Puesto de venta de ropa con una alfombra con la imagen de Nelson Mandela en el mercado Grand Parade, Ciudad del Cabo, Sudáfrica, 1994
Canon EOS 3, 70-200mm f:4L, Fujichrome Sensia
© Oriol Alamany
O mejor dicho, Hlala kakuhle Madiba.
Durante años Eulàlia y yo quisimos viajar a Sudáfrica: los leones del desierto de Kalahari, la gran fauna del parque Kruger, los quebrantahuesos de las montañas Drakensberg, los desiertos del Karoo, los rinocerontes de Umfolozi-Hluhluwe, los pingüinos y ballenas del Cabo de Buena Esperanza, eran imágenes que circulaban por nuestras cabezas.
Pero Sudáfrica era un país convulso donde la injusticia estaba a la orden del día bajo la forma del vergonzoso apartheid. Parte de la comunidad internacional pedía boicotear el turismo en el país y nosotros refrenábamos nuestras ansias por conocerlo.
En 1994 se convocaron las primeras elecciones libres en Sudáfrica y Nelson Mandela resultó vencedor. Al fin la sometida comunidad de raza negra había encontrado a un lider que les guiara hacia la igualdad de derechos. De inmediato nos dirigimos allí, cinco meses tras la victoria del Premio Nobel de la Paz.
Recorrimos Sudáfrica durante dos meses, gozando de un país con casi nulo turismo extranjero, donde la gente se nos acercaba con curiosidad a preguntar de donde veníamos. Todo estaba aún por cambiar. Y gracias a Mandela (y a los sudafricanos en general) cuando regresamos al cabo de tres años (1997), el cambio ya se notaba algo.
Eulàlia de compras en un mercado en Transvaal, Sudáfrica, 2008
Canon EOS 400D a ISO 200, 17-40mm f:4L
© Oriol Alamany
Leona con sus cachorros de noche, comiendo un Gran Kudu en Kruger, Sudáfrica, 2008
Canon EOS 1Ds MkII a ISO 1600, 500mm f:4L IS
© Oriol Alamany
Volveríamos de nuevo en 2008. El turismo había aumentado muchísimo, las personas de raza negra se paseaban por los centros comerciales donde catorce años atrás estaban ausentes, se veía pobreza pero también muchos townships arreglados, con nuevos edificios y escuelas.
Ahora Nelson Mandela, Madiba para sus seguidores, nos ha dejado. Sea este nuestro recuerdo para él y para un país que debe seguir luchando por un futuro mejor e igual para todos.
Ahora ya es posible.
Gracias a él.
Familia haciéndose fotografías en la estatua en la Plaza Nelson Mandela en Johannesburgo, Sudáfrica, 2008
Canon Powershot S60
© Oriol Alamany
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