alojamientos y restaurantes con poco trabajo. Al contrario que al inicio, ahora algunas voces reclaman que se fomente la venida de visitantes, en lugar de rehuirlos. Nadie sabe cuanto tiempo va a durar esto, y la mayor parte de la isla sigue ofreciendo sus atractivos a quien quiera visitarla. ¿Qué opción hay que tomar? ¿Acoger a visitantes y seguir trabajando, o rehuirlos y no trabajar?
Desde Barcelona nosotros seguimos enganchados a la TV Canaria, viendo la evolución de la situación. Ojalá la virulencia de la erupción remita pronto y la población local pueda recuperar progresivamente sus vidas. Su futuro es ahora muy incierto, pero ya se habla de la futura declaración de un geoparque que podría ser un buen atractivo, o de convertir este terreno ganado al mar en nuevos cultivos de plataneras, como ya se hizo en parte tras la erupción del volcán Teneguía en los años 70.
Vamos a ver cómo evoluciona esta compleja situación que nos está demostrando que, por más que el ser humano parezca que domina este planeta, la naturaleza puede expulsarle en cualquier momento sin posibilidad alguna de reacción.
- - -
Si quieres ver una selección del trabajo fotográfico que realizamos en la isla,
mira esta GALERÍA WEB.
AYUDAS A LA POBLACIÓN
Las personas afectadas, que están desplazadas a casa de parientes o amigos, a hoteles, a
alojamientos o en polideportivos, ya no necesitan más donaciones de comida, ropa u otros elementos. Ahora necesitan dinero para poder reconstruir sus vidas. Han aparecido multitud de sitios para hacer donaciones, pero recomiendo hacerlo en los sitios oficiales y fiables. Cualquier aportación es bienvenida.
Moltes mercès per compartir aquest magnífic reportatge i explicacions sobre l'erupció del Cumbre Vieja. Moltes felicitats i salutacions, és saludable tenir una visió diferent a la dels mitjans de comunicació.
ResponderEliminar