Moais del Ahu Nau Nau, isla de Rapa Nui, 2004
Canon EOS-1D Mark II a ISO 100, 70-200 mm f/2.8L IS, trípode
© Oriol Alamany
¿Donde se encuentran los límites de la estupidez humana? Es difícil de decir. Un ejemplo de hasta donde puede llegar lo tenemos en el comportamiento de un turista finlandés, hace unos días, en la remota isla de Pascua o Rapa Nui. A Marko Kulju, de 26 años, no se le ocurrió otra cosa que trepar a una de las bellas y centenarias estatuas (Moais) del Ahu Nau Nau, para romper un trozo de su oreja, según se dice, con la intención de llevárselo de recuerdo. El daño parece irreparable ya que la parte arrancada se hizo añicos. Los rapanuis están indignados y el castigo propuesto por el alcalde del municipio es cortarle la oreja al agresor. Por fortuna para él, la justicia ya ha dicho que se la condena será una multa y quizás un tiempo de prisión.
Estos últimos años he dedicado una atención especial a esta isla perdida en el océano Pacífico. Primero en 2004 y luego en 2006 Eulàlia y yo viajamos a Rapa Nui y permanecimos allí durante varias semanas, para realizar un reportaje fotográfico sobre los paisajes naturales, el patrimonio arqueológico y sus gentes. Una muestra de él puede verse en la galería fotográfica de mi web. Parece mentira que en un lugar tan diminuto (la isla tiene unos 25 kilómetros de longitud) haya tantas cosas por ver y hacer. Y más para un fotógrafo. Se trata de un lugar muy especial al que queremos regresar por tercera vez en un futuro cercano. El viaje es largo, pesado y caro, pero el halo de misterio que envuelve esta isla atrapa y embriaga. Parte de mi trabajo fotográfico sobre Pascua se ha publicado en las revistas Islas y Rutas del Mundo. También hice una exposición fotográfica en Asmat, así como proyecciones en la Librería Altaïr, en el Centre La Salle y en Asmat (dentro de un Ciclo de conferencias sobre Pascua organizado por Amigos de la Unesco).
Cuando has visitado, conoces y quieres a un lugar así, una noticia como este acto sin sentido te duele y te hace meditar sobre el comportamiento de la especie más "evolucionada" del planeta.
Luckily, the Americans are OnLine and alert. So in the Magnificent A-O-L only, 314,000 votes on the judgment in a day, with 3200 comments.
ResponderEliminar7 years in a South American prison. Ear off from the guy (says the Mayor). After this volume of hypocricy and publicity, even one day could kill a man in a South American prison.
And as I read the actual story behind the News from Congoo to Australia, it seems to me that he's not proven to break it by purpose. But you don't figure that out by reading these genious' news services. One lady shouted that "A tattood guy came, ripped off the ear, stole it and ran!" And our brilliant investigative journalists recycle the hearsay to about 500 million people.
Another viewpoint on the hang-up party:
http://www.helsinki.fi/~pjojala/Easter-island-broken-ear-mob-lynch.htm
Pauli Ojala
Finland
Pauli, según tu versión, que no dudo que pueda ser la real, este personaje no quería arrancar la oreja al Moai, si no que tan sólo estaba escalándolo. Me parece igual de estúpido. Un gran aviso en el aeropuerto de la isla, tan sólo llegar, pide a los recien llegados que no se suban a los Ahus o altares de los Moais. Por otra parte, en el Ahu Nau Nau en concreto hay un rótulo en la misma base prohibiendo subir.
ResponderEliminarOpino que ni tan siquiera deberían ser necesarios estos avisos para que nadie se dedicara a escalar una antigüedad arqueológica. Pero si a pesar de todos estos avisos, lohaces es que eres una persona irrespetuosa con el patrimonio de la humanidad y con las peticiones de los habitantes de la isla. Que la oreja se rompiera intencionadamente o no, casi es lo de menos.
La especie humana tiene tal cantidad de ejemplos de estupidez que a veces te hace plantearte si no será esa su verdadera naturaleza humana.
ResponderEliminarCuando estuve en Atenas, a un turista no se le ocurrió mejor cosa que echar una meadita en la base del Erecteión. No encontró mejor sitio el buen hombre.
Así nos luce el pelo.
Buffffff, encara recordo amb molta ilusió llegir el llibre Aku-Aku de Thor Heyerdhal, fa molts anys però em va agradar molt. Crec que un dia aniré a l'illa de Pàscua o Rapa Nui i trobar alguna taula amb Rongorongo...
ResponderEliminarQue tingue bon viatge el dia que hi aneu un altre cop.