• ¿Cómo puedo acelerar mi ordenador? - 1 RAM

En el avión, en un aeropuerto, en el monte, en un hotel o en una autocaravana (como en esta fotografía), el ordenador portátil nos permite a los fotógrafos descargar nuestras imágenes, visionarlas, hacer una primera edición, entrar datos de localidad, sujeto o palabras clave... Pero con el paso de los años los ordenadores se van haciendo lentos y viejos. ¿No hay más remedio que comprar uno nuevo?
© Oriol Alamany

Hoy en día los fotógrafos somos dependientes por completo de estas máquinas endiabladas que se ha dado en llamar ordenadores (Aunque cuando veo el escritorio del ordenador de algunas personas lleno a reventar de archivos de los temas más variopintos, nadie diría que este aparatejo sirviera para ordenar nada). En la actualidad las fotografías digitales que hacemos son virtuales, no existen físicamente sobre un soporte físico como lo era una diapositiva o un negativo: debemos grabarlas en algún sistema de almacenamiento y visionarlas necesariamente a través de un monitor que interprete los datos almacenados. Eso nos obliga a ser un tanto esclavos de esos PC o Mac frente a los cuales pasamos horas y horas sentados, criando barriga y ensayando malas posturas.

Además del ordenador principal en casa para gestionar todo el volumen de su archivo fotográfico, el fotógrafo viajero necesita además un ordenador portátil para ir vaciando las tarjetas de memoria de las fotografías que captamos por esos mundos de Dios. La mejora en las prestaciones de los ordenadores portátiles y sus precios algo más asequibles que antaño hacen que hoy en día muchos aficionados ya no tengan ni tan siquiera un gran ordenador de torre en su casa: el portátil es su única máquina y en el realizan todo su trabajo.

El problema con la informática es que cada nueva versión de un sistema operativo o de un programa de gestión o de retoque de fotografías es de mayor tamaño y realiza más funciones que el anterior. Si a eso le añadimos que cada nueva cámara suele aumentar el números de megapíxeles (Y como consecuencia directa el tamaño en megabytes de sus archivos Raw), nos encontramos con que el ordenador de última generación y tan guai que nos compramos con aquella ilusión hace tres años, y que nos parecía superrápido en el momento de adquirirlo, ahora vaya de lo más lento, o bien se cuelgue e el momento más inesperado.

A todos nos gustaría ir comprando un ordenador (o una cámara) cada vez que sale un modelo nuevo y más veloz. Pero ello no siempre es posible: quizás el trabajo no va muy bien, quizás sea la crisis económica, quizás prefiramos dedicar este dinero a otros fines como viajar, ir al cine o salir a cenar con los amigos (¡no todo será comprar maquinitas!).

Así que si Papá Noël o los Reyes Magos no han podido traerte un nuevo portátil, ahí van dos posibilidades para alargarle un poco la vida.

Primera fase: Ampliar la RAM

Hay dos sistemas para dar nueva vida a un ordenador envejecido: el primero y más clásico consiste en ampliar su memoria RAM. Hace unos años, con un ordenador de 512MB de RAM ibas sobrado. Ahora parece que si no tienes 8 o 16 GB no puedes hacer nada. Por fortuna la RAM ha bajado bastante de precio y no suele ser un drama ampliar nuestro ordenador de los 2 a 4 originales a 8 GB, por ejemplo. Disponer de una buena cantidad de RAM permite tener abiertos varios programas y trabajar con fotografías de gran tamaño.

La última memoria para mi MacBook Pro la adquirí en Amazon.es a un precio mucho más razonable que en la Apple Store, por ejemplo. Eso si, hay que asegurarse de las especificaciones técnicas de los DIMM antes de realizar la compra, para asegurarnos de que corresponde a nuestro modelo de ordenador.

Tras proceder a la ampliación, el Panel de información del Sistema de mi MacBook Pro ya mostraba los 4 + 4 GB (Total 8 GB), el doble que su configuración original.

© Oriol Alamany

Si utilizamos ordenadores Apple, un modo de averiguar las características de la RAM que utiliza es ir al menú Apple (la manzanita a la izquierda de la barra de menús) y seleccionar Acerca de este Mac. Acto seguido seleccionar el botón Más información...  Se abre la ventana de Informe del sistema con datos como tú modelo exacto de Mac y la cantidad de memoria instalada. Luego hacer clic en Hardware - Memoria. Aquí aparecen los datos de la RAM instalada: cantidad, tipo, etc, lo que te permitirá buscar los DIMMs adecuados para la ampliación. 

Muchos ordenadores portátiles llevan dos placas de memoria llevando las dos ranuras disponibles. Lamentablemente deberemos desechar (o vender de segunda mano) estas dos memorias y sustituir ambas por otras de  mayor capacidad, que deben ser idénticas entre ellas. Por ejemplo, dos de 4 GB (Total 8 GB), bien 2 de 8 GB (Total 16 GB). 

Para los programas de retoque y modelos de cámaras actuales, 8 GB de RAM es más que suficiente. Pero si los fabricantes comercializan más y más modelos de 35-50 megapíxeles, en un futuro habrá que pensar en saltar a nuevos ordenadores con procesadores más rápidos y 16 GB de RAM.

Para los usuarios de Mac, ni se os ocurra comprar la memoria en la Apple Store: los precios que aplican a la RAM son absolutamente abusivos. Más vale buscar una tienda de informática o recurrir a la compra por internet, como en Amazon.es

    

Buen precio y rapidez para la RAM que compré hace unos meses para mi MacBook Pro.

© Oriol Alamany

Si queremos ahorrarnos algo más de dinero del servicio técnico, podemos recurrir a la página web iFixit, que yo uso desde hace años para abrir mis ordenadores. Cambiar una RAM o un disco duro no suele ser nada especialmente complicado si uno es un poco manitas. Aunque cuidado, al abrir el ordenador perdemos la garantía si es que esta aún estaba vigente. Ahí cada uno debe debe decidir si asume sus riesgos.

 Fácil acceso a los DIMM de la memoria RAM en un MacBookPro

© Oriol Alamany

Segunda fase: Cambiar tu disco duro por un SSD

No te pierdas nuestro segundo artículo con otra fulgurante mejora. Tus programas volarán con el cambio.