En general los fotógrafos soñamos con adquirir los objetivos más sofisticados, luminosos y costosos que ofrecen los fabricantes de equipos fotográficos. Un 15-35 mm F2.8, un 50mm F1.2, un 28-70mm F2, un 85 mm F1.2, un 400mm F2.8… son objetos de deseo: ópticas de resolución altísima, colores perfectos, cremoso bokeh, grandilocuente aspecto, y sellados contra el polvo y la humedad… aunque también son voluminosos, pesados y de precios al alcance de unos pocos profesionales o de algunos aficionados privilegiados.
Sin embargo, si repasamos los catálogos de Canon, Nikon, Sony, Olympus o Fujifilm, veremos que también ofrecen otros objetivos más pequeños, ligeros y relativamente baratos, que no suelen ser motivo de tal desmesurado deseo. Pero hoy en día casi cualquier óptica moderna permite obtener atractivas fotografías. Yo, aunque sea profesional y la mayoría de mis ópticas sean Canon serie L, no se me caen los anillos por trabajar con algunos de esos objetivos más económicos.
Probablemente veréis que, en sus video-reviews, algunos gurús de internet, Youtubers o influencers de las redes sociales se apresuran a denostar estas ópticas más sencillas, resaltando sus debilidades. Como si las fotografías que pueden obtener con ellas no fueran dignas para sus canales de video o para publicar al diminuto tamaño que aparecen en Instagram.
Si esas personas fueran profesionales de los que publican sus reportajes a doble página en revistas de calidad, sabrían que raramente un editor gráfico rechazará una imagen interesante por el hecho de que los extremos de la imagen no sean perfectamente nítidos, o porque la óptica presente algo de aberración cromática. En una fotografía para publicar, los editores se fijan en cosas más importantes.
Presentado en el verano de 2021, el Canon RF 16mm F2.8 STM es un ultra gran angular de focal fija, diminuto y liviano (¡tan sólo 165 gramos!). Según Canon, está orientado a los creadores de videos para redes sociales, a los paisajistas y para fotografía nocturna. Sin embargo, también resulta interesante para cualquiera que busque reducir el peso de su equipo fotográfico.
Durante mi reciente proyecto “Dolpo, siguiendo los pasos de Schaller y Matthiessen”, tuve que caminar durante un mes por las montañas del Himalaya, superando pasos de montañas de más de 5.300 metros de altitud. Uno ya tiene una cierta edad y allí fue donde pensé en lo bien que me habría ido ese menudo RF 16mm, en lugar de mi mucho más pesado EF 16-35mm F4L IS (que, además, debía usar con el correspondiente adaptador de montura EF a RF).
Así que, el pasado mes de enero, antes de emprender un viaje a las islas Falkland (Malvinas) me decidí a comprarlo. En ese archipiélago hay que ir saltando de isla en isla en pequeñas avionetas y el peso a llevar es extremadamente limitado, por lo que debía reducir en lo posible mi equipaje.
Para que os hagáis una idea, el equipo habitual para mis trabajos fotográficos es:
- Samyang 14mm F2.8, de enfoque y abertura manual (Tan sólo si sé que voy a hacer bastante fotografía nocturna).
- Canon EF 16-35mm F4L IS (con adaptador EF-RF).
- Canon RF 24mm F1.8 STM (Para fotografía nocturna o con muy poca luz, o bien como opción ultra ligera para excursiones por la montaña).
- Canon EF 50mm F1.8 STM (Sólo en contados viajes, para fotografía con poca luz, con adaptador).
- Canon RF 24-105mm F4L IS.
- Canon EF 100-400mm F4.5-5.6L IS II, o bien Canon EF 70-200mm F2.8L IS II (Dependiendo de las necesidades de cada viaje o trabajo, con adaptador).
- Canon EF 500 F4L IS II (Sólo si sé que voy a hacer bastante fotografía de fauna, con adaptador).
Sin embargo, mi equipo “ligero” para Malvinas fue:
- Canon RF 16mm F2.8 STM.
- Canon RF 24-105mm F4L IS.
- Canon EF 100-400mm F4.5-5.6L IS II (con adaptador).
- Canon EF 500 F4L IS II (con adaptador).
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ALGUNAS CARACTERÍSTICAS FÍSICAS
A pesar de su sencilla construcción, este objetivo funciona razonablemente bien para fotografía de paisaje y arquitectura. Y también para foto con poca luz o nocturna, debido a su abertura F2.8. Eso significa que deja entrar el doble de luz que mi EF 16-35mm F4L IS o su substituto actual RF 14-35mm F4L IS.
El diámetro del filtro es de 43 mm, una medida pequeña, pero bastante inusual. Para uniformizar el diámetro con mis 24 y 50 mm, al 16 le he puesto un anillo conversor de rosca, para poder montarle los más comunes filtros de diámetro 52 mm. Usando un filtro polarizador Benro Slim, no aprecio ningún viñeteo.
Tal y como tiene por costumbre hacer Canon con los objetivos que no son de la serie L, su parasol EW-65C no viene incluido en la compra. Hay que adquirirlo aparte por unos 30 € adicionales. O bien buscar uno de marca alternativa barata, que pueden encontrarse por unos 3 a 12 euros. El uso del parasol es muy recomendable, ya que protege la parte frontal móvil de golpes, huellas digitales o reflejos. Y puede montarse invertido para proteger el objetivo al guardarlo en la mochila.
RENDIMIENTO ÓPTICO
Pero hablemos del fondo y no de la forma: este 16mm es hijo de la tecnología moderna: ópticamente hablando presenta una excelente nitidez, ya desde su máxima abertura. En los bordes exteriores no lo es tanto debido a la aberración cromática, pero los resultados no son malos y no mejora mucho diafragmando. Desde luego, es mejor que mi antiguo EF 17-40 mm F4L, cuyos bordes no eran ninguna maravilla.
Una consecuencia negativa de este tipo de correcciones aplicadas ya en cámara, es que el 16 mm no permite realizar dobles exposiciones en la misma cámara. Personalmente no es algo que utilice mucho, pero hay expertos en este tipo de fotografía multiexposición que deben tener esto presente. La única solución es realizar los distintos disparos por separado y luego unirlos en el post procesado en el ordenador.
Como sucede cada vez que adquieres un objetivo nuevo, los primeros días lo utilizas mucho, por aquello de la novedad. En las Falkland, con su confiadísima fauna, usé con frecuencia la combinación de la ligera cámara EOS R5 con el pequeño 16mm. Encontré ese conjunto como ideal para arrastrarme por el suelo y obtener perspectivas inusuales de pingüinos, albatros, cormoranes o elefantes marinos.
¿Y LA FOTOGRAFÍA NOCTURNA?
A priori, un 16mm F2.8 debería ser ideal para fotografía nocturna, auroras boreales o cielos estrellados. Pero tras ese primer viaje me quedo con la duda, ya que allí no tuve la oportunidad de probarlo con estrellas. Por pruebas que he visto en internet, este RF presenta algo de aberración de coma y astigmatismo en los bordes, factores importantes para la fotografía de estrellas. Pero me falta comprobar personalmente hasta qué punto. Espero poder probarlo en mi próximo viaje a la isla de Socotra. A mi regreso ya os contaré mi experiencia allí.
- Buena calidad general de las fotografías.
- Buena luminosidad F2.8.
- Pequeño y ultra ligero, ideal para montañismo y viajes.
- Precio muy asequible.
- Puede funcionar como un 16mm sin distorsión, o un 14mm con distorsión.
- Excelente distancia mínima de enfoque de tan solo 13 cm.
CONTRAS:
- Notable distorsión, corregida digitalmente por software.
- Viñeteo a máxima abertura, corregido por software.
- La parte frontal del barrilete se extiende y repliega.
- Inusual diámetro para filtros de ø 43 mm.
- Parasol no incluido en la compra.
- Motor STM, menos eficiente que los USM y emite un leve sonido.
- Algo de aberración de coma y astigmatismo en las esquinas para fotografía de estrellas.
- Sin estabilizador de imagen óptico (IS), pero funciona con el estabilizador de la cámara (IBIS).
- Sin interruptor AF/M, solo por menú.
- No pueden hacerse dobles exposiciones directamente en la cámara.
ÚLTIMA HORA:
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Escribir estos artículos y realizar pruebas de material fotográfico, es un proceso laborioso, que me lleva horas de documentación y trabajo. Si este artículo te ha gustado, te ha entretenido, o te es de utilidad, puedes invitarme a un café.