26/3/15

• Regreso a las islas Lofoten



Pep Prats fotografiando al amanecer en un lago helado de las islas Lofoten
Canon EOS 5D MkIII, 16-35 mm f:4L IS, trípode
© Oriol Alamany


Islas, islas, islas… Eulàlia y yo seguimos con nuestro personal interés por viajar y fotografiar las islas del mundo.

Aunque esta vez, el detonante del viaje era otro motivo distinto. Dado que nuestros dos primeros viajes invernales a Islandia en 2010 y 2012 para observar auroras boreales no fueron precisamente un éxito (en lo concerniente a las auroras, aunque sí en otros sentidos), este año decidimos que para el tercer intento cambiaríamos de destino. 


Así que este febrero 2015, acompañados de otros tres amigos/as, nos hemos desplazado hasta el archipiélago de Lofoten, un grupo de islas situado en el litoral de Noruega, por encima del Círculo Polar Ártico. A pesar de su latitud elevada, las islas reciben las templadas aguas de la corriente del Golfo lo que suaviza las bajas temperaturas que le correspondería tener dada su situación geográfica. El nombre Lofoten significa "Pie de Lince" e inicialmente se le daba tan sólo a la isla de Vestvågøya. Su vecina Flakstadøya se llamaba originalmente Vargfót, "pie de Lobo".


Nuestro reportaje sobre las islas Lofoten publicado en la revista Periplo núm. 71, en el año 1986.


La misma vista de Reine que aparece en la revista, fotografiada treinta años después.
En la revista con una Canon A1, un FD 28 mm f:2.8 y película Kodachrome 64 ISO. Aquí con una Canon EOS 5D MkIII a ISO 100 y un EF 16-35 mm f:4L IS a 28 mm.
© Oriol Alamany


Tanto Eulàlia como yo conocíamos las Lofoten porque allí estuvimos hace treinta años, en el lejano verano de 1985. Por aquel entonces partimos desde Barcelona en nuestro pequeño pero valiente Seat Panda y durante un mes y medio recorrimos Noruega y Suecia en el que fuera nuestro primer viaje como pareja. El reportaje fotográfico que allí hicimos también sería nuestra primera publicación en 1986 en la entonces afamada revista Periplo, publicación que fuera la cuna de muchos fotógrafos de la naturaleza españoles.



Pueblo de Reine, bajo las montañas, islas Lofoten
Canon EOS 5D MkIII a ISO 100, 70-200 mm f:2.8L IS II, trípode
© Oriol Alamany



Rorbuer al anochecer, islas Lofoten
Canon EOS 5D MkIII a ISO 100, 16-35 mm f:4L IS, trípode
© Oriol Alamany


Día de temporal, islas Lofoten
Canon EOS 5D MkIII a ISO 800, 500 mm f:4L IS
© Oriol Alamany

Pero esta vez nuestro viaje a Lofoten ha sido en invierno, ya que teníamos tanto la intención de observar alguna aurora boreal, como también de fotografiar sus espectaculares paisajes y pueblos costeros en pleno aspecto invernal.

Tanto el viaje de ida desde Barcelona a Lofoten, como el de regreso fueron sido complicados, ya que por culpa de los notorios retrasos de todos los vuelos de la compañía aérea SAS perdimos las conexiones y fuimos obligados a pernoctar a medio camino, desperdiciando una jornada en los aeropuertos. Además, el trato recibido por parte de la aerolinea fue deficiente durante los retrasos y ha sido nefasto en la reclamación posterior que tramitamos.


Pero cuando el avión aterrizó finalmente sobre la pista helada, los sinsabores se olvidaron. El archipiélago estaba blanco por completo debido a recientes nevadas, así que había que conducir con cuidado por encima de una fina crosta de hielo.

El problema habitual para ver las auroras boreales en febrero, que es uno de los meses en que se producen con mayor frecuencia, es la abundante nubosidad del ártico en invierno. Así que la única solución es estar el mayor número de días posibles en el destino y permanecer atento tanto a las predicciones meteorológicas, como al Indice KP, que es indicativo de la probabilidad e intensidad de las auroras.




Faro con otras islas en la distancia, islas Lofoten
Canon EOS 5D MkIII a ISO 400, 70-200 mm f:2.8L IS II + 1.4x-III
© Oriol Alamany


Mar revuelto al atardecer, islas Lofoten
Canon EOS 5D MkIII a ISO 100, 16-35 mm f:4L IS, trípode
© Oriol Alamany


Farolas de madrugada, islas Lofoten
Olympus OM-D E-M1 a ISO 400, 12-40 mm f:2.8 Pro
© Oriol Alamany



En treinta años Lofoten ha pasado de ser un sitio desconocido para los fotógrafos españoles, a ser la meca de los fotógrafos de naturaleza. Cosas de las redes sociales. Tras ser Islandia la localización invernal más deseada por los fotógrafos en los últimos tres años, luego la presión se desplazó en parte hacia la localidad de Tromso, en la costa noruega, y ahora hacia las islas Lofoten. Atractivos no les faltan. Aquí no hay glaciares ni volcanes, ni grandes cascadas. Pero si fiordos, lagos y montañas altivas de gran belleza, encantadores pueblos de pescadores, y las auroras boreales que todo aficionado a la naturaleza desea ver.

Para variar algo las localizaciones escogimos alojarnos en tres lugares distintos de las islas. En las islas centrales no encontramos a mucha gente, pero al llegar a Reine en el sur ya había más trípodes que pescadores. Por suerte las islas son extensas y hay lugares para explorar y encontrar tus propias fotografías sin necesidad de repetir las de los otros.



Recorriendo las congeladas carreteras secundarias de las Lofoten
Canon EOS 5D MkIII a ISO 400, 70-200 mm f:2.8L IS II
© Oriol Alamany



Antigua barco de madera abandonada, islas Lofoten
Canon EOS 5D MkIII a ISO 100, 16-35 mm f:4L IS, trípode
© Oriol Alamany



Barranco con abedules y carámbanos, islas Lofoten
Canon EOS 5D MkIII a ISO 200, 70-200 mm f:2.8L IS II
© Oriol Alamany


Tras los fracasos aurorales de nuestros dos intentos previos en Islandia, y a pesar de las recalcitrantes nubes y lluvias, las Lofoten nos mostraron un par de auroras. La más bonita de ellas la contemplamos una noche en que la fuerza del viento levantaba el trípode con la cámara si no estabas aguantándola firmemente con la mano. Y debido a ello muchas de las fotografías obtenidas están movidas. No fue una buena oportunidad para fotografiar, pero si al menos para disfrutar de su visión.

La segunda de las auroras se hizo esperar hasta la última de nuestras noches allí, tras unos días de lluvias, y quedó desvanecida entre las nubes y acabó con el retorno de la lluvia. Pero al menos disfrutamos con el espectáculo, más vivencial que fotográfico.

Así que habrá que seguir intentándolo.



Aurora boreal, islas Lofoten
Canon EOS 5D MkIII a ISO 1600, Samyang 14 mm f:2.8, trípode
© Oriol Alamany


Fotografiando una Aurora boreal en una playa de las islas Lofoten
Canon EOS 5D MkIII a ISO 3200, Samyang 14 mm f:2.8, trípode
© Oriol Alamany


Como en otros de mis viajes en esta entrada del blog os dejo una pequeña muestra de algunas de las fotografías realizadas. A cada regreso uno se queda con el sinsabor de que la aventura finalizó, y con la ardua tarea de editar el material fotográfico obtenido. Pero también con los buenos recuerdos de los momentos vividos con los amigos y con aquellas pocas fotografías que merecen realmente la pena y que, de momento, se quedan reservadas en un rincón del ordenador.



 Aquí estoy haciendo amigos, islas Lofoten
Canon EOS-1D MkIV a ISO 1000, 70-200 mm f:4L IS
© Pep Prats


Caballo con la crin al frío viento, islas Lofoten
Canon EOS 5D MkIII a ISO 400, 70-200 mm f:2.8L IS II
© Oriol Alamany


Fiordo helado, islas Lofoten
Canon EOS 5D MkIII a ISO 400, 16-35 mm f:4L IS, trípode
© Oriol Alamany








5 comentarios:

  1. Fantàstic!! Que bunic!
    M'encana els amics que has fet, i em fascina la fotografía del vaixell de fusta abandonat!
    Es preciooooooos! D'aquestes fotos que penjaria de la paret a casa meva!
    Enhorabona per l'aventura! Una es queda amb ganes de veure més, especialment les que queden en el racó de l'ordinador! :)
    UNa abraçada!

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    1. Gràcies Emerty! Si, algunes fotos es queden a l'ordinador a la vista de futures publicacions. Si ho ensenyem tot gratis, de què viurem? :-)

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  2. Hola Oriol,
    unes imatges fantàstiques. Enhorabona. Volia preguntar-te sobre si és perillós conduïr amb les carreteres gelades (si hi ha molts pendents, etc), o bé és un terreny més aviat planer i sols has de tenir cura de la distància de frenada. Quantes hotes efectives de llum vas tenir?, unes 5?
    Moltes gràcies i bons viatges!!!

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    1. Hola, el perill de conduir per les carreteres glaçades depèn per complert del vehícle que lloguis, els penumàtics que dugui i la teva pròpia experiencia en conduir en aquestes condicions. Jo no ho trobo perillós i ells hi condueixen tot l'hiver, però evidentment no és el mateix que conduir a la Mediterrània.

      Les hores de sol depén de les dates que hi vagis, a l'hivern la durada varía molt ràpidament segons la data, varis minuts cada dia que passa.

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