Eulàlia Vicens fotografiando un paisaje de la puna argentina con su móvil Oppo, octubre 2022.
La coincidencia en la aparición de los teléfonos con cámara fotográfica incorporada, con el boom de las redes sociales basadas en la imagen, ha "democratizado" la fotografía hasta niveles insospechados. Ahora casi todas las personas hacen fotografías, pero la mayoría de ellas ya no usan cámaras convencionales. Desde hace unos años, las cámaras de los teléfonos móviles o smartphones han ocupado el lugar de las cámaras fotográficas compactas tradicionales.
A medida que aumentaban las ventas de teléfonos, se hundieron las ventas de las cámaras de gama baja, mas sencillas. Entonces los fabricantes decidieron contraatacar diseñando cámaras compactas de gama alta, con sensores mas grandes (de 1"), buenas ópticas, y prestaciones muy superiores a las de los teléfonos.
Pero a pesar de ofrecer modelos muy atractivos, como la Sony RX100 VII o la Canon G5 X Mark II, esta política empresarial no funcionó. El público prefirió los teléfonos y, desde el año 2019, marcas como Canon, Nikon, Fujifilm o Panasonic ya no han sacado al mercado ningún nuevo modelo de cámara compacta. Y Sony sacó la última en 2020.
Hoy en día la gente que hace fotografías se puede dividir en dos grupos muy diferenciados: los usuarios de un teléfono móvil, y los de cámaras fotográficas réflex o mirrorless con ópticas intercambiables (que, evidentemente, también usamos nuestros móviles de manera regular).
Pedro Martín fotografiando una Oreja de oso con su móvil duarnte la Salida fotográfica Senderos de agua en el Cadí-Moixeró, Pirineos, abril 2022.
Los teléfonos móviles con cámara presentan algunas ventajas (su pequeño tamaño, la conveniencia de que los llevamos siempre encima, el uso masivo de IA (Inteligencia artificial) que procesa las imágenes de manera automática para que (casi) siempre luzcan bien, y la posibilidad de compartirlas de manera inmediata con amigos o seguidores mediante la conexión a internet...
Pero para un amante de la fotografía también tienen bastantes inconvenientes: en primer lugar, el sensor responsable de captar la imagen tiene un tamaño minúsculo en comparación con las cámaras convencionales. Sus píxeles son extremadamente pequeños, proporcionando imágenes de menor calidad que las de los habituales sensores Full Frame o APS-C que equipan las cámaras fotográficas.
Resulta curioso que algunos fabricantes de teléfonos se vanaglorien estos últimos tiempos de incorporar sensores de tamaño "grande", como los de 1" de las últimas cámaras compactas. Lo que no explican es que el objetivo que instalan delante de ese sensor no cubre su tamaño, por lo que la imagen resultante sólo aprovecha una parte central de su extensión, desperdiciando todos los píxeles restantes: una política publicitaria perversa. Un módulo de cámara que cubriera realmente el área de ese sensor de 1" debería ser mucho más grande, protuberante y engorroso.
Teléfono Xiaomi 13 Pro con una de sus tres cámaras dotada de sensor de 1" (que no aprovecha en su totalidad), desarrollado en colaboración con Leica y cuyo precio asciende a unos 1.300 €.
Por otra parte, uno de los grandes atractivos de la fotografía es la posibilidad de obtener encuadres distintos mediante el uso de diferentes objetivos de variadas distancias focales: gran angulares, objetivos zoom, teleobjetivos... Cualquier cámara de objetivos intercambiables nos ofrece multitud de opciones. En cambio, un teléfono suele tener un objetivo fijo, minúsculo y muy simple: lo mas habitual es que sea un gran angular equivalente a aproximadamente unos 24 mm en una cámara convencional. Eso hace imposible captar a sujetos que se encuentren a cierta distancia.
Por ello cada vez más teléfonos incorporan una segunda cámara con un gran angular aún mas amplio, de aproximadamente de unos 16 mm. Y quizás una tercera cámara, con una óptica similar a un objetivo estándar de 50 mm a la que, muy erróneamente, suelen llamar “lente teleobjetivo”. Muy pocos modelos ofrecen algo que se parezca mínimamente a un teleobjetivo real: algunos disponen de algo equivalente a un 75 o 125 mm (como mi actual Huawei P30 Pro NE), pero son minoría. Para acercar el sujeto o simular un zoom, los teléfonos recurren al burdo artificio de recortar la fotografía. Cuando ampliamos la imagen en la pantalla mediante las yemas de los dedos, no estamos realmente haciendo zoom como con un objetivo, sino simplemente recortando mas y mas la imagen que, a mayor aumento, cada vez es de menor calidad.
La playa de Poblenou, en Barcelona, captada con el teleobjetivo de 125 mm de mi teléfono móvil Huawei P30 Pro NE.
Todo esto hace que, si miramos ciertas fotografías capturadas con un móvil en una gran pantalla de ordenador (en especial si es un Raw DNG), nos podemos llevar una decepción: imágenes con poco detalle, mucha granularidad (el llamado “ruido” digital) y un fuerte viñeteo (periferia de la imagen mucho más oscura que el centro), etc. Lo que ocurre es que la IA hace maravillas y nos proporciona unos archivos finales de formato Jpeg muy retocados que suelen lucir bastante bien.
Otro problema de fotografiar con teléfono móvil es su absoluta falta de ergonomía. Aquí no hay ni una empuñadura que facilite su agarre, ni un visor, ni tan siquiera botón disparador. El teléfono se agarra mal y todo se hace a través de la pantalla táctil, lo que enlentece el proceso fotográfico. Y si hace frío, la fotografía con guantes lo complica aún más. El disparo tampoco es muy preciso que digamos, ya que suele tener un pequeño retraso, lo que dificulta captar una acción concreta. Y si quieres montarlo en un trípode, hay que añadirle algún tipo de pinza adicional.
Liliana Rau fotografiando con su móvil en nuestro Viaje fotográfico a Patagonia, 2015.
LA AUSENCIA DE ARCHIVO RAW
Las cámaras digitales tradicionales permiten fotografiar en dos formatos diferentes: el Jpeg (formato comprimido que procesa la cámara de forma automática), y el Raw o archivo original obtenido por la cámara, que después se puede procesar en un ordenador para obtener una imagen final de elevada calidad. El archivo original Raw no se puede manipular, por lo que los jurados de muchos concursos fotográficos los utilizan como garantía para comprobar la autenticidad de las imágenes presentadas.
Pocos modelos de teléfonos móviles permiten guardar ese archivo original Raw. Los que sí lo hacen, normalmente es en el formato DNG, propiedad de la empresa de software Adobe. El resto de modelos, la enorme mayoría, sólo ofrecen la posibilidad de guardar un Jpeg ya procesado. También es cierto que, cuando abres en la gran pantalla de un ordenador uno de esos Raws de teléfono móvil, es para echarse a llorar dado el grano y viñeteo que suelen presentar. Mientras que al procesar el Raw de una cámara fotográfica resulta relativamente fácil mejorar su Jpeg equivalente, en un teléfono móvil cuesta bastante lograr algo parecido, tal es la cantidad de defectos que su IA logra disimular. La verdad es que los Jpeg de los móviles son muy resultones y, a veces, más vale ajustar un poco su tonalidad o exposición, que liarse a trabajar a fondo con el Raw.
ALGUNOS CONSEJOS PARA FOTOGRAFIAR CON TELÉFONO MÓVIL
Aunque las cámaras incluidas en los teléfonos móviles suelen enfocar y exponer de forma totalmente automática, y la intervención del fotógrafo se reduce a escoger sujeto y encuadre, algunas apps ofrecen un Modo Pro, donde al menos nosotros podemos decidir algunos de los parámetros (Balance de blancos, compensación de exposición, etcétera) y sentirnos algo más fotógrafos.
Si tu teléfono lo permite, y quieres obtener mejores fotografías, comienza aprendiendo a compensar la exposición: Suele haber alguna función +- donde puedes hacer la imagen más oscura o más clara que lo que te propone su Exposición Automática. Exponer correctamente una fotografía es potestad del fotógrafo, no de la máquina.
Si puedes, tampoco debes utilizar por sistema el Balance de blanco automático. Con este parámetro la cámara compensa las tonalidades de colores de manera automática, pero eso no es siempre lo más conveniente. Según lo que quieras transmitir, puedes usar el Balance de blanco Luz de día (el icono de un sol) o el mas cálido Nublado (el icono de una nube). ¡Ah!, y piensa que muchos teléfonos pueden fotografiar en blanco y negro, ofreciendo unas fotografías especialmente atractivas.
En lo posible, no re encuadres mediante el zoom digital, o limita su uso, ya que al aumentar el sujeto la calidad de la foto se degrada rápidamente, perdiendo definición. Aprovecha al máximo el área de tu pequeño sensor. Si te encuentras con que constantemente quieres tomar fotos con teleobjetivo, compra alguno de los suplementos ópticos que se encuentran en el mercado o, aún mejor, búscate una cámara convencional con un buen zoom.
A la hora de encuadrar, como norma general no pongas al sujeto ni el horizonte en el centro de la foto, salvo que busques un efecto intencionado de simetría. Algunas aplicaciones de cámara permiten sobreponer una cuadrícula de líneas en el visor, lo que puede ayudar a la composición, o también a nivelar los horizontes torcidos.
Un atractivo de las cámaras de los teléfonos es que suelen ofrecer la posibilidad de obtener unas fantásticas panorámicas de forma muy simple. Busca el Modo Panorámico y, simplemente desplazando el teléfono de lado a lado, obtienes una impactante fotografía panorámica en muy pocos segundos. Algo que con una cámara convencional te llevaría un buen rato de trabajo en el ordenador.
Según el grado de sofisticación del teléfono también encontraremos funciones especiales como Modo Noche, Retrato, Apertura, Larga exposición, HDR, Monocromático, Macro, etc. Cada modelo es un mundo y vale la pena experimentar un poco con cada sistema, para conocer sus posibilidades. Fotografiando cascadas de agua con el modo larga exposición, por ejemplo, se obtienen resultados espectaculares.
Cascada en Vall d'Aran, captada con un Huawei P10 Pro, con trípode y una exposición de 21 segundos, octubre 2017.
Y un consejo muy simple que te permitirá obtener de inmediato fotografías de mejor calidad: limpia las lentes de las cámaras de tu teléfono. No llevan ninguna tapa que las proteja y, al llevarlo en los bolsillos, siempre están sucias o con huellas. Esto hace que la imagen se difumine y las zonas iluminadas brillen de forma desagradable, especialmente en las tomas a contraluz. Un objetivo limpio, proporciona mejor nitidez y tonalidades.
Por cierto, ¿sabes que existen fundas impermeables para teléfonos que permiten incluso utilizarlos para la fotografía subacuática?
Por cierto, ¿sabes que existen fundas impermeables para teléfonos que permiten incluso utilizarlos para la fotografía subacuática?
Eulàlia fotografiando con su móvil un invierno en Islandia, 2022.
PROCESADO DE LAS IMÁGENES
Aunque el formato ideal para procesar a posteriori una imagen es el Raw, los archivos Jpeg de un teléfono permiten un cierto tratamiento. Mejor no manosearlos mucho porque se van degradando con rapidez. Pero sí pueden ajustarse en el mismo teléfono mediante alguna de las múltiples aplicaciones existentes, como Snapseed, Google Fotos, Adobe Lightroom mobile, PicsArt, etc. Evidentemente, también puedes descargártelas al ordenador de casa y procesarlas allí de manera más pausada.
Y un último consejo: Descarga o sincroniza regularmente tus fotografías en un ordenador. Cada año se pierden millones de fotografías por teléfonos robados, perdidos o estropeados que no tenían copia de seguridad.
Estación de tren en Nápoles, captada con un Huawei P30 Pro NE y procesada en el mismo móvil con la aplicación Snapseed.
Cuando se habla de equipos fotográficos, una frase que corre mucho entre los fotógrafos es la del fotógrafo Chase Jarvis que afirmaba: "La mejor cámara, es la que llevas contigo". Y ésta es precisamente la principal grandeza de la fotografía con teléfono móvil. No será perfecta, no tendrá el glamour de hacerla con una bonita cámara clásica en las manos, pero resulta que con él todos llevamos siempre un cámara encima, lo que nos ofrece la posibilidad de captar situaciones o luces inesperadas que quizás nunca quedarían registradas. ¡Aprovechémoslo!
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(Este artículo es una versión ampliada de otro que publiqué en 2022 en el blog del concurso fotográfico MedFoto, que tiene una categoría específica para fotografías realizadas con teléfonos móviles).
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