• ¿Cómo acelerar mi ordenador? - 2 SSD

El fotógrafo Pere Vila editando imágenes con el ordenador portátil en la sabana africana, durante uno de mis talleres de fotografía en Kenia

© Oriol Alamany

Hace un par de semanas, en la primera entrega de ¿Cómo puedo acelerar mi ordenador? - 1 RAM os expliqué cómo una sencilla y relativamente económica ampliación de la memoria RAM permite que nuestro ordenador de fotografía se desenvuelva con mayor soltura y tenga una menor propensión a quedarse colgado al abrir varios programas o diversas fotografías a la vez. En especial ahora que los archivos Raw de nuestras cámaras son cada vez de mayor tamaño.

Hoy voy a proponeros una segunda modificación, esta algo más costosa, pero que proporciona una mayor velocidad en la abertura de programas y tareas de lectura de documentos, así como en su guardado.

Segunda fase: Instalar una memoria sólida SSD

El segundo sistema para que vuestro ordenador se "despierte" es substituir el habitual disco duro interno (HDD, Hard Disk Drive), con todos sus complejos y delicados mecanismos de platos giratorios y cabezas lectoras, por una memoria sólida (SSD, Solid-state Drive), integrada por chips de memoria sin parte móvil alguna.

En los últimos tiempos son varios ya los ordenadores portátiles que, en lugar de disco duro, incorporan memorias flash. Por ejemplo, en Apple (que es la marca que uso y conozco), los MacBook Air, Mac Book Pro Retina y el nuevo MacPro.

El uso de un SSD redunda en diversos beneficios inmediatos en el uso diario del ordenador: 

En primer lugar y el más importante es un espectacular aumento en la velocidad de lectura y escritura. El tiempo de acceso a la información grabada es prácticamente instantáneo (0,2 ms en un SSD contra 10 ms en un HDD). Por lo tanto el ordenador arranca (y se apaga) en un santiamén y los programas más complejos se abren en un plis-plas. Si indagamos un poco en las características técnicas de ambos mecanismos veremos que la velocidad habitual de lectura de un disco duro de 2,5" es de unos 140 MB/seg, mientras que el de un SSD suele ser de unos 540 MB/seg. 

Por poner un ejemplo, el MacBook Pro que uso para viajar y que tiene ya más de cuatro años, tardaba 47 segundos desde el momento en que apretaba el botón de encendido hasta que aparecían todos los iconos en el escritorio y podía empezar a trabajar. Tras montarle un SSD el tiempo de arranque se redujo a tan sólo 14 segundos. ¡El triple de rápido! ¿Y qué decir de programas como Adobe Photoshop que ahora se me abre en tan sólo 7 segundos? Y eso con un ordenador "viejete". 

Nueve programas de Adobe abiertos en 13 segundos al iniciar sesión en un PC. ¡Adobe Photoshop se abre en un par de segundos tan sólo!

Video de Adrià Miralles

En estos dos artículos sobre cómo acelerar el ordenador hago referencia a ordenadores con unos años a sus espaldas. Por lo tanto, es más que probable que el aparato en cuestión al que queréis dar nueva vida no posea la actual interfaz de transferencia de datos SATA 3 de los SSD y no aproveche toda la velocidad que ofrecen. Sin embargo, que eso no os desdiga de realizar la actualización. A lo largo del año pasado en nuestra empresa de fotografía cambiamos a SSD tres ordenadores: uno de ellos SATA 1 y dos SATA 2. E incluso en el primero de ellos, que tan sólo aprovecha una tercera parte de la velocidad proporcionada por el SSD, el cambio en su rendimiento es notable. Y el día que este ordenador fallezca, podremos recuperar el SSD y montarlo en un ordenador con interfaz más moderna para aprovechar todo su potencial.

Un  SSD (Disco de Memoria Sólida) de 500 GB al lado del tradicional disco duro HDD de 500 GB. Su grosor es menor y su peso la mitad.

© Oriol Alamany

El segundo beneficio importante para un fotógrafo de naturaleza y/o viajes como yo es la solidez: el mecanismo de los discos duros consiste en varios discos giratorios superpuestos unos encima de los otros con una cabeza lectora/grabadora bastante delicada que puede sufrir daños en caso de caídas o golpes. Algo habitual en cualquier viaje o trabajo en el campo. Ya sabemos que los discos duros no son eternos y todos acaban muriendo en el momento más insospechado. No obstante, un ligero golpe o caída que puede matar un disco duro convencional no tiene porqué dañar una memoria flash. Los SSD soportan mucho mejor los golpes y las vibraciones y ofrecen un mayor rango de temperaturas de trabajo. Por ello son usados por los militares y la industria aeroespacial desde los años 90, aunque no se introdujeron en el mercado doméstico hasta principos del siglo XXI.

Además, alguna vez os he comentado en este blog el problema que conlleva utilizar discos duros en trekkings en montañas a gran altitud (normalmente por encima de los 4.000 metros), ya que pueden dañarse y echar a perder todas nuestras fotos. Eso no sucede con un SSD, ya que no tiene ningún mecanismo móvil en su interior. Un SSD puede usarse a grandes altitudes sin problema.

Otras ventajas menores son que un SSD no emite ningún tipo de ruido ni vibración y no se calienta como lo hace un disco duro.

Además pesan mucho menos que un disco duro. Como ejemplo, el SSD Samsung 840 EVO de 500 GB que el pasado otoño monté en mi portátil pesa la mitad que el disco duro Western Digital de 500 GB al que sustituyó (49 contra 96 gramos). De todos modos eso no redunda demasiado en el peso final de un ordenador portátil que suele estar en torno a los 2 kg.

Otra posible ventaja más es que algunos modelos de SSD tienen mayor capacidad que los discos duros. Estamos acostumbrados a que un disco duro de 500 GB tenga en realidad tan sólo 465. De los tres Samsung que tenemos instalados en nuestros Macs, el 840 EVO 500GB indica 499, 25 GB. Eso son 35 GB más, algo nada despreciable. El 840 PRO 256GB indica 255,72. Y el modelo antiguo 840 250GB indica 249,72. Sin embargo parece que no todas las marcas siguen esta filosofía.

Y dejo para el final una de las ventajas más deseadas por los fotógrafos usuarios de ordenadores portátiles: la duración de la batería. En teoría, y mirando las características técnicas de discos duros HDD y discos de memoria sólida SSD, estos últimos deben consumir menos energía y así disponer de más tiempo de trabajo. Los datos oficiales de consumo las webs respectivas son:

HDD Western Digital Blue 500GB, consumo lectura/escritura: 1,5 W.

HDD Western Digital Blue 500GB, consumo en reposo: 0,55 W.

SSD Samsung 840 EV 500GB, consumo promedio: 0,1 W.
SSD Samsung 840 EV 500GB, consumo en reposo: 0,045 W.

En base a estos datos, y según afirman los fabricantes de SSD, eso debería redundar en una mayor duración de la batería del ordenador portátil. Pero en mi experiencia personal eso no ha sido cierto: al menos con la combinación de mi modelo concreto de MacBook Pro con el Samsung 840 EVO. Con la batería cargada a tope justo antes del cambio, su duración estimada era de 6h13'. Justo tras el cambio al SSD me indicaba 6h06'. Ya sé que son estimaciones aproximadas realizadas por el ordenador, pero es el único dato que tengo al respecto. Otra cosa es que durante esas mismas seis horas pueda hacer más cosas porqué el ordenador va más rápido.

 Algunos artículos técnicos afirmaron incluso que los SSD consumían más batería que los HDD, pero luego fueron desmentidos por otros. Al parecer, el consenso es que la ganancia en autonomía puede ser de entre el 0 y el 10%. En realidad, los grandes consumidores de energía en el portátil son su pantalla, la CPU y la tarjeta gráfica. Por lo que quizás el consumo de la unidad de almacenamiento no tenga demasiado impacto en la autonomía global. Agradecería comentarios al respecto de usuarios que hayan comprobado este extremo.

Substituyendo el HDD por el SSD, un trabajo de pocos minutos en el MacBook Pro.

© Oriol Alamany

Inconvenientes del SSD

Pero no todo van a ser ventajas. Como todo lo bueno en la vida, los SSD también tienen algunos inconvenientes (aunque poquitos, la verdad).

El primero es, sin duda, su elevado precio a igual capacidad. Mientras que un disco duro de formato 2,5" de 250 GB puede encontrarse por unos 40-50 euros, para un SSD deberemos desembolsar en torno a los 150-175 euros.

Por si no estáis suficientemente líados aún  ;-)  os diré que una alternativa intermedia son los SSHD, híbridos que combinan un disco duro convencional con una memoria flash de muy pequeño tamaño (4-8 GB. Así logran mejorar el rendimiento en los datos a los que se accede con mayor frecuencia a un precio más comedido. Personalmente no les veo mucho futuro y creo que es algo temporal hasta que los SSD bajen más de precio.

Otro inconveniente es que la capacidad de los SSD es reducida. Mientras que los discos duros de 3,5' alcanzan ya los 5 TB o los de 2,5' los 3TB, los SSD justo acaban de alcanzar 1TB, y a un precio considerable.

El tercero es que su rendimiento de escritura puede irse degradando con el uso. Los diversos módulos de memoria flash pueden irse saturando y hacer que con el tiempo la velocidad de escritura disminuya (que no la de lectura). La longevidad era uno de los problemas destacados de los primeros SSD, que en parte, se ha solucionado en los modelos actuales.

Una ayuda en este sentido es la activación en la unidad del sistema TRIM, que se ocupa de distribuir y borrar la información de un modo óptimo y prolongar la vida del SSD, además de acelerar aún más la velocidad de escritura. En Windows el TRIM se activa por defecto, pero en los Mac no es así. Hay que recurrir a una aplicación (Trim Enabler, de Cindori Software) para activar esta opción en nuestro nuevo SSD.

Por cierto, ni se os ocurra utilizar un programa de desfragmentación de discos duros en un SSD, ya que lo degradaría aún más.

Trim Enabler funcionando en mi MacBook Pro.

© Oriol Alamany

¿Está realmente activado TRIM en mi SSD en el Mac? Vete al menú "Apple" (la manzanita) - "Acerca de este Mac" - "Más información" - "Informe del Sistema", y mira en el apartado SATA. Si pone "Compatibilidad con TRIM: No, usa la aplicación Trim Enabler para activarlo.

© Oriol Alamany

Por otra parte, y siguiendo con los problemas, cuando un SSD falla, falla del todo y la información contenida resulta irrecuperable. Una razón de peso para ser estrictos en la realización de copias de seguridad. Algo que, de todos modos, ¡también resulta imprescindible con los discos duros! Estos suelen fallar de modo más progresivo, lo que puede darnos tiempo a salvar algunos datos. Especialmente sensibles resultan los SSD a los cortes de luz. Eso no suele sentar bien a los HDD, ¡pero a los SSD no les gusta nada de nada!


Atreverse a realizar el cambio

En el primer artículo sobre la ampliación de la memoria RAM, ya os comenté la existencia de la web iFixit con instrucciones parar realizar este tipo de cambios. Pensad que el disco duro que habéis sacado del ordenador puede aprovecharse como disco duro externo de almacenaje o para copia de seguridad simplemente comprándole una económica caja externa USB.  A la otra de realizar la "mudanza" de datos podemos o bien clonar el disco duro antiguo en el SSD o bien realizar una instalación limpia desde 0 del sistema operativo y los programas. Ya sé que es un trabajo pesado, pero si el ordenador tiene ya varios años de uso, eso es lo más recomendable.

Otra manera de aprovechar el disco duro antiguo es dejarlo montado en el interior del portátil aprovechando la bahía de la unidad lectora de DVD. Para ello necesitaremos un kit HDD/SSD adaptador. En en este caso podemos comprar un SSD de poca capacidad (64 o 128 GB, por ejemplo) para instalarle tan sólo el sistema operativo y los programas, dejando el HDD de mayor tamaño para grabar las fotografías y documentos. Algunos kits vienen con una carcasa externa para seguir aprovechando la unidad óptica que hemos sacado.

¿Y para nuestro ordenador de sobremesa?

Aunque los SSD tienen el mismo tamaño que los pequeños discos duros de 2,5 pulgadas, usuales en los ordenadores portátiles, lo cierto es que también pueden montarse en las bahías de 3,5' de los PC de sobremesa. Para ello se requiere de un adaptador de discos 2,5 'a 3,5'.

SSD Samsung 840 Pro con un adaptador NewerTech AdaptaDrive a 3,5'.

© Oriol Alamany

El SSD con el adaptador ya preparado en un MacPro.

© Oriol Alamany

Lo bueno en este caso es que podemos utilizar un SSD de capacidad relativamente pequeña y más económico en una de las bahías del PC y grabar en él tan sólo el sistema operativo y las aplicaciones, que es la información a la que más frecuentemente accede el ordenador. La gran masa de almacenamiento (fotografías y documentos) pueden estar en discos duros convencionales de gran capacidad en el resto de bahías. De este modo se logra un ordenador que funcionará a gran velocidad a un precio razonable. Y prolongaremos la vida útil del SSD al no degradarse tanto ya que prácticamente no escribiremos datos en él.

Comentarios finales

De todos modos, y antes de terminar, deciros que antes de adquirir un SSD hay que informarse sobre su compatibilidad real con nuestro ordenador. Los fabricantes más afamados de discos duros (Western Digital, Seagate...) no fabrican estas memorias sólidas y os encontrareis con marcas menos habituales como Crucial, OCZ, Kingston, Samsung, Intel, Sandisk, Transcend, Plextor... Por ejemplo, se dice que los SSD de Samsung o Crucial se entienden bien con los Mac, pero no así los OCZ (al menos algunos de sus modelos). 

A la hora de la compra veréis precios muy dispares, que pueden reflejar la tecnología utilizada. Por ejemplo, los que tienen memorias del tipo MLC son más costosos, pero aseguran una más larga vida que las del tipo TLC. Un ejemplo de ello serían los Samsung 840 EVO con memorias TLC que ofrecen 3 años de garantía, mientras que los 840 PRO con memorias MLC ofrecen cinco años.

De todos modos, compréis el modelo que compréis y lo instaléis como lo instaléis, os puedo asegurar que no hay vuelta atrás: una vez probado uno, los SSD ya serán parte indispensable en vuestra vida de fotógrafos.

       
    

¿Ya has leído el primer artículo?:
 ¿Cómo puedo acelerar mi ordenador? - 1 RAM

Y para quien tenga un ordenador Mac, pero ni un euro para gastarse, otro día os explicare dos sencillos trucos para desperezar vuestro ordenador.

(Gracias a Adrià Miralles por sus sugerencias y comentarios sobre los SSD)