La nueva Canon EOS 5D Mark III
Ya tengo nueva herramienta de trabajo. Tras años de trastear las voluminosas cámaras Canon EOS-1Ds Mark II y 1D Mark IV por el mundo, espero que mi recién adquirida EOS 5D Mark III me proporcione varios años de buenas imágenes. También espero que posea un espíritu aventurero, ya que no tiene ni idea de lo que se le viene encima en los próximos meses (y años).
Una cuestión de peso
Este nuevo modelo de Canon, anunciado el pasado mes de marzo y que ahora empieza a verse en los comercios de fotografía, me recuerda mucho a la filosofía formal de las EOS-1n y EOS-3 de película (sin empuñadura/grip accesorio) que eran mis dos cuerpos de cámara cuando en 2004 hice la transición a la fotografía digital.
Tres cámaras de parecida filosofía formal y sus respectivos años de comercialización:
Canon EOS 5D Mark III (2012-?), EOS 1N (1994-2000) y EOS 3 (1998-2007).
Hace años que deseaba volver a trabajar con una cámara más pequeña y liviana que las EOS-1D (tan pesadas y voluminosas ellas), en especial de cara a las ascensiones que habitualmente hago por las montañas de los Pirineos y también para los trekkings de larga duración por cordilleras como las del Himalaya o los Andes. Para fotografía en ciudades o de personas también cabe decir que las EOS-1D son todo menos discretas.
La primera constatación que hago con la regordeta 5D-III en la mano es que, aunque según la báscula que tengo en casa pesa casi 600 gramos menos que la 1Ds-II que va a substituir en mi equipo (984 gr contra 1.570 gr), la impresión al cogerla tampoco es de ligereza. Será el kilogramo de peso concentrado en un menor tamaño lo que proporciona esta sensación.
Y antes de que alguien lo pregunte: no, no le voy a añadir la empuñadura accesoria BG-E11. No he comprado una cámara más pequeña para luego añadirle un grip que tan sólo aporta peso (310 gr + baterías), volumen y unos botones accesorios para disparar en modo vertical. Jamás me ha molestado hacer las tomas verticales girando la cámara sobre si misma sin quitar el dedo del disparador y el ojo del visor. Es más rápido que cambiar la mano de una empuñadura a otra en cada cambio de orientación. Cierto que en una larga sesión de fotografías verticales la empuñadura vertical es cómoda, pero creo que sobreviviré sin ella. Y lo de que en el grip caben dos baterías, dado que cada batería LP-E6 dura unos dos días de trabajo, no me resulta ningún problema cambiarla cuando se agote. Por otra parte, jamás he visto un grip que se monte de manera totalmente rígida al cuerpo, ya que siempre existe una cierta flexibilidad en la unión que disminuye la estabilidad al montar la cámara en un trípode.
La Canon EOS 5D-III tiene un apariencia más robusta que su predecesora 5D-II y Canon asevera que ha aumentado su protección contra la intemperie, aunque el acabado de algunos botones y palancas en plástico tampoco alcanza el feeling de tanque a toda prueba de la familia 1D. Espero que aguante el trato que voy a darle. Por lo pronto este mes se irá al Ártico, y más adelante a un muy largo viaje por Australia a través de áridos desiertos, zonas tropicales y selvas húmedas.
El cuerpo de magnesio de la 5D Mark III
El nuevo sensor
Tras casi treinta años fotografiando con el formato 35 mm, cinco años más con la Full Frame 1Ds-II, y tras el interludio de tres años con la 1D-IV y su más pequeño sensor APS-H con factor de recorte 1,3X, me apetecía recuperar el formato completo.
Aunque reconozco las ventajas del formato 1,3X para la fotografía de vida salvaje, añoraba el que mi 17 mm volviera a encuadrar como un 17 y no como un 22 mm. Mi mente fotográfica se educó con el formato 35 mm y me siento cómodo con él. Y por otra parte los grandes sensores permiten mayores pixeles lo que, en teoría, debe redundar en una mejor calidad de imagen.
Al contrario de algunas opiniones que critican a Canon por no aumentar de modo desaforado el número de megapixeles, me encanta que haya sabido mantenerse cerca de los 21,0 MP de su predecesora 5D-II. Para mí estos 22,3 MP ya representan un aumento respecto a los 16,1 MP de la 1D-IV y ahora, con ambas cámaras, cubro perfectamente mis necesidades profesionales. Mayores densidades de pixeles tienden a aumentar el ruido a altas sensibilidades y aparece el riesgo de la difracción óptica en la fotografía de paisaje a diafragmas cerrados.
Recorte al 100% de dos fotografías idénticas tomadas con las cámaras 1D-IV y 5D-III. Esta vista desde mi ventana trasera me ha permitido testear muchas cámaras y objetivos, ya que contiene diversos motivos de variadas texturas.
Según puede verse en esta fotografía el sensor de la 5D-III proporciona archivos de una calidad, nitidez y color excelentes, similares a los de la 1D-IV, aunque con el beneficio de algo mayor tamaño. Ello representa un ligero incremento de resolución en la impresión final. Ahora ya no me será necesario interpolar las imágenes para obtener la medida A3 o doble página, la más habitualmente solicitada en revistas y en Artes Gráficas.
ISO y ruido
Mi única y relativa decepción con la 5D-III es que pensaba que los tres años transcurridos de desarrollo tecnológico, aunados a la reducción en la densidad de pixeles respecto a la 1D-IV (cuyo sensor, si fuera FF, albergaría 26,6 MP), se traducirían en una notable reducción en el ruido de sus archivos Raw a sensibilidades ISO elevadas. La 1D-IV es una cámara excelente a nivel de ruido, pero tenía la esperanza de mejorar al menos 1 paso de ISO y quizás algo más respecto a ella. Existe una mejora, pero no radical, quizás alrededor de los 2/3 de punto. En este sentido cabe resaltar el desarrollo tecnológico que está realizando Sony en sus sensores de imagen (como el que incorpora la Nikon D800) para ver que en estos años si bien Canon ha evolucionado, Sony ha revolucionado.
Ahora me interesa conocer el rendimiento del sensor para paisajes nocturnos, lo cual aún no he podido testear. A título de prueba he hecho un test rápido en el estudio, haciendo exposiciones negras de 30 segundos a 1600 ISO con mis tres cámaras y el objetivo tapado y la reducción de ruido a ISOs altos desactivada. Luego he forzado la luminosidad de los archivos Raw en +2 puntos con el programa Canon DPP y finalmente he aplicado con Photoshop a los TIF resultantes una capa de Curvas en la que he elevado aún mucho más la luminosidad para exagerar la visibilidad del grano.
Primer test rápido de ruido: recortes al 100% de Raws de las cámaras 1Ds-II, 1D-IV y 5D-III tras 30 segundos de exposición a 1600 ISO, un forzado de +2 en su revelado y un fuerte aclarado adicional mediante una capa de Curvas en Photoshop. Para la comparación los tres archivos han sido igualados a la medida de 16,1 MP de mi referente actual, la 1D-IV. Vencedora la 5D-III.
© Oriol Alamany
Comparativa del sensor de las tres cámaras según DxO Mark. Puede verse que aunque aseveran que el ruido es mejor en la 1Ds MkII que en la 1D MkIV eso no es en absoluto cierto, lo cual hace replantearse el resto de sus resultados.
El resultado son tres exposiciones muy forzadas, en las que aparece tremendamente exagerada la textura del ruido de fondo de los sensores. Queda claro (a pesar de que el controvertido portal DxO Mark diga lo contrario), que la más antigua 1Ds-II presenta más ruido que la 1D-IV. La diferencia entre la 1D-IV y la 5D-III es poca, ligeramente a favor de esta última. En cuanto se traducirá esto realmente en el trabajo en el campo es algo que queda pendiente de comprobar. Algunos fotógrafos comentan en internet que sería en torno a los 2/3 o 1 punto. Por mis primeras pruebas yo estoy más por los 2/3.
A falta de testear la nueva 1DX, el sensor de la 5D-III aparece en DxO Mark como el mejor de los producidos por Canon hasta la fecha, aunque lo consideren el sexto entre las DSLR FF del mercado.
¡Qué buena pareja hacen! Cada una con sus grandezas y flaquezas.
Reorganizando el equipo
En este momento mi idea es que la EOS 5D-III se integre en mi equipo sin por ello dejar de utilizar la 1D-IV, una cámara que me ha costado dominar pero con la que hoy en día obtengo buenos resultados (Ver mi articulo "Un año alrededor del mundo con la 1D-IV"). Cada una de estas dos cámaras tiene sus ventajas e inconvenientes.
Las rápidas ráfagas hasta 10 img/seg, el factor de recorte 1,3X y la posibilidad de utilizar el AF con luminosidades mínimas de hasta f:8 (500 mm + 2X, por ejemplo), hacen a la 1D-IV más adecuada para fotografía de fauna salvaje. Esta cámara me ha dado muy buenos resultados en los últimos tres años y tan sólo su AF es ligeramente inconsistente.
El sensor FF, su menor peso, el nivel de burbuja electrónico y otros detalles hacen que la 5D-III sea mi cámara de elección para paisaje, arquitectura, fotografía nocturna, personas y montañismo. Sin embargo, su modernísimo sistema AF (que como en toda la serie 5D no funciona con el 500 mm+2X) y las 6 img/seg también la hacen adecuada para fauna. El tiempo dirá qué usos le daré finalmente a cada una.
(PD: el 30 de abril de 2013 Canon sacó un nuevo firmware 1.2.1 para la 5D-III que permite el AF a f:8 del mismo modo que en las EOS-1D. ¡Fantástico! Ver artículo al respecto en este Blog. Ese fue el factor decisivo para que mi 5D pasara a ser no tan sólo mi cámara para paisaje, si no también para fauna salvaje, relegando en parte a la 1D-IV).
Pep Prats de Espai Fotogràfic fotografiando con su 5D-II, Zona volcánica de la Garrotxa
¡Que bien que de nuevo mi 17-40 mm encuadre como un 17 mm!
Canon EOS 5D Mk III, 17-40 mm f:4L, trípode
Primeras sensaciones...
De momento tan sólo la he utilizado un día en el campo, pero las sensaciones con la 5D-III han sido buenas, tanto durante el uso como con la calidad de los resultados obtenidos. Hay cámaras con las que enseguida tienes la sensación que vas a entenderte y otras con las que jamás te sientes cómodo. De momento la 5D-III apunta a lo primero, como recuerdo que me sucedió en su día con la T90, con la EOS 3 y con la 1Ds Mk II.
Con tan sólo un día de uso real, así a bote pronto me gusta su tamaño, el espléndido visor óptico, grande, luminoso y que cubre el 100%, la también impecable (¡y enorme!) pantalla LCD de 3,2" y 1.040.000 pixeles, el nivel digital, el botón directo para video y LiveView, su modo de disparo silencioso, sus posiciones programables C1, C2 y C3 para distintos modos de fotografía, y la calidad de sus archivos, nítidos y con buen color. El AF apunta buenos modos y funciona a niveles lumínicos irrisorios, pero no lo he probado aún a conciencia.
En el apartado negativo no me gusta nada la palanca On-Off que ha sido desplazada de la parte inferior derecha a la superior izquierda de la cámara. En las EOS-1D puedo apagar y encender la cámara con el dedo pulgar de la misma mano que sujeta la cámara. Con la 5D-III necesito dos manos, una para sujetarla y otra para darle al interruptor. Lo mismo sucede con el botón Lupa, al que en la serie 1D se accede con el pulgar y con la 5D-III se necesitan también dos manos. Tampoco comprendo que siga sin poder asignarse a ninguno de sus múltiples botones altamente programables el levantamiento de espejo.
Y por último, el precio: en torno a los 3.000 € es excesivo para una cámara como esta, aunque sea menos de la mitad de los 6.400 € que piden por la nueva EOS-1DX.
Aunque superior en numerosas funcionalidades a la anterior 5D-II (que ahora se vende por unos 1.900 €) el modelo antiguo sigue siendo una magnífica opción para los fotógrafos paisajistas. Debido a la similar calidad de los Raw a ISO bajos, a algunos poseedores de la 5D-II no creo que les resulte imprescindible actualizarse al modelo nuevo, excepto que se dediquen a la fotografía de acción. Aquí el nuevo sistema AF y el motor más veloz pueden marcar una clarísima diferencia. A quienes como yo no poseíamos aquel modelo, escoger entre la II o la III es mucho más fácil, siempre que los mil euros de más no sean un factor decisivo.
... y primeras fotografías
Os dejo unas primeras fotografías obtenidas este sábado en el primer día de uso de la cámara, durante un taller que impartí para Espai Fotográfic. Espero poder volver a escribir algo sobre mis futuras experiencias con esta cámara, tratando temas como el AF y el ruido en futuras entradas.
Gredas del volcán Croscat, Zona Volcànica de la Garrotxa
Canon EOS 5D Mk III, 70-200 mm f:2.8L IS II, trípode
Troncos de Hiedra en una colada basáltica, Zona volcánica de la Garrotxa
Canon EOS 5D Mk III, 70-200 mm f:2.8L IS II, trípode
© Oriol Alamany
Puesta de sol desde el volcán Croscat, Zona volcánica de la Garrotxa
Canon EOS 5D Mk III, 70-200 mm f:2.8L IS II, trípode
Actualización 4 julio: retocado el apartado "Iso y ruido"