24/8/15

• Svalbard 2015: hielos y nieblas en el Ártico


Navegando a través de la banquisa ártica, Svalbard
Canon EOS 5D MkIII a ISO 100, 24-70 mm f:4L IS, filtro polarizador Benro
© Oriol Alamany 


Arrebujado en el edredón de mi litera, el sonido del hielo crujiendo bajo el casco del barco me reconfortaba en lugar de molestarme. Estábamos navegando a menos de 1.000 kilómetros del Polo Norte, y en mi cabeza rememoraba los sucesos vividos aquel día. 


Había sido una jornada intensa navegando a través de la banquisa ártica, más allá del paralelo 81º, al norte del archipiélago de las Svalbard. El desayuno ya fue interrumpido por el jefe de la expedición avisando de la presencia de un Oso polar. En el comedor quedaron abandonados cafes y pastas mientras todos corríamos a los camarotes a por la cámara fotográfica y el anorak de plumas. Ya en cubierta, la bonita osa surgió como una aparición de la gélida neblina. Tímida y esquiva, se dejó ver pero no permitió que el rompehielos se le acercara demasiado. Tras media hora de devaneo acabó perdiéndose con su andar pausado en la inmensidad del Océano Glacial Ártico. Unas pocas y evocativas fotografías en la niebla y todo había terminado, dejándonos con las manos heladas y la duda de si aquello había sido un sueño o algo real.


Osa polar (Ursus maritimus) entre la niebla en la banquisa, Océano Glacial Ártico
Canon EOS-1D MkIV a ISO 400, 500 mm f:4L IS
© Oriol Alamany 


Tras terminar el desayuno volvimos a la cubierta, donde disfrutamos de un festival aéreo de gaviotas tridáctilas, hiperbóreas y marfil, ágiles fulmares, págalos piratas, así como araos y mérgulos. Las aves marinas se beneficiaban del revoltijo de aguas que producía el lento avance del barco a través de los hielos, ya que hacía aflorar algunos peces a la superficie facilitando su captura.



Págalo pomarino persiguiendo a una Gaviota tridáctila en la banquisa, Océano Glacial Ártico
Canon EOS-1D MkIV a ISO 800, 500 mm f:4L IS
© Oriol Alamany



Visionando fotografías en la cafetería del barco, Océano Glacial Ártico
Canon EOS 5D MkIII a ISO 320, 16-35 mm f:4L IS
© Oriol Alamany 

Una pausa en la cálida cafeteria del navío para tomar un café visionando las fotografías obtenidas, y vuelta otra vez al exterior. Para los fotógrafos la actividad de las aves era una estupenda oportunidad para practicar la fotografía de acción.

Tras la comida de mediodía, un nuevo anuncio: a las cuatro de la tarde se serviría chocolate caliente con licor y magdalenas en la cubierta. Y fue desde allí cuando divisamos en la lejanía a otra osa polar que, curiosa y juguetona, se fue acercando a nosotros. A lo largo de una hora se dejó fotografiar de todos lados, llegando prácticamente a tocar el casco del barco. Una belleza de animal, un festival para cualquier amante de la fotografía de naturaleza. 

(Interludio reflexivo: ¿Qué sentimientos debe experimentar un animal salvaje que vive sólo en esta inmensidad congelada al acercarse a investigar un objeto de metal de 91 metros de largo y 4.600 toneladas de peso que ha irrumpido en sus dominios? Sorprendentemente esta osa no parecía experimentar miedo alguno, si no más bien curiosidad).


Osa polar (Ursus maritimus) en la banquisa, Océano Glacial Ártico
Canon EOS 5D MkIII a ISO 400, 100-400 mm f:4.5-5.6L IS II
© Oriol Alamany 

Nuevo descanso con una sonrisa en la boca... y otra sesión fotográfica de aves en vuelo, probando técnicas de enfoque e intercambiando cámaras u ópticas con los compañeros. 

Tras la cena, la mayoría del pasaje se retiró a sus camarotes. Pero a uno le cuesta irse a dormir cuando se navega por la banquisa ártica, no hay un momento que desperdiciar. Mientras algunos compañeros se quedaron en la cafetería editando fotografías en sus ordenadores portátiles, otros nos pasamos aún un buen rato al aire libre en la proa, hipnotizados por el avance a través de los hielos hasta que el frío y el cansancio terminaron por vencernos. 

Hay jornadas que vale la pena vivir hasta el último minuto del día y que sienta bien rememorar de nuevo antes de cerrar los ojos por la noche.


Una de nuestras guías vigila en busca de osos polares durante uno de los desembarcos, Svalbard
Canon EOS 5D MkIII a ISO 100, 24-70 mm f:4L IS, filtro Benro GND 0.9 Soft
© Oriol Alamany 


EXPEDICIÓN FOTOGRÁFICA SVALBARD 2015
Nuestra Expedición fotográfica a Svalbard 2015 "En busca de la esencia del Ártico" ha sido algo distinta a las ediciones de años anteriores. El itinerario era más largo y preentaba algunas diferencias, circumnavegando la gran isla de Nordaustlandet y llegando hasta la más remota de las islas orientales, Kvitøya, situada a tan sólo sesenta y dos kilómetros de las primeras islas rusas y cubierta por un imponente casquete de hielo. Pocas personas han llegado y desembarcado en este lugar tan remoto, donde en el año 1897 murieron los tres participantes del fatídico vuelo Arctic Balloon Expedition organizado por el sueco S. A. Andrée, que llegaron allí a pie tras estrellarse su globo en la banquisa a 300 km al norte de la isla.

Medianoche en la imponente costa helada de la isla de Kvitøya, Svalbard
Canon EOS 5D MkIII a ISO 800, 500 mm f:4L IS, filtro polarizador
© Oriol Alamany 


El sol de medianoche refleja su luz entre la niebla en la banquisa del Océano Glacial Ártico, Svalbard
Canon EOS 5D MkIII a ISO 200, 16-35 mm f:4L IS, filtro GND Benro 0.9 Soft
© Oriol Alamany 

Aunque en esta época del año el sol jamás se pone en estas latitudes, al desarrollarse nuestra expedición 2015 más avanzada la estación (a mediados de agosto, en lugar de en julio como en los viajes anteriores), hemos disfrutado de algunas luces doradas hacia medianoche. Sin embargo, las nubes y nieblas propias del Ártico las escondieron con frecuencia.

Los diez participantes, acompañados por Eulàlia Vicens y yo como guías, han tenido el privilegio de ver y fotografiar a catorce osos polares distintos. Y nada menos que cuatro de ellos eran hembras acompañadas de sus adorables cachorros, algo que Eulàlia y yo jamás habíamos disfrutado en anteriores viajes. Uno de ellos en concreto nos deleitó durante un buen rato con sus juegos y travesuras mientras su madre se alimentaba del cadáver de una inmensa Morsa varada en una playa.

Osa polar con su cachorro comiendo la carroña de una Morsa, Svalbard
Canon EOS 5D MkIII a ISO 640, 500 mm f:4L IS
© Oriol Alamany 


Morsas jugueteando frente a la isla de Storøya, Svalbard
Canon EOS 5D MkIII a ISO 800, 500 mm f:4L IS
© Oriol Alamany 



Morsas durmiendo en la isla de Edgeøya, Svalbard
Canon EOS 5D MkIII a ISO 400, 500 mm f:4L IS
© Oriol Alamany 


Aunque la estrella de todo viaje a Svalbard son los osos polares, las morsas no les van a la zaga y esta vez también vimos más ejemplares que nunca, en un total de cuatro colonias distintas.

Unos pocos renos y focas, alguna ballena y ningún zorro polar fueron la parte menos afortunada. Sin embargo vimos la mayoría de aves árticas propias del archipiélago, como el Escribano nival, el Charrán ártico, el Correlimos zarapitín, el Colimbo, el Eider, la Barnacla, los Págalos, Araos, el Frailecillo, etc, además de acceder a una imponente colonia de cría de Gaviota tridáctila que ofreció muchas oportunidades fotográficas.

Y para los amantes de la historia de los pioneros en el Ártico, los desembarcos también ofrecieron la oporunidad de ver restos relacionados con las epopeyas en zeppelin de Nobile y Amundsen o en globo aerostático de Andrée, el trabajo de los antiguos balleneros y también de la vida cotidiana de los tramperos. 


Colonia de cría de Gaviota tridáctila (Rissa tridactyla), Svalbard
Canon EOS 5D MkIII a ISO 400, 100-400 mm f:4.5-5-6L IS II
© Oriol Alamany 



Fotografiando en una colonia de cría de Gaviota tridáctila (Rissa tridactyla), Svalbard
Canon EOS 5D MkIII a ISO 400, 24-70 mm f:4L IS
© Oriol Alamany 


Como en otros años, el imponente fiordo de Hornsund y sus glaciares volvieron a ser uno de los puntos álgidos del viaje fotográfico. Navegar entre los hielos rodeados de glaciares, cascadas y acantilados, oyendo el sonido de los desprendimientos y viendo caer peñascos de hielo de la morrena es una experiencia de la que todos volvimos fascinados.

Partir de Svalbard en anorak y aterrizar en pleno agosto en Barcelona fue el menor de los cambios que sufrimos a la vuelta. Adaptarse a la ciudad de cemento y al trabajo diario tras recorrer los hielos del Ártico resulta mucho más difícil. Por suerte están las fotografías y nuestra memoria para recordar y atesorar esta experiencia.


Navegando entre los hielos del fiordo de Hornsund, Svalbard
Canon EOS 5D MkIII a ISO 800, 24-70 mm f:4L IS
© Oriol Alamany 



 Navegando con Zodiacs en el fiordo de Hornsund, Svalbard
Canon EOS 5D MkIII a ISO 200, 24-70 mm f:4L IS
© Oriol Alamany 


 Los participantes en el casquete glaciar de la remota isla de Kvitøya, Svalbard
Canon EOS 5D MkIII a ISO 200, 16-35 mm f:4L IS
© Oriol Alamany 






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Otras veces ya he escrito en este blog sobre anteriores expediciones:

Expedicion fotográfica Svalbard 2013 (presentación del viaje 2015).

Svalbard 2013: Regreso a la banquisa (relato del viaje 2013).

Expedicion fotográfica Svalbard 2013 (presentación del viaje 2013).

Els viatgers de la Gran Anaconda (entrevista sobre este destino).

4/8/15

• Test del zoom Canon EF 24-105mm f/3.5-5.6 IS STM


Zoom Canon EF 24-105mm f:3.5-5.6 IS STM, la alternativa económica para las cámaras Canon Full Frame.
© Oriol Alamany


Hace una década (Octubre de 2005) Canon presentó un objetivo zoom standard que sería de los más vendidos de su historia: el Canon EF 24-105 mm f:4L IS. 

Un tanto por sorpresa, en la feria fotográfica Photokina 2014 Canon anunció la comercialización de un modelo distinto, el EF 24-105 mm f:3.5-5.6 IS STM. Se trata de una versión mucho más económica, construida con materiales más sencillos y de luminosidad variable. Así que algunos clásicos tertulianos de los foros de fotografía de internet se apresuraron a despreciarlo sin tan siquiera haberlo probado. Si no pertenecía a la Serie L no valía la pena, sin tener presente que hay diversos objetivos de la gama Canon que no pertenecen a esta famosa serie y no por ello son malos ni mucho menos. 

Han sido muchos los usuarios de cámaras réflex Canon que han confiado en el Canon EF 24-105 mm f:4L IS original para obtener gran parte de sus fotografías aunque, también es cierto que se trata de un objetivo polémico: mientras que algunos están satisfechos con sus resultados, otros opinan que jamás ha sido un modelo a la altura de la serie L. Al parecer las diferentes opiniones pueden tener su origen en que hay visibles diferencias entre distintos ejemplares del mismo objetivo. Además bastantes de ellos acaban sufriendo la rotura del flexo de uno de sus circuitos internos y terminan dando errores en la cámara. Por suerte este problema ya está solucionado en los objetivos de fabricación más reciente.

Yo lo he usado en algunas ocasiones, pero nunca ha formado parte integrante de mi equipo. En mi experiencia es una buena óptica, tremendamente práctica en su uso, pero no excepcional en su rendimiento. Tras diez años de vida es uno de los objetivos de la gama Canon que más necesita una nueva versión remozada.

¿Puede un objetivo más sencillo pero moderno competir con una de clase superior pero con diez años a sus espaldas?



 De izquierda a derecha, el clásico EF 24-105 mm f:4L IS usm de 2005, el nuevo EF 24-105 mm f:3.5-5.6 IS STM de 2014 y el antiguo EF 28-105 mm f:3.5-4.5 usm de 1992, todos ellos en sus posiciones granangular y teleobjetivo. No parece que la miniaturización progrese con el paso del tiempo, si no todo lo contrario.
© Oriol Alamany

CARACTERÍSTICAS FÍSICAS

Diez años son bastantes en el mundo de la tecnología actual: el nuevo zoom, por ejemplo, incorpora dos lentes asféricas y una UD, así como un estabilizador de imagen IS de cuatro pasos, de la generación más reciente.

Debido a los materiales empleados, su peso es un 22% inferior al modelo L. Su tamaño también es algo menor, en especial más estrecho. Sin embargo, en la posición 105 mm se estira algo más que su predecesor. Es un acierto que el diámetro de filtro sea 77 mm, uno de los más comunes en la actualidad.



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PESO

24-105 mm f:3.5-5.6 IS STM (2014) ... 525 gr.
24-105 mm f:4L IS (2005) ... 670 gr.
24-70 mm f:4L IS (2012) ... 600 gr.
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Carrizal en el Estany d'Ivars i Vila-Sana, Catalunya
Canon EOS 5D MkIII a ISO 100, EF 24-105 mm f:3.5-5.6 IS STM a 28 mm, 1 /13 seg a f:13, trípode
© Oriol Alamany


El aro de enfoque manual es muy suave y agradable... debido a que trata de un enfoque manual electrónico. Si la cámara está apagada, no es posible enfocar el objetivo a mano, ya que requiere energía de la batería: cosas del sistema STM (Stepping Motor). Por otra parte, este sistema es especialmente adecuado para video, al enfocar de manera rápida y sin hacer ruido que podría quedar grabado en la banda sonora.

Lamentablemente el aro de enfoque no tiene ninguna indicación de distancia. La distancia minima de enfoque es de 40 cm, cinco menos que su hermano L.

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ENFOQUE

24-105 mm f:3.5-5.6 IS STM... 0,40 m
24-105 mm f:4L IS... 0,45 m
24-70 mm f:4L IS... 0,38 m + posición macro
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Verduras en una tienda, Barcelona, Catalunya
Canon EOS 7D MkII a ISO 400, EF 24-105 mm f:3.5-5.6 IS STM a 58 mm, 1/8 seg a f:6.3, trípode
© Oriol Alamany


La diferencia de precio entre ambas alternativas es realmente notable (440 € contra 1015 €): menos de la mitad, una diferencia que no va a reflejarse en las fotografías. Aunque hoy en día es fácil encontrar el serie L en oferta a precios inferiores (unos 800 € si proviene de un kit). O de segunda mano por unos 500 €.

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PRECIO

24-105 mm f:3.5-5.6 IS STM... 440 €
24-105 mm f:4L IS... 1015 € (A veces, 799 € provenientes de kit).
24-70 mm f:4L IS... 867 €
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Un objetivo ideal para la fotografía de paisaje.
© Oriol Alamany



CAPRICHOSA LUMINOSIDAD

La mayor diferencia entre el modelo f:4L y el f:3.5-5.6 STM es la luminosidad máxima constante de f:4 en el primero y la variable en el segundo. Este cambio de luminosidad no es problema ni requiere de atención alguna por parte del fotógrafo, ya que el fotómetro de las cámaras lo tienen en cuenta continuamente. 

A priori resulta atractivo que en su posición gran angular sea incluso más luminoso que su hermano L, pero la dicha se esfuma rápidamente. Probando como cambia la luminosidad al ir girando el zoom comprobé que la pérdida de luz era mucho más rápida de lo que me esperaba.

24 mm f:3.5
28 mm f:4
35 mm f:4
42 mm f:4.5
50 mm f:5.0
67 mm f:5.6
105 mm f:5.6

Es decir, el modelo STM tan sólo es más luminoso que el L a 24 mm. A 28 y a 35 mm ya es igual, y a partir de los 42 hasta los 105 mm ya es más oscuro.

Su escasa abertura hace que a 105 mm f:5,6 resulte difícil lograr unos fondos bien desenfocados. No es esta una óptica para los amantes del bokeh.



Figura de gigante en una fiesta local, Barcelona, Catalunya
Canon EOS 7D MkII a ISO 200, EF 24-105 mm f:3.5-5.6 IS STM a 105 mm, 1/200 seg a f:5,6
© Oriol Alamany


Una característica de ciertos zooms es que, al llevarlos colgando, pueden irse desplazando poco a poco, lo que resulta molesto. A veces esto no sucede al principio, si no tras unos meses o años de uso. Este modelo incorpora un práctico bloqueo que lo mantiene replegado si así lo preferimos.





Detalle del botón de bloqueo del zoom.
© Oriol Alamany


Crepúsculo en el Estany d'Ivars i Vila-Sana, Catalunya
Canon EOS 5D MkIII a ISO 100, EF 24-105 mm f:3.5-5.6 IS STM a 28 mm, 1 seg a f:13, trípode
© Oriol Alamany

RESOLUCIÓN

Quizás el fotógrafo deba asumir ciertos sacrificios en la construcción del objetivo, pero en cambio la calidad óptica del 24-105 mm f:3.5-5.6 IS STM sorprende agradablemente. Gracias a Canon España lo probé durante unos pocos días en mi cámara Full Frame Canon EOS 5D MkIII, comparándolo en ocasiones con un objetivo 24-105 mm f:4L IS usm prestado por una amiga. 

En algunas combinaciones de focal y abertura el modelo STM iguala o supera a su compañero de la serie L. La nitidez es buena, el contraste algo más elevado y el color adecuado. No tendría ningún problema en usarlo en mis trabajos profesionales. 

A 24 mm y abertura f:4, la definición en ambas ópticas es muy similar en el centro de la imagen, pareciendo algo mejor en la periferia del modelo L. A diafragmas cerrados la diferencia desaparece por completo y en general me gustan más los resultados del modelo STM. En el otro extremo, a 105 mm y abertura f:5.6,  la resolución es algo mejor en el modelo STM, como puede verse en este ejemplo:


Detalle de una pared de ladrillos, Barcelona, Catalunya
Canon EOS 5D MkIII a ISO 400, EF 24-105 mm f:3.5-5.6 IS STM y EF 24-105 mm f:4L IS a 105 mm, 1/100 seg a f:5.6
(Recorte al 100%, haz Clic para ver a mayor tamaño)
© Oriol Alamany


Además, en todas las fotografías comparativas realizadas, a la misma exposición, las imágenes del STM resultaron algo más luminosas que las del L.

He leído en internet diversas pruebas sobre este objetivo y algunas coinciden con mis apreciaciones, mientras que alguna otra no. Quizás sea debido a la variabilidad entre ejemplares del mismo modelo. De todos modos la opinión más generalizada es que es una óptica que sorprende en relación a su precio.

La distorsión es visible, tanto en barrilete a 24 mm como en cojín a 105 mm, aunque tan sólo se aprecia en la fotografía con elementos arquitectónicos y resulta fácilmente corregible con las aplicaciones actuales.

Es esta una óptica que funciona bien con el sol en la imagen, proporcionando una bonita estrella de 14 puntas, al tener un diafragma de 7 láminas. El modelo L, con 8 láminas proporciona una estrella de 8 puntas. Además, como he comprobado en todas las ópticas Canon más recientes (11-24L, 16-35L, 24-70L, 24-105 STM...) la estrella resultante termina en finas puntas, mientras que en las óptica antiguas (17-40L, 24-105L...), estas se abren creando un efecto menos bonito.


Sol al amanecer, Barcelona, Catalunya
Canon EOS 5D MkIII a ISO 400, EF 24-105 mm f:3.5-5.6 IS STM y EF 24-105 mm f:4L IS a 24 mm, 1/180 seg a f:22
(Haz Clic para ver a mayor tamaño)
© Oriol Alamany



Roble en el Parc Natural de Collserola, Catalunya
Canon EOS 7D MkII a ISO 800, 24-105 mm f:3.5-5.6 IS STM
© Oriol Alamany


Galerías de edificios en Poblenou, Barcelona, Catalunya
Canon EOS 7D MkII a ISO 100, 24-105 mm f:3.5-5.6 IS STM a 105 mm, 1/125 f:5.6
© Oriol Alamany



Teatro en Poblenou, Barcelona, Catalunya
Canon EOS 5D MkIII a ISO 400, 24-105 mm f:3.5-5.6 IS STM a 24 mm, 1/40 f:3.5
© Oriol Alamany

PROS:
- Buena calidad óptica, comparable sin complejos a su compañero de serie L.
- Precio reducido.
- Estabilizador de imagen.
- 24 mm de luminosidad f:3.5.
- Abertura de diafragma circular de 7 láminas que proporciona bellas estrellas.
- Escasa aberración cromática y de coma.
- Peso reducido.
- Aro de enfoque manual muy suave.
- Enfoque STM sin ruido, ideal para video.
- Bloqueo de zoom.


CONTRAS:
- Construcción en materiales plásticos, no a prueba de intemperie.
- El aro de enfoque no indica las distancias.
- Focales de 50 a 105 mm poco luminosas.
- Viñeteo y distorsión a 24 mm.
- No incluye su parasol EW-83M de serie.
- No incluye funda de serie.
- El enfoque manual no funciona con la cámara apagada.
- A 105 mm no se logran fondos desenfocados.

Hoy en día la gama de focales medias para cámaras Full Frame de Canon ofrece numerosas alternativas a sus usuarios: el fantástico 24-70 mm f:2.8L II, el más económico 24-70 mm f:4L y el clásico 24-105 mm f:4L. A ellos se unió el año pasado este 24-105 mm f:3.5-5.6 IS STM que os presento hoy. Y eso sin contar las opciones de otras marcas como Tamron, Sigma o Tokina.

Dado que cubre las focales habitualmente más utilizadas en fotografía, el Canon EF 24-105 mm f:3.5-5.6 IS STM es adecuado para numerosos usos, menos para los que requieran de una elevada luminosidad o fondos desenfocados (fotografía de retrato). Por su ligereza pienso que es una buena óptica para viajar, y también una buena alternativa económica para el fotógrafo de paisaje que usa una cámara Full Frame, un tipo de fotografía que se hace casi siempre con trípode y a diafragmas cerrados. A la hora de decidirse por la compra de un objetivo de esta gama focal, no hay que desdeñarlo por el simple hecho de no pertenecer a la serie L.








   



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