11/8/16

Osa con cachorros en Pirineos, otro sueño cumplido


Osa con dos cachorros atravesando un canchal, Vall d'Aran, junio 2016
Olympus OM-D E-M1 a ISO 640, Canon EF 500 mm f:4L IS II + Extender EF 2X-III con adaptador Canon EF a M 4/3, trípode.
© Oriol Alamany


Observar a un Oso pardo en libertad en los Pirineos fue durante décadas uno de mis mayores sueños. Aquel deseo se convertiría en realidad el año 2010 cuando pude ver a uno de ellos en Vall d'Aran. Pero no me conformé con aquella sola observación, y aquel mes dediqué doce días intensos a buscar y fotografiar a Nheu, la osa joven que aquella primavera y las dos siguientes deleitó a numerosos observadores de la naturaleza (Ver mis artículos al respecto en este blog: de Julio 2010 y Junio 2012). Con las grabaciones en video de Nheu y su hermana Noisette monté un cortometraje titulado "Bru: Doce días con el oso de los Pirineos". Aquellas imágenes aparecieron en numerosas cadenas de televisión, en periódicos y revistas, e incluso en un reportaje en la revista National Geographic. La última vez que ví a Nheu fué en 2012. Por aquel entonces ella ya tenía cuatro años y mi sueño era poder verla con un cachorro. Pero la fortuna ya no me sonrió más.

Por eso cuando este junio de 2016 Marc Alonso, del equipo de seguimiento del Oso pardo de la ONG conservacionista DEPANA, me llamó desde Vall d'Aran para contarme que acababa de localizar a una osa con dos cachorros, mi corazón dio un brinco. Esa era la ocasión esperada. A lo largo de mi carrera he visto y fotografiado osas con crías en otros lugares, como Alaska y Asturias, pero jamás en "mis" montañas, los Pirineos. Con una población esquiva y limitada a tan sólo unos 40 ejemplares eso es tremedamente difícil aquí.

Lamentablemente tenía una semana de lo más ocupada y un ineludible taller de fotografía el fin de semana que me impedían saltar al coche e ir en su busca. Así que tuve que esperar a finalizar mis compromisos profesionales para poder volar con mi Renault Kangoo hasta las montañas pirenaicas.


De izquierda a derecha, Marc Alonso, Migel Elosegi y Guillermo Palomero buscando a la osa y su hijos, Vall d'Aran, Junio 2016
Canon EOS 5D MkIII a ISO 800, Canon EF 24-70 mm f:4L IS, portafiltros y filtro GND Benro.
© Oriol Alamany

Llegué a Aran un domingo por la tarde: allí estaban Marc Alonso y Teresa Camins, Guillermo Palomero (director de la fundación Oso Pardo) y Migel Elosegi (autor del libro "El oso pardo en los Pirineos"). ¡Vaya lujazo de equipo! Nos distribuimos en grupos y nos fuimos en busca de la familia que permanecía escondida en una zona escarpada con fuertes pendientes, grandes peñas, bosques y canchales. Montamos varios puntos de observación a gran distancia en la vertiente opuesta del valle, y empezó la minuciosa tarea de escasear la ladera, metro a metro, con binoculares y telescopios.

A primeros de junio la montaña estaba esplendorosa. El verde y las flores dominaban el paisaje por el que a lo largo de los días siguientes veríamos deambular a ciervos, rebecos, corzos, gamos, jabalies, buitres leonados, águilas reales...

Fue una satisfacción adicional para mí ser el primero en descubrir la osa aquella tarde: una cabeza asomando fugazmente durante un segundo en el bosque de hayas. ¡Bueno, mi capacidad para localizar a uno oso en la inmensidad de la montaña no estaba tan oxidada como pensaba! Un WhatsApp de aviso a los compañeros y al poco rato ya los tenía a todos reunidos a mi lado con sus potentes telescopios. Pero la osa era muy celosa de sus cachorros y los intuíamos más que verlos. Durante aquella primera espera tan sólo pude obtener una fotografía mediocre a las 21h30 de la noche.

Primera fotografía de la osa en la ladera enmarañada, Vall d'Aran, Junio 2016
Canon EOS 5D MkIII a ISO 1600, Canon EF 500 mm f:4L IS II + Extender EF 2X-III, trípode.
© Oriol Alamany

La madrugada siguiente, despertador a las cinco y media y nueva sesión de observaciones efímeras. Tras marchar Guillermo y Migel a sus respectivas tierras, Marc, Teresa y yo seguimos pasando horas y horas observando aquella ladera, sin lograr ver bien a la familia a pesar de saber el rincón de bosque donde se refugiaban: Un segundo una cabeza por ahí, otro segundo un dorso por allá, unas ramas que se movían sospechosamente, un destello de un pequeñuelo entre los arbustos... Durante la mayor parte de los cuatro días que permanecí en el valle haciendo esperas de madrugada y al atardecer, la osa demostró una discreción absoluta. Nadie que pasará por allí jamás la descubriría. En el lugar parecía abundar el alimento por lo que no necesitaba desplazarse, y el abrupto relieve protegía a la familia de los grandes machos de oso, enemigos potenciales de los cachorros.


Marc y Teresa observando a la osa, Vall d'Aran, Junio 2016
Canon EOS 5D MkIII a ISO 100, Canon EF 70-200 mm f:2.8L IS II, trípode.
© Oriol Alamany


Para este trabajo necesité toda la potencia proporcionada por mi Canon 500 mm más un duplicador de focal, adaptado a un cuerpo de cámara Olympus de formato M4/3 con factor de conversión 2x, Vall d'Aran, Junio 2016
Teléfono móvil BQ Aquaris
© Oriol Alamany


El bosque estaba rodeado de algunos canchales abiertos, prometedores para obtener fotografías, pero los osos jamás se aventuraban por allí. Cada vez que una cabeza asomaba entre la vegetación, yo rogaba para que dieran un paso más al descubierto para poder obtener alguna fotografía clara.

La distancia que nos habíamos marcado para las observaciones era considerable, en torno a un kilómetro. No queríamos molestar a la osa en absoluto y tampoco llamar la atención de la gente. Eso dificultaba mucho mi trabajo como fotógrafo. Para lograr el aumento deseado tuve que recurrir a una solución extrema: usé mi teleobjetivo Canon EF 500 mm f:4L IS II, le añadí un teleconvertidor 2X-III para convertirlo en un 1000 mm f:8, y lo monté con un adaptador en un cuerpo de cámara Olympus OM-D E-M1, cuyo factor de reencuadre es 2x. El resultando era una distancia focal equivalente de 2000 mm. Y a pesar de ello no podía obtener primeros planos.



Marc Alonso y Oriol Alamany una tarde lluviosa, tras una espera sin éxito, Junio 2016
© Teresa Camins


Además la actividad de la osa era más frecuente en las frías madrugadas y también al crepúsculo, cuando había muy poca luz para obtener imágenes. Y para acabar de arrreglarlo, la niebla y la lluvia tan frecuentes en Vall d'Aran nos estropearon por completo alguna de las esperas.

Algo inquieto por no haber conseguido ninguna imagen decente, decidí prolongar mi estancia un día adicional. Mi agenda de trabajo en Barcelona ya no me permitía más. ¡Acertada decisión!: el crepúsculo de mi tercer día en el valle la osa decidió empezar a andar. ¡Qué maravilla cuando asomó en los canchales seguida de sus juguetones oseznos de tan sólo medio año de edad! ¡Y qué difícil obtener alguna fotografía decente en tan malas condiciones de luz y desde tanta distancia!


Al tercer día, al anochecer la osa sacó a sus cachorros del bosque, Vall d'Aran, Junio 2016
Canon EOS 5D MkIII a ISO 1600, Canon EF 500 mm f:4L IS II + Extender EF 2X-III, trípode.
© Oriol Alamany



Oriol Alamany durante una espera, Vall d'Aran, Junio 2016
Teléfono móvil
© Marc Alonso

Como ya me ha sucedido en diversas ocasiones en mis trabajos en la naturaleza, la última sesión fue la definitiva. A veces parece que la naturaleza te hace sufrir para que te ganes el premio. La última madrugada Marc, Teresa y yo (acompañados en esta ocasión por Joan y Sergio, guardas del Conselh Generau d'Aran), disfrutamos de lo lindo con el derroche de actividad que demostraron la madre y sus dos traviesos hijos. Durante más de dos horas les vimos desplazarse, alimentarse, jugar, arrancar enormes rocas... observando su comportamiento natural en una mañana sin niebla ni lluvia. Al fin pude realizar algunas fotografías interesantes y Marc me insistía en que hiciera video, más atractivo para las campañas de concienciación de DEPANA. Son imágenes que hechas en la Cordillera Cantábrica no tendrían tanto valor,  pero en Pirineos es una de las pocas ocasiones en que se ha grabado a una osa con crías sin recurrir a cámaras-trampa automáticas.

A partir de las nueve de la mañana la reverberación producida por la humedad ambiental ya impedía la obtención de fotografías nítidas con tan largas focales, pero seguimos observando su comportamiento hasta que la osa se encamó en una sombra.




Osa atravesando un canchal, Vall d'Aran, junio 2016
Canon EOS-1D MkIV a ISO 800, Canon EF 500 mm f:4L IS II + Extender EF 2X-III, trípode.
© Oriol Alamany


Osa seguida por uno de sus cachorros en un prado, Vall d'Aran, junio 2016
Olympus OM-D E-M1 a ISO 400, Canon EF 500 mm f:4L IS II + Extender EF 2X-III con adaptador Canon EF a M 4/3, trípode.
© Oriol Alamany


Osa con sus dos cachorros trepando por las rocas, Vall d'Aran, junio 2016
Olympus OM-D E-M1 a ISO 400, Canon EF 500 mm f:4L IS II + Extender EF 2X-III con adaptador Canon EF a M 4/3, trípode.
© Oriol Alamany


Al mediodía, y tras tomar un café bien cargado para no dormirme en la carretera, conduje de regreso a Barcelona, no sé si con más ganas de ver con detenimiento las fotografías y videos realizados, o de echarme en la cama a dormir unas horas seguidas. Mi cuerpo estaba agotado, pero mi cabeza estaba repleta de experiencias apasionantes.

Gracias Pirineos, por volver a darme lo mejor de vosotros mismos.



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Aquella misma tarde, 8 de junio, la familia dejó de verse y sigue en paradero desconocido. De nada habría servido que hubiera podido quedarme más. 

Tras dejar pasar unos días por seguridad, Marc y los guardas del Conselh Generau d'Aran ascendieron por la ladera para recolectar restos de excrementos y pelos para hacer un análisis de ADN de los osos y así averiguar la identidad de la hembra y del padre de los cachorros. Tanto Marc como yo desearíamos que fuera Nheu, aquella jovencita que nos dió tan buenos momentos años atrás. Pero los análisis de laboratorio tardan tiempo y a día de hoy aún no sabemos los resultados. Habrá que esperar. 

El 14 de julio DEPANA hizo una nota de prensa divulgando la noticia y el video obtenido, que ha aparecido en diversos periódicos y cadenas de televisión.


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PD: 24 ENERO 2017: El resultado de los análisis de ADN demuestra que la osa es Bambou y que de los dos cachorros uno es macho y del otro no se ha podido determinar el sexo. El padre podría ser el macho Pyros o bien Moonboots.




Osa con cachorros en Vall d'Aran, Pirineos from Oriol Alamany on Vimeo.

(Mejor pulsando HD y a pantalla completa)





3 comentarios:

  1. Cordial saludo. Señor Oriol, soy seguidor de su blog y le doy mil gracias por compartir su trabajo. Estoy muy contento con volver a leer una nueva publicación, pues llevaba tiempo esperándola, y qué mejor que con esta interesante e inspiradora historia sobre la madre osa y sus oseznos. Cada vez valoro más la paciencia de los fotógrafos y me sorprende que todavía, con su experiencia de muchos años en el campo, tenga sueños por cumplir y uno piensa que lo ha visto todo o casi todo. :) Un saludo desde Colombia.

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    1. Hola Cristian. Los sueños jamás se cumplen todos. Aunque muchos menos tras años y años de vivir en este mundo, a mí aún me quedan unos cuantos pendientes. ¡Pero cada vez son más difíciles!

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  2. Quina meravella!
    Al nostre Pirineu!
    Enhorabona a tos els que han treballat de valent per fer-ho possible!
    I que ben relatat! Com si hi fos, que també seria un somni per a mi.
    La Creació encara ens regala aquests moments, gràcies a Déu!

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