Una de nuestras furgonetas 4x4 recorriendo la sabana de Masai Mara al amanecer, en busca de fotografías.
© Oriol Alamany
© Oriol Alamany
ESCENA 1 - MASAI MARA - CROSSINGS
–¡Vaya descarga de adrenalina!– me dice File tras ver y fotografiar su primer crossing. Y no me extraña en absoluto. A pesar de haber disfrutado de 24 de ellos a lo largo de cinco viajes, los crossings siguen siendo algo que siempre me impacta y entusiasma, una manifestación de la naturaleza más salvaje y primigenia. Y si, un auténtico subidón para cualquier amante de la fotografía o de la observación de la naturaleza.
¿Y qué es un crossing pensaréis? Pues es el nombre que en la Reserva Nacional de Masai Mara se da al fenómeno del cruce del río Mara por parte de centenares o miles de herbívoros durante su migración anual entre las sabanas de Masai Mara y el Serengeti. Normalmente se trata de manadas de ñus, pero a veces estos van acompañados de grupos de cebras, topis o incluso de las pequeñas y delicadas gacelas de Thomson.
File era uno de los participantes en el viaje fotográfico a Kenia “Predadores y herbívoros en la gran migración” que Eulàlia y yo organizamos desde hace ya varios años. A pesar de que escogemos cuidadosamente las fechas del viaje en función de nuestra experiencia en Kenia, cada año el fenómeno de la gran migración se nos muestra de manera distinta. Hay años que lo pillamos al final, con parte de las inmensas llanuras del Mara más vacías de animales, pero concentrados en grandes masas en los límites con el Serengeti tanzano. Si la migración está tocando a su fin, centenares de cadáveres de ñus jalonan las orillas del río y buitres y marabúes se hartan de comer. Otras veces la temporada acaba de empezar y, si ha habido pocos cruces, los imponentes cocodrilos del Nilo están hambrientos y se lanzan a cazar de manera despiadada cualquier animal que se atreva a cruzar. Cada vez distinto, cada vez igual de emocionante. Pero hasta el momento cada año hemos podido disfrutar del espectáculo, algo que no siempre está garantizado.
En las llanuras alrededor del río los grupos de ñus se entremezclan con jirafas, elefantes, elands, algún escaso rinoceronte negro… todos ellos vigilados por los penetrantes ojos de los otros actores del drama: leones, guepardos, leopardos, hienas… los cazadores implacables, bellísimos depredadores.
En Masai Mara los días vuelan y, de sol a sol, el fotógrafo intentamos captar ni que sea una ínfima parte de toda esta belleza, de toda esta vida que fluye sin cesar.
–¡Vaya descarga de adrenalina!– me dice File tras ver y fotografiar su primer crossing. Y no me extraña en absoluto. A pesar de haber disfrutado de 24 de ellos a lo largo de cinco viajes, los crossings siguen siendo algo que siempre me impacta y entusiasma, una manifestación de la naturaleza más salvaje y primigenia. Y si, un auténtico subidón para cualquier amante de la fotografía o de la observación de la naturaleza.
¿Y qué es un crossing pensaréis? Pues es el nombre que en la Reserva Nacional de Masai Mara se da al fenómeno del cruce del río Mara por parte de centenares o miles de herbívoros durante su migración anual entre las sabanas de Masai Mara y el Serengeti. Normalmente se trata de manadas de ñus, pero a veces estos van acompañados de grupos de cebras, topis o incluso de las pequeñas y delicadas gacelas de Thomson.
File era uno de los participantes en el viaje fotográfico a Kenia “Predadores y herbívoros en la gran migración” que Eulàlia y yo organizamos desde hace ya varios años. A pesar de que escogemos cuidadosamente las fechas del viaje en función de nuestra experiencia en Kenia, cada año el fenómeno de la gran migración se nos muestra de manera distinta. Hay años que lo pillamos al final, con parte de las inmensas llanuras del Mara más vacías de animales, pero concentrados en grandes masas en los límites con el Serengeti tanzano. Si la migración está tocando a su fin, centenares de cadáveres de ñus jalonan las orillas del río y buitres y marabúes se hartan de comer. Otras veces la temporada acaba de empezar y, si ha habido pocos cruces, los imponentes cocodrilos del Nilo están hambrientos y se lanzan a cazar de manera despiadada cualquier animal que se atreva a cruzar. Cada vez distinto, cada vez igual de emocionante. Pero hasta el momento cada año hemos podido disfrutar del espectáculo, algo que no siempre está garantizado.
En las llanuras alrededor del río los grupos de ñus se entremezclan con jirafas, elefantes, elands, algún escaso rinoceronte negro… todos ellos vigilados por los penetrantes ojos de los otros actores del drama: leones, guepardos, leopardos, hienas… los cazadores implacables, bellísimos depredadores.
En Masai Mara los días vuelan y, de sol a sol, el fotógrafo intentamos captar ni que sea una ínfima parte de toda esta belleza, de toda esta vida que fluye sin cesar.
Unos dos millones de ñus se van concentrando en el Mara Triangle, en su camino anual hacia el Serengeti.
© Oriol Alamany
Los guepardos, siempre elegantes y alerta, en busca de presas.
© Oriol Alamany
© Oriol Alamany
En Kenia no es imprescindible la utilización de sofisticados equipos fotográficos para disfrutar de la naturaleza.
© Oriol Alamany
León macho con los últimos rayos de luz del día. Las llanuras del Mara ofrecen luces magníficas.
© Oriol Alamany
Empieza uno de los míticos crossings del río Mara por parte de miles de herbívoros. LAs cámaras fotográficas empiezan a sonar...
© Oriol Alamany
Las vistosas cebras en un crossing polvoriento, y jugando luego con el procesado de la imagen. El tratamiento en blanco y negro resulta especialmente efectivo para estos motivos africanos.
© Oriol Alamany
© Oriol Alamany
Ñus agolpándose a orillas del río Mara, jugando con el procesado de la imagen.
© Oriol Alamany
© Oriol Alamany
A inicios de la migración los enormes cocodrilos del Nilo atacan con furor a los herbívoros que cruzan el río Mara, concentrándose en atacar a los jóvenes ñus y cebras.
© Oriol Alamany
Fin de jornada en uno de los lodges en el interior de la Reserva Nacional Masai Mara, agotados pero contentos y comentando las vivencias del día frente a una cerveza fresquita.
© Oriol Alamany
ESCENA 2 - SAMBURU - EL RÍO
Una de las razones por las que en Samburu la vida bulle es gracias al río Ewaso Nyiro. Esa arteria liquida recorre los áridos terrenos de la reserva natural promoviendo el crecimiento de la vegetación de ribera, hábitat de multitud de aves, cocodrilos y donde se alimentan mamíferos como las jirafas, los elefantes o los antílopes. Es por ello que en nuestros viajes nos alojamos en un lodge con unas vistas magníficas sobre el río. Año tras año los safaris alrededor del Ewaso Nyiro son uno de los puntos destacados de nuestra estancia en Kenia.
Samburu es para mi el complemento perfecto a una estancia en el Mara. El paisaje es distinto, mucho más árido, caluroso, con una vegetación a base de arbustos espinosos con algunas colinas donde se esconden animales esquivos como los licaones y el leopardo. Aquí se encuentran diversas especies distintas de las del Mara: la Cebra de Grevy en lugar de la común, la Jirafa reticulada en lugar de la masai, el Avestruz somalí en lugar del vulgar, abunda más la Gacela de Grant que la de Thomson, y hay otras especies que no habitan el Mara como el Gerenuk, o son escasos, como el Órice y el Dik dik. Y para rematarlo Samburu es el mejor lugar de Kenia para observar al elegante y esquivo Leopardo, uno de mis animales favoritos, pura fuerza y elegancia.
Sin embargo, el año 2015 llegamos a Samburu y tuvimos la desagradable sorpresa de que el río estaba absolutamente seco. Llegamos al lodge e incluso los cocodrilos habían desaparecido, el viento levantaba el polvo del lecho seco y la fauna ya no se concentraba en sus orillas. El personal del lodge nos dijo que llevaban un mes así. Preocupados, sin el agua nos imaginamos por delante unos días aburridos y faltos de buenas observaciones.
Aquella tarde hicimos un game-drive llevando el grupo de fotógrafos y lo cierto es que aún nos lo pasamos bien fotografiando a una manada de elefantes excavando pozos en el centro del río en busca de agua cenagosa, con el trasfondo de las características y bellas palmeras de Samburu a la luz cálida del atardecer.
Samburu es para mi el complemento perfecto a una estancia en el Mara. El paisaje es distinto, mucho más árido, caluroso, con una vegetación a base de arbustos espinosos con algunas colinas donde se esconden animales esquivos como los licaones y el leopardo. Aquí se encuentran diversas especies distintas de las del Mara: la Cebra de Grevy en lugar de la común, la Jirafa reticulada en lugar de la masai, el Avestruz somalí en lugar del vulgar, abunda más la Gacela de Grant que la de Thomson, y hay otras especies que no habitan el Mara como el Gerenuk, o son escasos, como el Órice y el Dik dik. Y para rematarlo Samburu es el mejor lugar de Kenia para observar al elegante y esquivo Leopardo, uno de mis animales favoritos, pura fuerza y elegancia.
Sin embargo, el año 2015 llegamos a Samburu y tuvimos la desagradable sorpresa de que el río estaba absolutamente seco. Llegamos al lodge e incluso los cocodrilos habían desaparecido, el viento levantaba el polvo del lecho seco y la fauna ya no se concentraba en sus orillas. El personal del lodge nos dijo que llevaban un mes así. Preocupados, sin el agua nos imaginamos por delante unos días aburridos y faltos de buenas observaciones.
Aquella tarde hicimos un game-drive llevando el grupo de fotógrafos y lo cierto es que aún nos lo pasamos bien fotografiando a una manada de elefantes excavando pozos en el centro del río en busca de agua cenagosa, con el trasfondo de las características y bellas palmeras de Samburu a la luz cálida del atardecer.
A última hora de la tarde vislumbramos un reflejo en la lejanía. —Será una reverberación producida por el calor—, dijimos. Pero más tarde el brillo se hizo más patente. — ¿Qué es eso?— le preguntó Eulália a Frank, uno de nuestros guías-conductores. — ¡Es un milagro! — respondió él. Era el agua que se deslizaba perezosamente río abajo, rellenando el lecho de orilla a orilla. Jamás había visto algo parecido excepto en los documentales de la BBC o de National Geographic. Por la noche, visto desde la terraza del lodge que cuelga sobre el Ewaso Nyiro, el río bajaba lleno a rebosar, aportando nueva vida a Samburu. Las lluvias caídas recientemente en el Monte Kenya habían obrado el milagro.
Al día siguiente elefantes, jirafas y otros animales se reunían alegres alrededor del río a disfrutar del agua. Samburu, de nuevo, volvía a enamorarnos.
Elefantes hurgando en busca de agua en el lecho seco del río Ewaso Nyiro, bajo las características palmeras de Samburu.
© Oriol Alamany
Tras un mes sin agua, un atardecer el agua inunda poco a poco el río Ewaso Nyiro en Samburu.
© Oriol Alamany
Nuestro Lodge en Samburu, con el río Ewaso Nyiro con su caudal habitual.
© Oriol Alamany
Samburu ofrece especies distintas del Mara, como la Cebra de Grevy.
© Oriol Alamany
El Leopardo, la estrella de la Reserva Nacional de Samburu.
© Oriol Alamany
NUESTRO VIAJE FOTOGRÁFICO A KENIA
Olvídate de los zoos y de los documentales de televisión y ven a fotografiar animales salvajes de verdad. Lo que os he relatado son tan sólo dos de las escenas vividas a lo largo de los años que hemos viajado a Kenia. El número de observaciones y experiencias inolvidables es muy larga, lo mismo que la cantidad de fotografías realizadas.
Este verano, del 28 de agosto al 11 de septiembre 2017, vamos a regresar de nuevo, visitando las reservas naturales de Masai Mara, Nakuru, Samburu y Buffalo Springs, guiando a un nuevo grupo de fotógrafos en busca de las mejores escenas y fotografías.
Todos los detalles de nuestro viaje los puedes ver en ESTE ENLACE., y nos encantaría que nos dejaras guiarte por las tierras africanas, mostrándote los mejores lugares para fotografiar su fauna salvaje. Las inscripciones están abiertas.
Con la colaboración de Foto K
Fotografiando un Guepardo desde las furgonetas con techo elevable, el mejor vehículo para fotografiar en la Reserva Nacional de Masai Mara.
© Oriol Alamany
Fotógrafo en la Reserva Nacional de Masai Mara, siguiendo a un Guepardo.
© Oriol Alamany
Un espectacular grupo de pelícanos acicalándose en el Parque Nacional Nakuru.
© Oriol Alamany
Nuestras furgonetas ofrecen amplio espacio para tres participantes y su equipo fotográfico, Parque Nacional Nakuru.
© Oriol Alamany
Desayuno en plena sabana tras una productiva madrugada fotográfica, en la Reserva Nacional de Masai Mara.
© Oriol Alamany
Nuestras furgonetas ofrecen amplio espacio para tres participantes y su equipo fotográfico, Parque Nacional Nakuru.
Desayuno en plena sabana tras una productiva madrugada fotográfica, en la Reserva Nacional de Masai Mara.
© Oriol Alamany
El amenazado Rinoceronte blanco, hembra con su cría en el Parque Nacional Nakuru.
© Oriol Alamany
Señor Oriol, buen día. Me complace saludarlo y agradecerle esta nueva publicación, las fotografías me han gustado mucho y la historia del río casi es de no creer, con todo el respeto. ;) ¿Sabe si algún día viene a Colombia? Muchos éxitos.
ResponderEliminarHola Cristian, gracias por tu comentario y celebro que te gusten las imágenes. Lo del río es bien autñentico, te lo juro. Todos los participantes al viaje nos emocionamos con la escena. A Colombia en un futuro cercano no tengo no tengo previsto ir, ¡pero nunca se sabe!
EliminarHola Oriol. Estupendas fotografías y estupenda la documentación. Enhorabuena.
ResponderEliminar