Torcecuello (Jynx torquilla) en su nido en un almendro, Vacarisses, 1979
Konica Autoreflex TC, Vivitar 200 mm f:3.5, película Kodachrome 64, trípode, flash y hide
Archivo escaneado y restaurado.
© Oriol Alamany
Diapositiva deteriorada recién escaneada, sin ajustar ni restaurar.
© Oriol Alamany
Esta fotografía tiene 33 años. La tomé cuando yo tenía veintiuno, en mis primeros tiempos como aficionado a la fotografía de la naturaleza en la localidad de Vacarisses, no lejos de Barcelona.
Pero el motivo de esta entrada no es hablar sobre mis inicios en el mundo de la fotografía, si no comentar el patrimonio que representa para los fotógrafos su archivo de diapositivas. Desde los primeros Perutzchrome, Ektachrome y Kodachrome que realicé en 1976, hasta los últimos Fujichrome Velvia en 2004 son veintiocho años de patrimonio visual que se acumulan en los archivadores de mi oficina y que no puedo, ni quiero, desperdiciar.
Hoy en día parece que todo lo que no sea hecho con una cámara digital de última generación no sirva. He visto a algunos fotógrafos desdeñar su patrimonio fílmico argumentando que no tiene ya valor alguno. En su día no se molestaron en adquirir un escáner o, al menos, hacerse digitalizar por un fotograbador sus mejores tomas.
Lución (Anguis fragilis), Vacarisses, 1977
Konica Autoreflex TC, Hexanon AR 50 mm f:1.7, película Kodachrome 64
© Oriol Alamany
Por otra parte, es cierto que algunos clientes piden que las fotografías que se les entreguen sean recientes. Cierta revista de viajes, por ejemplo, suele pedir que las imágenes correspondan a los últimos tres años. Entiendo que eso pueda tener una cierta importancia en las imágenes de una ciudad que puede cambiar con el tiempo, pero como fotógrafo de naturaleza y viajes ¡no puedo dar la vuelta al mundo cada tres años! Y además, las imágenes de unas dunas en Namibia, de la jungla de la India, o la cara de un León en Kenia son iguales ahora que hace veinte años. Por otra parte, también es tremendamente interesante guardar imágenes de cómo han cambiado, o incluso desaparecido, ciertos sitios en las últimas décadas. Uno de mis terrenos de juego favoritos en mis inicios, una zona agrícola en la localidad de Vacarisses, yace hoy en día sepultada por un polígono industrial.
¿A que vienen estas divagaciones? Pues a que estos días estoy inmerso en la edición gráfica de un libro que va a aparecer próximamente y, rebuscando ciertas especies animales en el archivo, me he metido a digitalizar algunas tomas de incluso treinta años de edad. A veces son especies animales difíciles de encontrar que, a posteriori, ya no he tenido la fortuna de volver a fotografiar.
Últimas luces en les Gorgues del Freser, Pirineos, 1981
Canon A1, Canon New FD 100mm f:4 Macro, película Kodachrome 64
Archivo escaneado y restaurado.
© Oriol Alamany
Digitalizar películas antiguas no es nada fácil. Las diapositivas reveladas mediante los procesos E-4 o E-6 aún, pero las Kodachrome de proceso KR-14 (mis preferidas en los 70, 80 y hasta el inicio de los 90) son una maldición, ya que llevan muy mal el proceso de digitalización. Además, aunque las Kodachrome solían proporcionar excelentes resultados, a veces aparecían lotes de emulsiones, o bien malos revelados, con una fuerte dominante azulada. Para evitarlo en lo posible había que hacer "madurar" los carretes. Para ello los comprábamos en grandes lotes (a veces centenares de ellos), los guardábamos a temperatura ambiente hasta que faltaran tan sólo tres meses para su fecha de caducidad, y entonces los guardábamos en la nevera para estabilizarlos. Así se podían usar ya. Si le preguntarais a mi compañera cual es la mayor ventaja de la fotografía digital, sin duda os diría el haber recuperado espacio en la nevera de casa.
Los procesos de reproducción fotomecánica sufridos a lo largo de los años con sus consiguientes arañazos, la humedad, o las fundas de PVC que utilizamos durante un tiempo (luego substituidas por fundas neutras de polipropileno) acababan de darles el toque de gracia, apareciendo fuertes dominantes azulado-verdosas en las altas luces. Lo más difícil de reparar es esta dominante, que intento eliminar en Photoshop mediante una capa con una complicada curva de corrección de color. Alguna vez incluso he restaurado diapositivas partidas por la mitad debido a la incompetencia del fotograbador al desmontarla del tambor de su escáner.
Hoy en día me produce un cierto placer cuando cojo una imagen de estas que cree hace varias décadas, deterioradas por el uso y el paso de los años, la pongo en el escáner de diapositivas, la digitalizo a alta resolución y, con unos ajustes en Photoshop, le doy nueva vida.
Halcón peregrino (Falco peregrinus) en su posadero, Costa catalana, 1981
Canon A1, Canon FD 400mm f:4.5 SSC, película Kodachrome 64, trípode, escondite
Archivo escaneado y restaurado.
© Oriol Alamany
Otras entradas del blog en relación a las películas Kodachrome:
Hola Oriol... yo también soy de las que guarda cierta cantidad de negativos, en mi caso en B/N en un cajón de casa, me gustaría digitalizrlos, ¿puedes recomendarme algún escaner cun buena relación calidad/precio?
ResponderEliminarGracias,
Ana
Creo que lo mejor para negativos y diapositivas es usar un escáner específico para ellos, en lugar de uno plano con adaptadores. Hace unos años los de mejor relación calidad-precio eran los Nikon o Minolta. Pero lamentablemente los fabricantes están colaborando en este olvido de los archivos fotográficos dejando de fabricar estos escáneres.
ResponderEliminarYo uso un Coolscan 9000ED de Nikon con buenos resultados.
Al parecer hay algunos Epson Perfection y Canon Canoscan 9000F planos que no funcionan mal con sus adaptadores.
Jo també estic molt interessat en l'escaneig de diapositives. No obstant he de dir que, potser per tot el que encara em falta aprendre en aquest camp, estic una mica decebut dels resultats que m'ha donat fins ara, en diapositiva, l'Epson Perfection V350.
ResponderEliminarPel que fa al negatiu blanc i negre estic més content, potser simplement perquè desapareix la possibilitat d'error en el color.
La diapositiva escanejada, en canvi, em queda tota com empastada, és com si aparentment perdés tot el punt fort que representa en definició de contrast i potència del color la diapositiva respecte el negatiu. Calen retocs i màscares d'enfoc molt acurades per tal de no degradar excessivament la imatge a fi de tornar-los l'aspecte "original", escrit amb tantes cometes com calgui. Podeu veure'n algunes mostres aquí:
http://www.imatgedart.com/wp/portafolis/category/fotografia/
Amb això no pretenc voler dir que no hauria de caldre fer un treball conscient, acurat i precís d'edició, però tinc la inquietud de fins quin punt són per incapacitat o desconeixement meus els problemes que tinc, o bé més aviat per una limitació externa, en unes tasques per a les quals potser requeriria equips o serveis que queden fora del meu poder adquisitiu, independentment de les meves competències actuals.
A mi m'agrada especialment la foto de Ribes de Freser. Tan típica com atractiva ;). La del falcó no és "típica", però no em crida tant.
Salut,
Raimon