29/11/11

• Foto-Montseny 2011


Grupo de asistentes a la salida fotográfica matinal del Foto-Montseny 2011,
junto a algunos de los organizadores.
© Francesc Noguera

Pasó el fin de semana de maratón fotográfica en Foto-Montseny 2011, aunque las actividades de estas interesantes jornadas organizadas por la Secció Fotogràfica centre d'Arbùcies en el Museu Etnològic del Montseny se prolongarán hasta finales de enero 2012. 


Por la mañana del sábado hubo un breve taller de fotografía en el bello entorno de Arbúcies. A mediodía comida con presencia de abundantes amigos y algunos compañeros de profesión. Y por la tarde, dos horas de mi conferencia "Coses què un fotògraf pot fer davant un paisatge". 

Imagen inicial de mi conferencia sobre la fotografía de paisaje.
© Josep Corbella


Para completar la jornada hubo la inauguración en el Museu Etnològic del Montseny de las cinco exposiciones fotográficas, en la que yo presenté "Retalls de Rapa Nui".

Una jornada fotográfica plena, con abundante presencia de público, que disfrutó con las actividades ofrecidas y, cómo no, con las atractivas exposiciones. Tanto ver fotografías a pequeño tamaño en internet, se agradece ver unos buenos positivados a gran tamaño colgados en una pared.


 "Al filo de las mareas", la exposición de Isabel Díez.
© Oriol Alamany

Pere Soler durante la presentación de su trabajo sobre los paisajes de Islandia.
© Oriol Alamany

Un equipo de RTVE grabando en mi exposición "Retalls de Rapa Nui".
© Oriol Alamany

25/11/11

• Todo a punto para FotoMontseny 2011

Torrente en Arbúcies, Montseny, 2011
Canon PowerShot G10 a ISO 200
© Oriol Alamany

Este miércoles pasado estuve en Arbúcies, sede de la segunda edición de las jornadas fotográficas Foto-Montseny 2011, montando mi exposición Retalls de Rapa Nui. Es un placer compartir las bellas salas de exposiciones del Museu Etnològic del Montseny con las imágenes de Isabel Diez, Josep Guiolà, Pere Soler y Vicenç Gimeno. 

Por la tarde realizamos una prospección por la zona con Joaquim Mateu (del Museu Etnològic) y Francesc Noguera y Josep Guiolà de la Secció Fotogràfica Centre Arbúcies para preparar la salida fotográfica que tendrá lugar el sábado por la mañana (Plazas agotadas). Las dos fotografías que acompañan este artículo las tomé durante el paseo, con la G10 que llevaba en el bolsillo.

El sábado a las 17h realizaré la sesión inagural de Foto-Montseny 2011 con la conferencia "La fotografia de paisatge" en el Teatre El Centre, de Arbúcies. Y luego se inauguran las cinco exposiciones con una presentación de cada uno de los autores (Excepto Isabel, que lamantablemente no va a poder venir). Estáis todos invitados a asistir. ¡Hasta el sábado!



Torrente en Arbúcies, Montseny, 2011
Canon PowerShot G10 a ISO 80, apoyada en un tronco
© Oriol Alamany



24/11/11

• Otra visión del Down Under


Alpenglow y luna llena en Uluru, Australia, 1992
Canon T-90, Canon FD 17 mm f:4, Fujichrome Velvia 50 ISO, trípode
© Oriol Alamany

Hace ya diecinueve años, en 1992, un fortuito encuentro en las antípodas fraguó una amistad que aún perdura. Hoy os presento en este blog un artículo que no he escrito yo, sino el periodista Ricard Berrocal, a quien conocí junto a su compañera Gemma Pujol durante el primero de nuestros periplos australianos. Él también lo publica al mismo tiempo en su blog El caçador d'instants como réplica al artículo Aventuras en el Down Under que publiqué hace un tiempo en este blog.

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Ja has agafat el paper higiènic? –oí que alguien preguntaba al otro lado de los estantes de aquel supermercado de Alice Springs, en el mismísimo corazón australiano–. «Òndia, catalans!!!», me dije asombrado. Aquella pregunta cargada de practicidad había logrado destapar mis tímpanos después de dos meses de castigarlos con el cerrado inglés australiano. Gemma y yo no pudimos más que bordear el pasillo y, como posesos, dirigirnos hacia aquella voz. Pertenecía a una de las dos treintañeras que en aquel momento conversaban con un hombre de su edad. Todos nos alegramos mucho al sabernos de la misma nacionalidad y, aunque estuvimos un buen rato dialogando, nos despedimos sin habernos presentado.

Gemma y Ricard frente a los Twelve Apostles, Australia, 1992
© Ricard Berrocal

Once días después y mil quinientos kilómetros más al norte, volvimos a encontrarnos. Fue en el youth hostel de Darwin, la capital del Northern Territory, y la coincidencia no nos sorprendió a ninguno de los cinco. Pese a la distancia, entre Alice Springs y esta ciudad tan sólo existe una desnuda línea recta –la que traza la Stuart Highway–, pespunteada por unos pocos pueblos y un sinfín de termiteros que plantan cara al desierto del outback. Se llamaban Eulàlia, Imma y Oriol y recuerdo que aquella noche del 20 de noviembre de 1992 nadie se movió de la mesa del jardín con árbol y opossum del albergue hasta las dos de la madrugada. Intercambiamos impresiones, trayectos y anécdotas del viaje, además de las motivaciones y anhelos que nos habían conducido hasta la otra punta del planeta. Imma gozaba de unas bien merecidas vacaciones tras los Juegos Olímpicos de Barcelona, en cuyos preparativos había estado trabajando durante los últimos tiempos, mientras que Eulàlia y Oriol formaban pareja sentimental y laboral en su pequeña agencia de fotografía especializada en temas de naturaleza. Gemma y yo ya habíamos hecho algunos pinitos como periodistas, gracias a los cuales ahora estábamos allí, pero nuestra juventud e inexperiencia hacían tan resbaladizo el inédito terreno que pisábamos que no ambicionábamos otra cosa que sobrevivir en él. Aunque bien es verdad que en nuestro fuero interno también persiguiéramos publicar algún reportaje sobre aquel exótico país. He sabido más adelante que para el trío Australia representaba su primer gran viaje, lo cual aun siendo mucho no era tanto como lo que significaba para Gemma y para mí, un auténtico viaje iniciático, la prueba de fuego que habría de marcar nuestro futuro.

Aquella noche, tan lejos de casa, el ímpetu de nuestras afinidades empezaría a fraguar una sincera amistad que el paso de los años ha venido afianzando.

El escaso Tammar Wallaby en Kangaroo Island, Australia, 1992
Canon T-90, Canon FD 300mm f:2.8, Fujichrome Velvia 50 ISO
© Oriol Alamany

–I tu, amb quina pel·lícula tires? –recuerdo que me preguntó Oriol en un momento dado–.
–Amb Konica –respondí sabiendo al instante que dejaba traslucir mi completa ignorancia en el arte de la fotografía.

Me gustó su reacción. Lejos de echármelo en cara, me aconsejó con un enorme respeto que cambiara a Kodak o Fuji. Por supuesto, al día siguiente no dudé en desprenderme de los rollos que aún me quedaban y en hacerme con las películas recomendadas.

Canguros grises avasallando a Imma y Eulàlia, Australia, 1992
Canon EOS-100, Canon EF 28-80mm f:3.5-5.6, Fujichrome 100 ISO
© Oriol Alamany

Volveríamos a coincidir con Eulàlia, Imma y Oriol. Primero, en el Parque Nacional de Kakadu, donde pasamos toda una tarde en remojo combatiendo las altas temperaturas del lugar y rubricando de paso nuestra confraternidad. Y ya a principios del nuevo año, en otro inesperado encuentro en Townsville, en el estado de Queensland, donde ellos estaban llegando al final de su viaje y a nosotros nos quedaba muy lejos el aterrizaje en Perth, al oeste del país, a principios de octubre de 1992. No en vano llevábamos ya cuatro meses en el lucky country y un montón de kilómetros a nuestras espaldas, amén de los que todavía nos quedaban por recorrer en los dos que teníamos por delante. Para entonces Gemma y yo habíamos abandonado del todo el cascarón de principiantes y manejábamos las riendas de nuestro destino con cierta solvencia. Si nuestros primeros logros se habían circunscrito a abrir una cuenta corriente en el National Australian Bank que nos evitara llevar todo nuestro dinero encima y a hacernos entender con un inglés limitado gracias al buen talante autóctono y a nuestro empeño, y los siguientes éxitos a dar el salto del Western al SouthTerritory en el Indian Pacific –el tren que recorre Australia a lo ancho–, así como a adquirir el taxi de un hindú de Adelaida que tanta independencia nos habría de dar –un viejo Datsun al que bautizamos con el nombre de “Sunny” y que mantenía el tipo pese a su maltrecho radiador–, al final acabamos conquistando las cimas a priori más inalcanzables: Uluru (o Ayers Rock), Olgas, Teenant creek, Mataranka, los acantilados de Katherine, el parque nacional de Litchfield y el citado Kakadu, la Barkley Highway, Cape Tribulation, Cairns y la gran barrera de coral, la Fraser Island... Y nos proponíamos el asalto definitivo a Sidney, Melbourne, Tasmania y la cercana Nueva Zelanda.


Gemma cambiando una rueda en pleno Outback, Australia, 1992
© Ricard Berrocal
A diferencia de Eulàlia y Oriol, desde aquel viaje memorable ni Imma ni Gemma ni yo hemos vuelto a poner más los pies en territorio australiano. Aunque mientras soñamos con hacerlo en un futuro, tampoco es moco de pavo consolarse con las Imágenes Vivas con que nuestros amigos ilustran sus aventuras por el Down Under.

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¡Ah, por cierto! En estos casi veinteaños recibiendo los consejos sabios de Oriol debo reconocer que hasta casi se me da bien y todo el difícil arte de la fotografía, cuya espectacular transformación ha obrado además el milagro de que ya no tenga que preocuparme de si tiro con KonicaFuji o Kodak.

© 2011, Ricard Berrocal


Flores de Tall Mulla Mulla en el desierto de Katatjuta, Parque Nacional Uluru, Australia, 1992
Bronica ETRsi, Zenzanon PE 40mm f:4, Fujichrome Velvia 50 ISO, trípode
© Oriol Alamany


22/11/11

• Colores de otoño en Vall d'Aran: un año más


Una suave niebla envuelve un hayedo en Vall d'Aran, 2011
Canon EOS-1D MkIV, 70-200 mm f:2.8L IS II, trípode
© Oriol Alamany

Otro año más (y van siete consecutivos ya, a razón de dos ediciones anuales) conduciendo a apasionados a la fotografía por mis rincones favoritos de este valle pirenaico y enseñándoles cómo sacarles el mejor partido de la mano de los talleres fotográficos de Fotonatura

Me maravilla y agradezco sobremanera que las personas acudan desde lugares tan lejanos como Andalucía, Murcia, Extremadura o Galicia para asistir a mis talleres (mi record lo tengo en personas venidas de Alemania y de Bélgica). Y también es curioso ver a algunas personas repetir el mismo taller en dos o tres ocasiones. Lo cierto es que cada año el otoño en Pirineos es distinto: el clima, los colores de los árboles, las personas que acuden... convirtiéndolo en una experiencia siempre nueva e irrepetible.

Incluso yo, que he fotografiado este valle durante décadas y he publicado una monografía fotográfica sobre él (ver el libro "Aran, natura i cultura"), aún sigo encontrando nuevos motivos, encuadres y situaciones.


Hayedo con niebla en Vall d'Aran, 2011
Canon EOS-1D MkIV, 17-40 mm f:4L, trípode
© Oriol Alamany










Hayedo en Vall d'Aran, 2011
Smartphone Android HTC Desire S, 5MP a ISO 100
© Oriol Alamany


Fotografiando luces de madrugada en las montañas, Vall d'Aran, 2011.
© Oriol Alamany


Enseñando como realizar una fotografía con la cámara de una participante.
© Jordi Muñoz Quiñones

El grupo del primer turno 2011.
© Oriol Alamany

El grupo del segundo turno 2011.
© Oriol Alamany


Colores de otoño en Vall d'Aran, 2011
Canon EOS-1D MkIV, 70-200 mm f:2.8L IS II, trípode
Panorámica compuesta de 4 disparos.
© Oriol Alamany

8/11/11

• Vuelta al trabajo


Ánades de otoño
Canon EOS-1D MkIV a ISO 200, 70-200 mm f:2.8L IS II con teleconvertidor 2X-II, trípode
© Oriol Alamany

De vuelta al trabajo de fotógrafo tras tres intensos fines de semana impartiendo talleres de fotografía de otoño en las montañas de los Pirineos. Me gusta dedicarme de vez en cuando a la docencia, y impartir cursos y talleres siempre me ha proporcionado satisfacciones en el trato con las personas. Pero por encima de todo soy fotógrafo y mi mayor placer sigue siendo salir a crear fotografías.

Ahora al fin tengo un poco de tiempo para dedicar a dos futuros libros que van a ver la luz en 2012 y que tenía un tanto relegados en mi agenda. Esta mañana he salido sólo, a realizar fotografías para uno de ellos. No me ha sido posible hacer lo que había pensado, pero sin embargo la naturaleza me ha ofrecido otras cosas. Siempre hay alguna imagen que hacer si uno mira con suficiente cariño.

Primeras hojas caídas
Canon EOS-1D MkIV a ISO 200, TS-E 90 mm f:2.8, trípode
© Oriol Alamany