13/4/08

• África, su música y Rokia Traore


Recorriendo las pistas de África, Kenia, 2006
Canon EOS-1 Ds Mark II a ISO 800, 70-200 mm f/2.8L IS
© Oriol Alamany

No recuerdo donde, pero hace tiempo leí que alguien había dicho que, cuando uno viaja a África, nunca acaba de regresar del todo. Y debo decir que es bien cierto. Parece que aunque estés de vuelta en tu casa, una parte de tu alma se ha quedado allá. Será que nuestros genes tienen un recuerdo milenario de que de ahí es de donde venimos todos.

Esto viene a cuento porque ayer asistí al concierto que la cantante y compositora de Malí Rokia Traore realizó en el festival "Blues&Ritmes 2008" en Badalona. Empezó ella sola con una guitarra y su especialísima voz, y terminó con todo su grupo interpretando una vibrante pieza con el público en pie. Ambos extremos eran pura África: por una parte una canción intimista con resonancias del África tradicional, y por otra la desbordante energía del África moderna, donde la música juega un papel primordial en la sociedad. Rokia me trajo a la memoria sensaciones de mis viajes a este amado continente.

Niños en un autobús, Kenia, 2006
Canon EOS-1 Ds Mark II a ISO 200, 500 mm f/4.5L con teleconvertidor 1,4x
© Oriol Alamany

Siempre me ha fascinado la facilidad que demuestran los africanos con la música y el ritmo. Como muestra, una sencilla anécdota. En 1994 Eulàlia y yo hicimos nuestro primer viaje al África subsahariana, a los pocos meses de que Nelson Mandela hubiera ganado las primeras elecciones libres en Sudáfrica. Hasta entonces nos habíamos negado a viajar a este país por boicot contra el apartheid. Pero tan pronto Mandela instauró su gobierno empezamos los preparativos. Era aquella una época convulsa y aún no había turistas extranjeros. El día siguiente a nuestra llegada fuimos a un centro comercial de Johannesburg y nos encontramos con una huelga del personal de la limpieza. Se manifestaban por el centro vestidos con su uniforme de la limpieza y ataviados con sus escobas, bailando y cantando a capella melodías africanas. Y lo hacían de maravilla. Acostumbrados a los habituales gritos de consignas sindicales en las manifestaciones de nuestro país, aquello fue una auténtica sorpresa. La música les salía del alma.

Manada de elefantes cruzando el río Chobe, Botswana, 2003
Canon EOS-3 , Fujichrome Sensia 100 forzado a ISO 200, 500 mm f/4.5L
© Oriol Alamany

A partir de entonces los viajes se sucedieron: Zimbabwe, Namibia, de nuevo Sudáfrica, Botswana, Kenia... África se te mete en el cuerpo y ya no quiere salir. ¿O es que siempre ha estado ahí dentro aunque no lo supieras? Lástima que para los dirigentes políticos occidentales este continente no signifique más que petróleo, diamantes y recursos a explotar. 

2 comentarios:

  1. De nuevo una entrada interesante y con fotos "vivas" como bien apuntas en tu blog/web.

    Tenía ganas de hacerte partícipe de mi admiración hacía tu obra, especialmente tus fotos, pero artículos como el de Australia en la Lonely Planet Magazine también son dignos de mención.

    Es por eso que mi libro para este Sant Jordi sea "Fotografiar la Naturaleza", para los que estamos empezando, eres un ejemplo a seguir.

    Enhorabuena,

    Carlos Martín.

    ResponderEliminar
  2. Y seguimos...

    No puedo estar más de acuerdo con estas reflexiones que expresas. También sufrimos de ese "mal", ese "virus" que se nos ha metido en el cuerpo tanto a mi como a mi mujer... y es que desde que fuimos el año pasado a África (Tanzania) no nos la podemos quitar del corazón ni de la cabeza...

    Es por ello que este año volvemos otra vez a ese maravilloso continente, que tantas alegrias, tristezas, emociones inspira dicha tierra. ¿Será por eso mismo? ¿por la mezcla de tan y diferentes sentimientos que te golpean constantemente a cada minuto que estas allí? No sé si será eso, y seguramente la mayoría lo vería una tontería, pero eso es porque no lo han vivido en sus propias carnes... la mitad de mi corazón está allí, esperando a volver a latir.

    Espero tener la oportunidad de compartir esos momentos con mi pareja todas las veces posibles.

    Felicidades por tu trabajo y no pares!

    David

    ResponderEliminar